Sociedad y Justicia
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Consiste en infligirse heridas en la piel; cobra fuerza entre adolescentes y niños

Cutting, práctica usada por jóvenes para sustituir el dolor sicológico por el físico

Son personas con baja autoestima, con depresión o ansiedad, detalla especialista de la UNAM

 
Periódico La Jornada
Lunes 1º de abril de 2013, p. 38

El llamado cutting, práctica entre adolescentes y jóvenes, que consiste en hacerse heridas superficiales en diversas partes del cuerpo con objetos punzocortantes, ha tomado fuerza en años recientes.

Se trata de un acto compulsivo en el que incurren personas con alguna inestabilidad emocional, con la finalidad de liberar dolor, enojo, presión, ansiedad o como una forma de llamar la atención.

Emilia Lucio Gómez-Maqueo, académica de la Facultad de Psicología (FP) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), explicó que este proceder deriva por factores sociales y culturales, ya que el actual entorno es más exigente con los adolescentes por la competencia en el trabajo y/o en la escuela, lo que causa cierto sufrimiento. Además del contexto de violencia.

Por lo general, se trata de personas con baja autoestima, depresión o ansiedad, debido a que han padecido violencia –sobre todo infrafamiliar– o acoso escolar, se sienten rechazados; además, se caracterizan por una mala o deficiente relación con los padres o por no superar la separación de éstos; por haber sufrido abuso físico, sicológico y/o sexual, tristeza por la muerte de algún ser querido, problemas de pareja e inclusive por padecer algún trastorno de alimentación, como bulimia y anorexia.

Algunos expertos afirman que autolesionarse es un modo por el cual los jóvenes tratan de sustituir el dolor sicológico por el físico.

Si bien es una práctica de la que no están exentos los adultos, la mayoría de los casos se presenta en adolescentes de entre 10 y 16 años, de acuerdo con la experta universitaria. Organizaciones internacionales indican que la edad promedio en la que comienza a registrarse esa conducta es a los 12 años, pero existen casos de niños de entre cinco y siete años que lo hacen y también se da en jóvenes de entre 18 y 25 años.

Estadísticas extraoficiales señalan que uno de cada 10 pacientes con depresión o síndrome limítrofe de la personalidad se autolesiona. Sin embargo, en México no existen cifras certeras sobre este tipo de práctica.

La investigadora de la FP asegura que por lo general estas lesiones no ponen en riesgo la vida, aunque pueden ser una alerta sobre el intento del suicidio. Datos del sistema de salud muestran que un alto porcentaje de quienes ingresan a los hospitales por intentar quitarse la vida, se han autolesionado con anterioridad.

Quienes efectúan el primer intento son más propensos al segundo. Los individuos con esta conducta autolesiva inician con cortadas pequeñas, pero algunos, al paso del tiempo, lo hacen con mayor frecuencia y en ocasiones pueden llegar a ser letales.

Las huellas físicas del cutting, también llamado self injury, pueden hallarse en diversas partes del cuerpo: muñecas, brazos, piernas o en el vientre. Sin embargo, los jóvenes que lo practican suelen esconder las heridas con muñequeras, playeras de manga larga, suéteres o algunos otros accesorios.

Esta conducta puede convertirse en un hábito o inclusive en una práctica de moda. En Internet se pueden hallar cientos de videos vistos miles de veces o -fotografías donde se da muestra de diversas formas para autolastimarse. También existen foros en línea donde los adolescentes comparten sus experiencias en esta práctica.

Análisis científicos reportan que los adolescentes que incurren en el cutting se encuentran entre el dolor y el placer, pues su cerebro comienza a asimilar que aquello que los lastima genera gozo, porque es una manera de aliviar algún dolor o pena. Además, muchos de ellos aseguran (en los foros en la web) que lo hacen porque sienten placer, para hacerse cicatrices, sentirse diferentes o porque les agrada ver sangre.

Para Lucio Gómez-Maqueo se debe considerar que la adolescencia es una etapa de búsqueda de identidad, por lo que lastimarse con este tipo de prácticas también puede ser un reflejo de la intención de los jóvenes de poner límites entre su cuerpo y sus padres, sobre todo si éstos son muy intrusivos.

La académica universitaria sostiene que de no atenderse a tiempo, esta conducta puede mantenerse hasta la edad adulta; por lo que al detectarse el mejor tratamiento es la sicoterapia y el apoyo familiar, así como vigilar los accesos de los jóvenes a Internet, por los contenidos sobre el cutting que se pueden hallar en la red.