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El sub Marcos interpreta en comunicado la movilización del EZLN de diciembre

Estamos en medio de la iniciativa más audaz desde la insurrección zapatista
Foto
Marcha silenciosa de zapatistas en San Cristóbal de las Casas, el pasado 21 de diciembreFoto Víctor Camacho
 
Periódico La Jornada
Domingo 10 de febrero de 2013, p. 13

El nuevo comunicado del subcomandante Marcos, aún dedicado a las miradas, inicia con un sueño: “Es una calle, una milpa, una fábrica, un socavón, un bosque, una escuela, una tienda departamental, una oficina, una plaza, un mercado, una ciudad, un campo, un país, un continente, un mundo. El Mandón está gravemente herido, la máquina rota, la bestia exhausta, la salvaje encerrada. De nada sirvieron los cambios de nombre y de banderas, los golpes, las cárceles, los cementerios, el dinero fluyendo por las mil arterias de la corrupción, los reality shows, las celebraciones religiosas, las inserciones pagadas, los exorcismos cibernéticos.

“El Mandón llama a su último capataz. Algo le murmura al oído. El capataz sale y se enfrenta a la muchedumbre: ‘Queremos hablar con el …’. Duda, la mayoría de quienes se le enfrentan son mujeres. Corrige: ‘Queremos hablar con la …’. Vuelve a dudar, no es pequeño el número de otros y otras que se le enfrentan. Vuelve a corregir: ‘Queremos hablar con quien esté al mando’. Por entre el silencio se adelantan una anciana y una niña, se paran frente al capataz y con una voz inocente y sabia dicen: ‘Acá todas y todos mandamos’. El capataz se estremece, y se estremece la voz del Mandón en su último grito”.

Enseguida, el fragmento de una carta encomiástica recibida en el cuartel general del ezetalene sirve para descifrar claves de la llamada reaparición del EZLN: Estamos en medio de la iniciativa más audaz, por lo menos desde la insurrección, de los zapatistas. El remitente ofrece su interpretación (y Marcos la cita como una de las miradas en el comunicado) del hecho más significativo de la acción del 21 de diciembre del 2012. Esto, además de la organización, el esfuerzo militante, la demostración de fuerza, la presencia de los jóvenes y mujeres. Lo que más impresionó al remitente fue “que anduvieran cargando unas tablas y que llegando a las plazas se hicieran unos templetes. Conforme se iba narrando lo que sucedía, muchos medios privados, y algunos de los libres, especulaban sobre la llegada de los líderes zapatistas. No se daban cuenta que estaban ya ahí. Que eran los pueblos que se subían al templete y decían, sin hablar, ‘aquí estamos, estos somos, estos seremos’”.

El escrito de Marcos incluye también unas instrucciones sobre qué hacer en caso de que lo miren. Si alguien lo hace y no lo mira como si fuera usted transparente y no quiere convencerlo, cooptarlo, reclutarlo, dirigirlo, juzgarlo-condenarlo-absolverlo, usarlo, decirle qué puede o no hacer, darle consejos, recomendaciones, órdenes, recriminarle porque no sabe, tampoco porque sí sabe, no lo desprecia”. Si no quiere comprarle su auto viejo, su cara, su cuerpo, su futuro, su dignidad, su voluntad, ni venderle algo, entonces, primero descarte que se trate de un depravado o depravada. Segundo, ¿está usted seguro de que es a usted a quien mira?.

Tercero, ¿no tiene cara de policía buscando completar el pago que le tiene que reportar a su superior? Si sí, corra, aún está a tiempo de no perder lo del pasaje. Si no, cuarto, devuélvale la mirada, con seño severo, y no huye ni desvía la mirada, quinto: Repita los pasos primero, segundo, tercero y cuarto. Puede haber fallas en nuestro sistema (que, claro, es hecho en China). Si vuelve a llegar a este punto, pase al siguiente, el sexto: Tiene usted altas probabilidades de haber topado con alguien de la Sexta. No sabemos si felicitarle o darle el pésame. En todo caso, es su decisión y su responsabilidad lo que siga a esa mirada.

Otra mirada es a un puesto zapatista: El “Sup Marcos” indica: Tienen que apurarse porque se acaba el tiempo. La insurgenta de sanidad le dice: Oí Sup, el tiempo no se acaba, se acaban las personas. El tiempo viene de muy lejos y sigue su camino hasta alláaaaaa, donde no lo podemos mirar. Y nosotros somos como pedacitos de tiempo, o sea que el tiempo no se puede caminar sin nosotros. Nosotros lo que hacemos es que el tiempo camine, y cuando nos acabamos viene otro y lo empuja otro tanto al tiempo, hasta que se llega a donde se tiene que llegar.

Por último, el vocero zapatista admite que los manifestantes del 21 de diciembre en Chiapas subieron al templete con el puño en alto el 21 de diciembre, pero quizás los espectadores no miraron bien, no miraron que esos hombres y mujeres, cuando cruzaban por arriba, volteaban la mirada hacia abajo y veían a sus decenas de miles de compañeros, es decir, se miraron a sí mismos. Sin embargo, “allá arriba no nos miraron mirándonos… no entendieron, ni entenderán nada”.

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