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La autora de Tela de sevoya recibió el premio Villaurrutia en el Palacio de Bellas Artes

Myriam Moscona agradece: es un reconocimiento a mis sonidos más remotos

Ante familiares, colegas y lectores, la poeta leyó un texto en ladino, la lengua de sus muertos

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Myriam Moscona, anoche, en la sala Manuel M. Ponce, donde se entregó a la poeta el diploma y el estímulo económico de la edición 58 del galardón creado por Francisco Zendejas y Alfonso ReyesFoto Carlos Cisneros
 
Periódico La Jornada
Miércoles 27 de marzo de 2013, p. 6

El regocijo por la literatura regresó al premio Xavier Villaurrutia con la entrega anoche de ese galardón a la escritora Myriam Moscona.

Atrás quedó la polémica del año pasado cuando Sealtiel Alatriste tuvo que declinar el reconocimiento –que compartía con Felipe Garrido– al ser acusado de plagio por varios colegas.

Sergio Mondragón, Premio Villaurrutia 2010 y uno de los integrantes del jurado en esta edición (la número 58) destacó que hubo un magnífico nivel en las obras que participaron.

Tela de sevoya, el libro por el que fue Moscona fue galardonada, es una obra con una escritura clara, inteligente y ágil, en la que el mundo onírico, los trazos de la memoria, la invención y la realidad borran sus fronteras y se funden en ocasiones o se fragmentan en otras, agregó Angelina Muñiz-Huberman, también jurado.

Rodeada por amigos, familiares, colegas y lectores, Moscona fue recibida con un prolongado aplauso al inicio de la ceremonia efectuada en la sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. La acompañaban Margo Glantz, José Gordon, Hernán Lara y Silvia Molina, entre otros.

La poeta leyó un texto en ladino, la lengua de sus muertos que da vida a su novela, obsequió una cebolla a la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), María Cristina García Cepeda, y recibió de la funcionaria su diploma y cheque. No po-dían faltar los poemas de Villaurrutia, uno de sus autores de cabecera, en el discurso de agradecimiento de la galardonada.

Sobre todo, dijo Moscona, considero el premio un reconocimiento a mis sonidos más remotos; me gusta pensar que también se distingue a ese español arcaico que subyace abajo del nuestro y que distingue a los sefarditas.

Jaime Labastida, presidente de la Sociedad Alfonsina Internacional, entidad que desde hace más de medio siglo creó el premio, resaltó que el único objetivo de este reconocimiento que dan escritores a escritores es vigilar y proteger los altos intereses de la literatura. También agradeció al INBA por elevar este año el monto a 500 mil pesos.

Alicia Zendejas, viuda de Francisco Zendejas, uno de los creadores del galardón, junto con Alfonso Reyes, emocionada, señaló que un premio construye su prestigio no con base en su estatus. Lo que lo mantiene vivo es su apertura y permanente cambio. Mientras los lectores apoyen este certamen, vivirá.