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El investigador habla con La Jornada de su primera novela, publicada por Planeta

La izquierda actual tiene conexión real con el villismo: Salmerón

Los personajes de esta ficción sí salen de los libros que he escrito como historiador, señala

En los textos para primaria debería haber sucesos épicos; lo que importa es crear identidad y emoción

Falsificadores de la historia buscan que ignoremos por qué debemos defender el petróleo, alerta

 
Periódico La Jornada
Martes 26 de marzo de 2013, p. 4

“No sé si La cabeza de Villa ayude a no olvidar, porque aquí no estoy escribiendo historia, pero sí cuento un poco del villismo. Siempre digo que lo que busco es que se disfrute la lectura cuando leo novela, pero también que no se olvide qué era el villismo, porque a mí no se me olvida”, indica el historiador Pedro Salmerón acerca de su primera novela.

Los personajes de esta ficción “sí salen en los libros que he escrito como historiador, quizá no en los de historia de primaria o secundaria. En los libros de primaria lo que debería salir son historias heroicas; es una tontería querer contar una historia enciclopédica, que se aprendan todo desde los primeros cavernícolas hasta Salinas, y luego de memoria. No. Lo que hay que contar en primaria son historias épicas, y saltarte de los Niños Héroes hasta el 5 de Mayo; no importa lo que pasa en medio, lo que importa es crear identidad, emoción, la historia crítica viene después.

El resultado del ataque a la historia épica y la de bronce es que han hecho una historia aburridísima que a nadie interesa, es la historia que quieren los falsificadores de la historia; creo que lo que quieren es que a nadie le guste la historia para que se olvide todo. Para que no sepamos por qué hay que defender el petróleo, señala el autor de La División del Norte: la tierra, los hombres y la historia de un ejército del pueblo.

La cabeza de Villa (Planeta), libro que el domingo pasado fue presentado en la Feria del Libro de Paseo de la Reforma, tiene como personajes centrales al general Lorenzo Ávalos Puente y a una mujer, María Eugenia. El primero sí existió, fue uno de los generales que acompañaron a Villa en su retiro a Canutillo, aunque quien lleva la batuta en la novela es completamente ficticio. María Eugenia es una invención.

“Aquí todo es ficción, la novela es ficticia, es un ejercicio de ficción. Ahora, ¿qué tanto de la ficción está montado sobre lo que sé del villismo? ¿De lo que he estudiado del villismo como historiador? Puedo decirte que esta novela ocurre 10 años después de mis libros de historia sobre el villismo, que hablan de su momento de gloria, de gran potencia revolucionaria.

La cabeza de Villa ocurre 10 años después, cuando están vencidos. Traté de acercarme al espíritu del villismo que conozco no sólo a través de los documentos y de la investigación histórica, sino de la narrativa de la época, con Nellie Campobello, Rafael F. Muñoz, Martín Luis Guzmán, Francisco L. Urquiza. Traté de acercarme al lenguaje, el sentimiento, la sensación de derrota.”

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El historiador Pedro Salmerón, autor de La cabeza de Villa, durante la entrevista con La JornadaFoto Cristina Rodríguez

Lo más fácil, añade, habría sido cambiarle el nombre a Lorenzo Ávalos, inventar un personaje “que es el recurso clásico de la buena novela histórica. Los grandes personajes no existen, pero sí lo que hay alrededor de ellos. Lo que quise hacer fue recordar los nombres de los villistas reales empezando por Pancho Villa, Rodolfo Fierro, Tomás Urbina, de los villistas de segundo nivel que son los que más me interesan, y los ficticios como Longino Güereca, como Espiridión Cifuentes, que son personajes de ficción.

Al menos los tres lectores del libro sabrán quién es Lorenzo, que hubo 17 generales villistas en Cuencamé y que hay una conexión real entre el villismo, el Partido Comunista, el reparto agrario y, por tanto, la actual militancia de izquierda estamos conectados con ellos, son nuestros abuelos, existen y tienen nombre y apellido.

La idea de tomar a Lorenzo Ávalos Puente llegó por el guión cinematográfico que dejó inconcluso Víctor Hugo Rascón Banda, y que concluyó Diego López Rivera. Era un guión sobre la derrota del villismo, sobre la vida en Canutillo, y lo terminó de escribir Diego López Rivera, amigo mío, un cineasta reconocido; estuvimos pensando en convertir a los personajes que acompañan a Villa en su último trayecto, en personajes no de documental cinematográfico, sino de ficción cinematográfica.

Pedro Salmerón estudió entonces a los personajes cercanos a Villa para encontrar al que pudiera representar al que quiere seguir en la lucha, al que está vencido, en la derrota total.

“El guión de Víctor Hugo y Diego ya está terminado; ojalá algún día alguien aporte el dinero que hace falta para producir esta magnífica película.

Villa no ha sido bien cinematografiado en México, estoy casi seguro que si sale como la habían pensado Víctor Hugo y Diego sí se hará.