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La inseguridad y el narcomenudeo se extienden como reguero de pólvora

Se expande la pobreza en parte alta de la delegación Álvaro Obregón

Recorren diputados perredistas la zona, en busca de estrategias que minimicen problemas

Viven familias entre toneladas de basura; 70% de los hogares, encabezados por mujeres

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Condiciones en las que sobreviven familias de Santa Lucía, en Álvaro ObregónFoto Carlos Ramos Mamahua
 
Periódico La Jornada
Domingo 24 de marzo de 2013, p. 35

En la parte alta de la delegación Álvaro Obregón, cientos de familias viven entre tolvaneras y montañas de basura acumulada en los recovecos de los cerros, los cuales aún no han cedido a la invasión de los muros grises de las casas, que se han construido durante más de cuatro décadas.

La pobreza en colonias como Santa Lucía, La Milagrosa y Tlacuitlapa, que se expande por los empinados andadores de esta zona –similares a las favelas de Brasil–, es enfrentada, en su mayoría, por mujeres, quienes cada vez más jóvenes se embarazan y se convierten en madres solteras.

Según datos oficiales, 70 por ciento de los hogares en esta demarcación están encabezados por mujeres, aseguró la diputada del PRD Polimnia Romana, quien junto con su homólogo Fernando Zárate, realizó un recorrido por estos sitios.

Al pie de un tiradero, en el predio conocido como El Corazón, en Santa Lucía, un terreno con varios cuartitos, da cobijo a la familia de Miriam Téllez. A sus 36 años tiene cinco hijos, dos nietos y ninguna esperanza de que cambie su destino.

Desempleo, drogas y riesgos

“Yo soy madre soltera y como puedo voy saliendo. Me regalan ropa y la vendo, junto dinero e invierto en pinzas para el cabello, y así me la llevo. M’ijo, el grande, tiene 18, ya se juntó con una muchacha de 15 y tienen una bebita; el otro, de 16, se robó a la novia, de 13 años, y está embarazada. Y ahí tengo a todos en el cuarto”, relató.

En esta zona, agregó, se acuerdan de nosotros en tiempos electorales, después nos quedamos olvidados. Y son los jóvenes los que más lo resienten. A cualquier hora del día encuentra a los chavitos con la mona en la mano. No viven en la calle, mi hijo tiene su casa y se droga, al igual que otros jovencitos, porque no tienen nada que hacer.

En La Milagrosa, casi en el precipicio de la barranca de Tarango, sobrevive en condiciones similares la familia de Magali Hernández. A la miseria se suma el riesgo de que en cualquier momento se despeñe su vivienda.

Con servicios básicos, como agua y luz, pero sin oportunidades de empleo y menos de recreación, la inseguridad y el narcomenudeo se han extendido como reguero de pólvora. Apenas hace unos días, en Tlacuitlapa, en cuestión de minutos, tres chavos desvalijaron 20 carros, relató don Gabriel.

De las drogas ni se diga. Los chavitos se sientan en la banqueta y se están drogando a cualquier hora del día, apuntó.

Romana admitió que el narcomenudeo ha permeado en esta zona, a grado tal que ahora ya te vende la droga la señora de las gorditas o la de la papelería, por lo que es necesario poner fin a la política de reparto de despensas y tomar medidas que resuelvan a fondo la problemática de estas comunidades.