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Su renuncia al poder, ejemplo para gobernantes: Arizmendi

Deja el Papa la Iglesia tras sortear traiciones, afirma Rivera Carrera
 
Periódico La Jornada
Jueves 14 de febrero de 2013, p. 22

El papa Benedicto XVI deja a la Iglesia de Jesucristo en paz, después de sortear tempestades, incomprensiones y hasta traiciones, aseguró el cardenal Norberto Rivera Carrera, quien destacó que, pese a la furia del mal el pontífice siempre permaneció incólume en la fe, actuó guiado por la caridad y cumplió el mandato que el señor le dio de confirmar a sus hermanos en la fe.

En la celebración del Miércoles de Ceniza, ayer en la Catedral Metropolitana, el también arzobispo primado de México reconoció que el anuncio de la dimisión del Papa nos llenó de estupor, de tristeza y nos dejó un sentimiento de orfandad y de desamparo.

Añadió que, no obstante, ello ha sido un adiós sereno, pero marcado por el sufrimiento de quien durante casi ocho años condujo en medio de las borrascas y los presagios más negros la barca de la Iglesia universal.

Leyó una carta que envió al pontífice, en la que también le agradece por su fecundo servicio pastoral, así como por su magnífico y brillante magisterio; su testimonio de amor a la humanidad, la sencillez y la humildad que lo han llevado a tomar la valiente decisión de dejar la guía de la Iglesia.

Por su parte, Carlos Aguiar Retes, presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam), aseveró que el pontífice ha sido un hombre valiente, firme, decidido y que corre los riesgos de interpretaciones erróneas e incomprendidas, incluso por los fieles.

El también arzobispo de Tlalnepantla resaltó que hacer uso de un derecho que ningún papa en casi seis siglos había ejercitado es una gran lección espiritual y eclesial para todos los creyentes, especialmente para tantos que nos sentimos indispensables en las funciones y tareas que recibimos en el nombre de Dios.

Felipe Arizmendi, obispo de San Cristóbal de la Casas, consideró que la decisión papal es un signo profético y una invitación a no aferrarnos al ejercicio de una autoridad en cualquier ámbito; indicó que debe inspirar a un padre de familia para que a tiempo distribuya las herencias y no retenga su poder sobre los bienes que pueda dejar a los hijos, a un servidor de la Iglesia para que presente su renuncia periódicamente para que la comunidad crezca y a un líder sindical o a un gobernante para que no se empecine en su cargo como si nadie más fuera capaz de ejercerlo.