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Se acabó la agroindustria; estamos a punto del truene: productores de Sinaloa

Reconoce Peña Nieto caída drástica en la capacidad productiva del campo
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El gobernador de Sinaloa, Mario López, el presidente Enrique Peña Nieto y el secretario de Agricultura, Enrique Martínez, durante el acto Impulso a la productividad agroalimentaria realizado en CuliacánFoto Presidencia
Enviada y corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 5 de marzo de 2013, p. 9

Culiacán, Sin., 4 de marzo.

Productores agropecuarios de Sinaloa, el llamado granero de México, expusieron al presidente Enrique Peña Nieto un panorama desolador: se acabó la agroindustria, los maiceros están a punto del truene, mientras las empresas trasnacionales les compran el maíz a precios muy bajos.

El Presidente no aludió a todos los planteamientos y prometió que recibirán los apoyos a tiempo como parte de un acuerdo que implica la entrega de recursos por 500 millones de pesos.

Tras escuchar a dirigentes de tres organizaciones de productores, Peña Nieto expuso que el campo mexicano bajó su capacidad productiva, ya que llegó a aportar 15 por ciento del producto interno bruto (PIB), y esta cifra asciende ahora a 3.6 por ciento, por lo que prometió mantener los programas sociales.

En su primera visita a Sinaloa, el priísta encabezó la presentación de un programa de impulso a la actividad agropecuaria en la empresa Rene Produce, en el kilómetro 25 de la carretera El Dorado-Culiacán.

Orador en la ceremonia, Germán Escobar, presidente de la Liga de Comunidades Agrarias de Sinaloa, expuso que al gobernador (Mario López Valdez) y a los productores de Sinaloa nos ha tocado bailar con la más fea. En un año se han perdido un millón de toneladas, pero estamos firmes, de pie y no nos hemos rajado.

Demandó poner en orden a las empresas trasnacionales, que amagan con traer maíz de Sudáfrica, transgénico, y pretenden pagar la tonelada del grano en 4 mil pesos.

Planteó que el kilo de tortilla cuesta 15 o 16 pesos, y a los productores les pagan barato el maíz. Pónganle orden también a ellos. Se están haciendo ricos, demandó.

También se quejó de que la Financiera Rural entrega recursos cuando ya invirtieron 70 por ciento de sus fondos, y que hace 20 años un campesino podía vivir de su parcela, pero ahora eso se acabó y se va a vivir a los cinturones de miseria de las ciudades.

En presencia de ex mandatarios de Sinaloa, como Francisco Labastida, Antonio Toledo y Fortunato Álvarez, Peña Nieto prometió alinearse con el gobernador López Valdez para atender los problemas del campo, así como apoyar la modernización y tecnificación del sector.

Previamente, el gobernador, que llegó al poder gracias a una alianza PAN-PRD, llenó de elogios a su huésped cuando señaló que si bien el campo sinaloense ha padecido muchos desastres climáticos, él considera: No estará la naturaleza conmigo, pero está Dios y hoy está Enrique Peña Nieto conmigo.

Se equivocó al señalar que antes de cumplir sus primeros 100 años de gobierno (en realidad son 100 días que Peña Nieto celebrará el domingo) le reiteraba el apoyo de un pueblo trabajador y de su gobierno.

Durante su visita, 70 trabajadores de hospitales de Culiacán, Mocorito, Angostura Salvador Alvarado y Guasave se manifestaron, pero no los dejaron llegar al lugar de la ceremonia. Permitieron que el Estado Mayor les recibiera una carta dirigida al mandatario, para exigir la homologación, lo que implicaría aumento salarial y mejores prestaciones.

No evado el tema de seguridad

Peña Nieto no habló de seguridad en su discurso, aunque visitó Sinaloa el mismo día en que fueron encontradas siete personas asesinadas en el municipio de Guadalupe, entre ellas cuatro policías, con lo que suman 187 homicidios en lo que va del año.

Al llegar a la ciudad de México una reportera de Estados Unidos, quien asistió a la gira, preguntó por qué no abordó el asunto de la violencia. Hay espacio para todo. Cuando se tiene que hablar de temas de seguridad y de lo que estamos haciendo contra la violencia, solamente ha habido espacio para este propósito que claramente me he he trazado, explicó.

–¿Es difícil cambiar la conversación? –le cuestionó

–No, insisto, no se trata de cambiar la conversación; es simplemente darle a cada lugar y en cada espacio el tema que nos ocupa. Lo que no podemos hacer es que de lo único que se hable sea de un solo tema.