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De castas y marfiles
Pasión por las orquídeas
Periódico La Jornada
Domingo 3 de marzo de 2013, p. 3

Otra de las pasiones de Lydia Sada es la jardinería. Es famosa su pasión por las orquídeas. Sus jardines están llenos de flores. Durante la entrevista acaricia una maceta con dos orquídeas. Se incorpora y las acomoda porque, dice, Ellas tienen su lado. Ahora les hago poco caso. Siempre me han gustado las orquídeas. Son muy difíciles de cultivar. Tenía unas muy raras, pero ahora ya las he regalado. Ya no tengo.

Dice que su fórmula para llegar lúcida a los 96 años es no cometer los excesos que a todos nos gustan: A mí también me gustan los chocolates, pero aquí no me dan, dice riendo, mientras comenta que su día empieza a las 10 de la mañana.

Doña Lydia tuvo cuatro hijos: Lydia, que murió de pequeña; Pablo, quien falleció el año pasado en un accidente de avioneta; Roberto, ingresado hace años en una institución después de haber sido discípulo de Marcial Maciel, fundador de los legionarios de Cristo, y Tomás: Tengo pocos hijos, no tengo de dónde sacar más nietos.

–Usted fue única hija... ¿sufrió machismo?

–Me respetaban porque no había otra mujer (risas). En mi casa no había tal cosa, eso de machismo no existía.

–Su hija se llamaba Lydia como usted...

–Sí, murió pequeña. Mejor que se mueran chiquitas a grandes, porque los recuerdos no son iguales. El recuerdo que puede dejar un hijo adulto es mayor. Pablo murió el año pasado.

–¿Cómo le gustaría ser recordada?

–Por haber cuidado estas valiosas piezas, lo considero un privilegio temporal.