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Latinos buscan remontar la invisibilidad política

Mexicano se postula a la alcaldía de la ciudad de Cícero, en Illinois

Ochoa, nacido en Guanajuato, espera que la batalla cívica trascienda

Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Lunes 25 de febrero de 2013, p. 19

Chicago, Illinois, 24 de febrero. Alrededor de 86 por ciento de la población de la ciudad conurbada de Cícero es de origen hispano, proveniente sobre todo de México, pero históricamente las autoridades electas han sido de ascendencia italiana. Ahora, Juan Ochoa, un migrante nacido en Guanajuato, se ha postulado como candidato independiente a la alcaldía, en busca de remontar la invisibilidad política y ganar cargos electorales para esa mayoría hasta ahora silenciada.

Los comicios serán el próximo martes 26 en esta demarcación, que fue centro de operaciones de Al Capone, donde solamente 29 mil de los 84 mil habitantes en edad de votar lo pueden hacer, pues el resto carece de regularización migratoria. Otro problema es la apatía: de los 29 mil posibles votantes, unos 23 mil son de origen hispano, pero sólo salieron a ejercer ese derecho 10 mil 300 personas en los comicios pasados, en los cuales un candidato anglosajón alcanzó 64 por ciento de los votos.

Cícero es el municipio que más simboliza la falta de poder y de organización que tiene la comunidad mexicana en Illinois, comentó Ochoa en esta ciudad donde no hay partidos políticos y suelen producirse acusaciones de intimidación política a adversarios incómodos, pero donde, asegura, cuenta con el respaldo de varias federaciones y casas representativas de grupos mexicanos: del duranguense Chuy García, comisionado del condado de Cook; del neoleonés Ricardo Muñoz, concejal del distrito mexicano de La Villita en Chicago, y del reconocido representante demócrata Luis V. Gutierrez, el aliado más fuerte que tengo y que me ha dado más recursos para esta elección.

Postulado por el Movimiento por la dignidad, la justicia y el respeto en Cícero, Ochoa confía en que esta batalla cívica trascenderá más allá de lo electoral. Tiene un equipo de trabajo de diez personas y le ayudan, según dice, 200 voluntarios. Estamos empezando desde cero. Los anglosajones concentran 70 por ciento de las posiciones con poder e influencia dentro de todos los aspectos del gobierno y de la vida local. Desde las librerías hasta los jardines públicos son dominados por quienes representan 9 por ciento de la población, así que cambiaremos estas formas de hacer política.

Asegura que los mexicanos son segregados de las posiciones ejecutivas estrictamente a causa de su nacionalidad y que los italianos, cubanos y judíos, por citar ejemplos, están sobrerrepresentados gracias a que están bien organizados, lo que, reconoció, no ha logrado la comunidad inmigrante mexicana en Chicago, pues son los méxicoamericanos de segunda o tercera generación los que tienen una vida más estable y organizada y quienes están mejor representados en otros estados.

Además, los inmigrantes tienen un historial de desconfianza hacia la política. En provincia pensamos que todos son corruptos y no importa quién gobierna. En Cícero sólo 7.4 por ciento de los votantes tienen educación universitaria, así que es fácil mentirle a nuestra gente y darle información mala y controlarla. ¿Apatía? Sin duda alguna existe, hay desconfianza también.

Sin embargo, Ochoa, dedicado al negocio de la publicidad, explicó que su estrategia política consistió en realizar pequeñas reuniones entre mexicanos para financiar su campaña e incentivar el sufragio a domicilio, donde el ciudadano hace su selección anticipada y anónimamente, para evitar la posible represión al salir a votar.

Al preguntarle si los mexicanos están condenados al fracaso político por tener un poder económico inferior, comparó el caso de los polacos, mayoría sin influencia en la política estadunidense, con la minoría irlandesa que ha tenido como representantes a los ex alcaldes Daleys, al actual gobernador de Illinois y a los presidentes de las cámaras altas y bajas del estado. En este momento nos parecemos más a los polacos, concluyó.