Opinión
Ver día anteriorMartes 26 de marzo de 2013Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Venganza o asunto personal de panistas contra Ebrard

Los costos de la línea 12 del Metro

Q

uienes lo saben de cierto aseguran que la operación se inició hace poco más o menos un año, que debería entenderse más que como venganza o como asunto personal; la idea era dar un golpe para revivir al partido. Las consecuencias no tenían importancia, lo trascendente era tratar de devolver a Acción Nacional un poco de la imagen de honestidad ahora hecha trizas.

Al mando de la operación, nos dicen, estuvo la ex lideresa de los azules en el Distrito Federal, Mariana Gómez del Campo, ligada de todas formas a la familia Calderón; el ajusticiado sería Marcelo Ebrard o alguien de su equipo más cercano; el móvil, la construcción de la línea 12 del Metro, y el instrumento para dar el golpe, una funcionaria de la dirección general de Obras del Gobierno local.

Se trata, entonces, de un plan bien elaborado por los azules que, por otro lado, al parecer no midieron el tiempo político y beneficiaron a un actor que cuando empezó la filtración de documentos no se hallaba en el escenario, pero que ha sabido aprovechar las irregularidades existentes en la construcción de la obra para tratar de llevar al redil a Ebrard, que amenazaba con salirse. Nos referimos al PRI.

El temor de muchos allegados a Ebrard es que el escándalo sirva para que el ex jefe de Gobierno sea llamado a Bucareli donde, de la manera más atenta, se le obligue a dejar en paz el tema del Pacto por México, con lo que además las confusiones acerca de la construcción de la línea 12 del Metro quedarían perfectamente claras y tranparentes, pero sobre todo sin daños colaterales.

El problema, de cualquier forma, es que las filtraciones ya se hicieron. Según se cuenta, el error de mayor cuantía está en la dificultad que encontró el gobierno pasado para la compra de los predios por donde pasaría el Metro; el plan original, se nos asegura, tuvo que ser cambiado en varios momentos de la construcción, y eso encareció la obra, que si bien tenía un sobreprecio, no alcanzó para adquirir los terrenos que sí estaban a la venta.

Eso, aunado a otros errores, hizo que el monto total de la obra se elevara más de lo previsto, y esos errores, sin lugar a dudas, sí son imputables al ejercicio de la administración de Ebrard, por lo que se tendrán que dar explicaciones bastante claras y contundentes para que las autoridades dedicadas a investigar cómo se aplican los recursos públicos queden satisfechas.

Por lo pronto, el asunto sigue en total confusión, no obstante las explicaciones que se ya se dieron en la Asamblea Legislativa del DF; explicaciones que por otro lado parecen no haber dejado satisfecho a ninguno de los diputados que pretendían saber más del asunto.

Sea como fuere, al parecer la mejor postura del asunto la tuvo el jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, que sin meterse en problema de dimes y diretes confía en la actuación de las autoridades correspondientes y, sin oportunismos que pudieran alegar venganzas, simplemente esperará lo que se diga en el ámbito judicial. Por lo pronto, lo único que está claro es que el PAN, que aún no puede quitarse de encima, por ejemplo, el derroche –por decir lo menos– en la estafa de luz, busca argumentos para señalar, seguramente, que todos, a fin de cuentas, son iguales a ellos. ¡Válgame!

De pasadita

Todo indica que el sistema de transporte en el DF está en pleno colapso, y que no tardará mucho en que se tomen decisiones fuertes para tratar de poner al día las finanzas del sistema, que no sólo son los taxis o microbúses, sino también el Metro y todo lo demás. Ojalá y las autoridades recuerden que en el DF hay una buena cantidad de millonarios que no pagan impuestos, y que si cumplieran con sus obligaciones fiscales esta ciudad podría seguir teniendo, por ejemplo, el Metro más barato del mundo.