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Estudio de la UNAM también relaciona la hormona con los cánceres de mama y cervicouterino

La progesterona regula crecimiento de tumores cerebrales primarios

Los resultados de la investigación, coordinada por Ignacio Camacho, útiles para desarrollar una terapia antihormonal

Buscarán entender el papel de esa sustancia en la metástasis

 
Periódico La Jornada
Viernes 19 de abril de 2013, p. 2

La hormona sexual conocida como progesterona regula el crecimiento de tumores cerebrales primarios y está relacionada con otros tipos de cáncer como el de mama y el cervicouterino, según la investigación de un equipo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía y otras instituciones.

En el estudio se asienta que esa hormona incrementa el número de células tumorales y modifica su crecimiento.

Los astrocitomas son los tumores cerebrales primarios más comunes, agresivos y los que provocan el mayor número de muertes en el mundo, explicó Ignacio Camacho Arroyo, de la Facultad de Química de la UNAM, quien coordina el proyecto.

Indicó que a diferencia de otros tumores que se forman en diferentes órganos y por metástasis alcanzan el cerebro, los primarios se desarrollan en el sistema nervioso central.

Las hormonas sexuales no solamente están relacionadas con aspectos reproductivos, pues también se asocian con otras funciones, como la plasticidad neuronal o el estado de ánimo. La progesterona puede modificar la actividad de las células mediante distintos mecanismos, ya que es capaz de alterar la tasa de expresión de genes específicos o producir cambios en la conducta de las células.

La Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM confirmó que en 12 años de estudios, los científicos encontraron que la progesterona incrementa el número de células tumorales y modifica su crecimiento. Además regula los genes encargados de la proliferación celular y la metástasis, características del cáncer.

El origen, en los astrocitos

El especialista detalló que los tumores primarios se originan en los astrocitos, las células más abundantes del cerebro, encargadas de dar nutrientes al tejido nervioso. De acuerdo con sus características histopatológicas, se dividen en cuatro grados. El primero es tratable con cirugía, mientras los grados 3 y 4, se tratan con quimio o radioterapia.

La esperanza de vida del paciente disminuye en relación con el incremento de la evolución tumoral, pues mientras en el grado 1 es de siete años, en los grados 3 o 4 es de uno a tres años.

Camacho Arroyo mencionó que la presencia de estos tumores suelen confundirse con dolores de cabeza, mareos y crisis convulsivas; sólo hasta que el paciente detecta recurrencia de los síntomas, busca atención médica. Por lo general, cuando un paciente llega a un servicio neurológico, desafortunadamente lo hace en estados 3 o 4, cuando el tiempo que le queda y la calidad de vida que va a tener son muy bajos.

Informó que en la actualidad, además de la radio y quimioterapia no existe una alternativa terapéutica que pueda alargar la vida del paciente o mejorar la calidad de vida. Es así como surgió su interés por estudiar esta clase de padecimientos y como resultado generar a futuro una terapia antihormonal.

Camacho Arroyo y sus colegas han realizado experimentos con moléculas que ocupan el lugar de la progesterona, impiden que ésta se una a las moléculas receptoras de las células y tienen un efecto contrario a la hormona, es decir, son antagonistas. Hasta ahora han encontrado que con el uso de antagonistas, como el RU486, el crecimiento de las células tumorales disminuye considerablemente.

Esto nos animó mucho porque pensamos que si tenemos un fármaco que puede impedir que la célula prolifere, quizá con mayor número de estudios, esto podría ser una buena alternativa terapéutica para la regulación del crecimiento de los tumores primarios.

Hasta el momento, los experimentos en cultivo celular y en ratas han demostrado que la progesterona induce el crecimiento de los tumores cerebrales. Comentó que, en el futuro, la línea de investigación será entender los efectos de la progesterona en la metástasis y en la regulación de las moléculas receptoras a través de las cuales esta hormona ejerce sus efectos.

Además, se investigará el papel de otras hormonas sexuales, como el estradiol, que también están relacionadas con esos tumores.

A pesar de que se pueden presentar a cualquier edad, los tumores son más comunes en adultos y más frecuentes en hombres. No importa la raza, el sexo, la edad y la clase social, son tumores que pueden acabar con la vida de cualquier persona que sufra esta enfermedad.