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Fue parte de la época de oro del cine mexicano al lado de Dolores del Río y Katy Jurado

Falleció la actriz Sara Montiel: Nací pobre, pero inmensamente bella, decía

Destacó en Hollywood luego de su éxito con la película Veracruz, en 1954

A los cuatro años ya sabía que quería cantar; con apenas 15, su mirada conquistó por primera vez las cámaras

 
Periódico La Jornada
Martes 9 de abril de 2013, p. a10

Madrid, 8 de abril.

De voluptuosa belleza y voz grave y sensual, la actriz española Sara Montiel, icono en Hollywood en los años 50, falleció este lunes en su domicilio madrileño a los 85 años.

Nacida el 10 de marzo de 1928, Montiel, quien también se labró una exitosa carrera musical, es considerada la actriz española más célebre de Hollywood; trabajó en una cincuentena de películas, algunas de gran éxito comercial.

Hija de una humilde familia de Ciudad Real, en el sur de España, y huérfana de padre, alcanzó la fama mundial con el western de Hollywood Veracruz, de 1954, donde compartía cartel con Gary Cooper y Burt Lancaster.

En su país, el mayor éxito de esta actriz, conocida como la manchega internacional, fue El último cuplé, en 1957, una de las películas más taquilleras del cine español.

Hemos perdido un icono de la cinematografía española e iberoamericana. Sara llenaba la pantalla como nadie, con una belleza muy especial, afirmó en un comunicado el ministro de Cultura español, José Ignacio Wert.

“Desaparece con Sara Montiel la intérprete de canciones inolvidables, el mito que nació con El último cuplé, la primera gran estrella española en Hollywood”, lamentó el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy, en un telegrama a la familia de la artista.

¡Se nos fue la gran Sara Montiel! Hasta siempre, querida amiga, exclamó en su cuenta de Twitter el cantante Raphael.

Montiel, cuyo verdadero nombre era María Antonia Abad Fernández, debutó en el cine con un pequeño papel en Te quiero para mí, de 1944, y rápidamente se convirtió en icono internacional en la deprimida y gris España de la posguerra civil.

Su papel en Locura de amor, en 1948, le permitió dar el salto oceánico a México durante los años dorados del cine en este país, donde vivió y grabó una decena de películas en las que compartió protagonismo con figuras, como Dolores del Río o Katy Jurado.

Entre 1945 y 1950 rodó una quincena de películas, entre ellas su primer gran éxito internacional, Locura de amor (1948), filme en el que Sarita, como la llamaban por su juventud, encarnó a una princesa mora. El éxito que cosechó ese filme en México la llevó a establecerse allí, donde prontó se convirtió en una de las actrices más famosas.

Películas como Furia roja, Cárcel de mujeres o ¿Por qué ya no me quieres? fueron parte de la época del cine de oro de México en la que participó la actriz, así como en Necesito dinero, Ahí viene Martín Corona y El enamorado (Vuelve Martín Corona), en las que actuó con Pedro Infante.

De México a Hollywood

Sara Montiel también rodó Serenade (1955), con Mario Lanza, Joan Fontaine y Vincent Price, donde la dirigió el que tras un romance sería su primer marido, Anthony Mann.

Mientras tanto, le tomó gusto a la música y comenzó una carrera paralela como cantante. Su voz se escuchó en sus películas y en casi una treintena de discos. Son míticas sus interpretaciones de Fumando espero y Bésame mucho.

Su etapa mexicana le sirvió como trampolín para aterrizar en Hollywood, la meca del cine que abandonó al cabo de unos años, cansada de que sólo le ofrecieran papeles de campesina.

Foto
Sara Montiel, de voluptuosa belleza y voz grave y sensual, actuó en las cintas mexicanas Locura de amor, Cárcel de mujeres y ¿Por qué ya no me quieres?, entre otrasFoto tomada de la revista Somos

Pícara, seductora y fumadora empedernida, la imagen de Sara Montiel rodeada por una nube de humo sigue aún muy presente en el imaginario colectivo español.

Luto oficial

Sarita Montiel, hija de una familia humilde de labradores, siempre se enorgulleció de sus orígenes.

Su pueblo decretó luto oficial y reabrió de forma excepcional el Molino Culebro, que alberga un museo dedicado a su hija predilecta.

Nací pobre, pero inmensamente bella, dijo una vez. Con tan sólo cuatro años, Sara ya sabía que quería cantar, y con apenas 15, su cautivadora mirada conquistó por primera vez las cámaras de cine.

En el extracto de una entrevista no datada, difundida por la radio pública española, la estrella se definía como muy tranquila, muy modesta, muy normal. O sea, Sara Montiel no es normal, es distinta, pero Antonia..., decía.

La actriz recordó sus experiencias en Hollywood, en otra entrevista con la emisora Onda Cero, en marzo, especialmente su encuentro con Marlon Brando, en 1951.

“Fui idiota. No le puse atención. Él estaba con Frank Sinatra haciendo Guys and Dolls y estuve conversando con él toda una tarde”, explicó Montiel, que poco después conocería también al cantante.

Un día, al levantarse, se encontró de frente con Greta Garbo, en el jardín de su casa.

“Me levanté y salí al jardín. Estaban mi marido y una señora jugando tenis. Terminaron de jugar y vinieron hacia mí. Mi marido me dijo: ‘Antonia, mira, te voy a presentar a Greta Garbo’. Casi me desmayo.

Vi a esa mujer; tenía los ojos más extraños, más preciosos, que nunca jamás olvidaré. Eran de color azul del desierto, como los de Gary Cooper, explicó.

Sobre si se definía como diva, solía responder: Yo sé quién soy. Que ya es mucho. Y toda la vida he llevado las uñas largas y de muchos colores.

Cuenta una anécdota que, durante los ensayos de la que fue su gran consagración como estrella, Sara Montiel no llegaba a las notas y pidió al pianista que bajara de escala. Si seguimos bajando, nos sentamos debajo del piano, contestó él. Pero el resultado acabó haciendo historia: Fumando espero/ al hombre a quien yo quiero/ tras los cristales/ de alegres ventanales/, reza la que quizá sea su canción más recordada.

El ultimo cuplé marcó un hito en el cine español, al convertirse en una de las películas más taquilleras de su historia, y también más internacionales.

Casada entre 1957 y 1963 con el director de cine estadunidense Anthony Mann, uno de sus cuatro maridos, Montiel, de voluptuosa y sensual figura, se convirtió en la primera actriz española en tener éxito en Hollywood.

Con inconfundible estilo, entre el canto y el susurro, Montiel también interpretó conocidos boleros, como Contigo aprendí y Bésame mucho. En 1979 se casó con su tercer marido, el empresario español Pepe Tous, fallecido en 1992, con quien adoptó a sus hijos Thais y Zeus.

Muchos años después, el cineasta Pedro Almodóvar rendiría homenaje a Montiel en una de sus películas: La mala educación (2004), en la que el mexicano Gael García Bernal interpreta a un transformista que canta el bolero Quizás, quizás, quizás, emulando a la actriz con una flor roja en la mano en su famosa Noches de Casablanca (1963).