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Inaceptable que a la fecha haya rechazado más de 40 resoluciones de la ONU al respecto

Inglaterra va a ceder sobre las Malvinas, asegura el ministro argentino del Exterior

La diplomacia que promovemos impulsa el cambio: el mundo no paró en 1945, señala

II y última
Periódico La Jornada
Jueves 18 de abril de 2013, p. 36

La diplomacia que promueve Argentina, y junto con este país sudamericano muchos de sus aliados en Latinoamérica, cuestiona premisas que aun hoy en día se siguen dando como hechos inamovibles: que el Fondo Monetario Internacional siempre sea conducido por un europeo, que a la cabeza del Banco Mundial siempre esté un estadunidense; que para las potencias la ONU siempre sea eficaz y para las naciones menos poderosas siga siendo un organismo inútil. Así lo expone el ministro de Relaciones Exteriores y Culto de Argentina, Héctor Timerman, en entrevista con La Jornada.

Esas son actitudes que Argentina no acepta y va a impulsar los cambios. Algo está fallando. El mundo no paró en 1945.

Las apreciaciones del kirchnerismo sobre el FMI y el BM se explican. Sus recetas hundieron la economía del país en los años 90. La crisis se salvó justamente cuando todos los lineamientos de estas dos instancias calificadoras del riesgo-país empezaron a ser desafiadas por Buenos Aires. También su determinación de entrarle a fondo a las reformas de Naciones Unidas, porque lo que está en juego es la posibilidad de aterrizar un proceso de negociación sobre la soberanía de las islas Malvinas, o Falkland, según la esquina del ring desde donde se vea el conflicto.

“Es inaceptable –afirma el canciller– que a la fecha Inglaterra no haya aceptado más de 40 resoluciones en el tema referido a las Malvinas, y sin embargo, la misma Inglaterra utiliza las resoluciones de Naciones Unidas cuando le conviene afectar a un tercer país. Nosotros decimos que hay que reformar estos organismos para que expresen la voluntad de los pueblos de hoy en día, no los de hace 40 años”.

La década ganada

–¿Cómo evalúa los logros de lo que se ha venido construyendo en la última década en América del Sur? ¿Han mejorado sus condiciones para negociar mejor frente a las potencias?

–¿Usted sabe que antes de 2003 no se habían reunido nunca todos los países de América del Sur? Hay muchos hechos nuevos, mecanismos de integración y de diálogo que nos permiten trabajar en forma conjunta.

Los líderes que surgieron luego de las dictaduras militares y las crisis económicas que asolaron a nuestros países tienen un mejor entendimiento de qué es lo que nos llevó a los fracasos y qué es lo que hay que cambiar. Una de ellas es la dispersión, que nos llevaba a que cada uno, en forma aislada, negociara por su cuenta. Ni nos veíamos como mercados interesantes. Las necesidades tecnológicas, científicas, agropecuarias en nuestros países son más similares que con Europa y sin embargo antes buscábamos la solución en otros lugares.

Por eso Argentina llama a los últimos años la década ganada, en contraste con la década perdida de los años 90.

–¿Cómo ha cambiado su forma de relacionarse frente a Washington, a diferencia del sometimiento en que se expresaba históricamente?

–Queremos tener buenas relaciones con todos los países, pero eso significa reconocer que tenemos los mismos derechos y obligaciones. A la hora de sentarnos a negociar tenemos derecho a que los intereses de Argentina sean escuchados. Argentina sí respeta las reglas del juego, pero aquellas reglas que están para que éste sea un mundo más justo, no más injusto.

–¿Se ha logrado algo en este esfuerzo por hacerse respetar?

–Lo que aprendimos es que no todo lo que nos quieren imponer de afuera es bueno para nosotros. Ahora tomamos nuestras propias decisiones, elegimos nuestros propios objetivos y las formas de alcanzarlos, cumpliendo con las normas. El camino es largo, pero se ha comenzado a transitar y hoy en día la voz de América Latina se escucha.

–¿Más que antes?

–Mucho más. Antes eran 30 o 34 países que hablaban solos y ahora somos 34 países que hablamos con una sola voz.

–El tema de las Malvinas es un buen ejemplo para medir qué tanto ha cambiado el mundo. ¿Cuánto pesa esta nueva unidad en demanda de la soberanía argentina? ¿Es, al menos, una piedra en el zapato para Gran Bretaña?

–No hay ningún país del mundo que reconozca el gobierno de Gran Bretaña sobre las Malvinas. Eventualmente, ellos van a tener que dialogar. Que en pleno siglo XXI exista algo como el colonialismo es como leer un libro de historia. Quedan 16 colonias en el mundo, 10 de ellas son británicas y muchas de éstas son utilizadas como centros para el lavado de dinero. Son los mal llamados paraísos fiscales, la traducción correcta sería guaridas fiscales porque es ahí donde se esconden quienes roban y saquean a nuestros pueblos.

–¿Cederá algún día Gran Bretaña las Malvinas?

–Va a ceder. Inglaterra no es más el imperio que fue. Va a llegar el momento que le resulte más caro mantener ese reducto colonial que sentarse a la mesa a negociar.

Hay hechos nuevos. Por primera vez en la historia toda África reconoció los derechos de Argentina sobre las islas Malvinas, ellos entendieron que esta es una batalla contra el colonialismo.