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El estímulo económico para crear métodos de detección, menor que el patrocinio a atletas

El dopaje genético, nueva modalidad en el mundo deportivo: Benjamín Ruiz Loyola

Uno de los genes usados es ACTN3, que permite la regeneración rápida de fribra muscular, señala

 
Periódico La Jornada
Martes 29 de enero de 2013, p. 3

Aún no existen métodos de detección para el dopaje genético, pues el estímulo económico para hacer investigación científica y luchar contra él es mucho menor que los patrocinios para los atletas, afirmó Benjamín Ruiz Loyola, académico de la Facultad de Química (FQ) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

El dopaje genético es el método más avanzado para ocultar el consumo de sustancias prohibidas en el mundo deportivo. Consiste en utilizar genes para incrementar el rendimiento, sin que las pruebas convencionales lo detecten.

Una técnica consiste, por ejemplo, en tomar material genético de un virus inocuo, insertarle un gen específico, como el que permite la síntesis de la insulina humana, e inyectar el virus con el material modificado en el organismo de un diabético. Con ello, la persona generará insulina y la enfermedad estará más controlada, explicó.

En el caso de los atletas, se utilizan varios genes. Uno es el ACTN3, que permite la regeneración rápida de fibra muscular. Si alguien se lesiona y le inyectan un virus modificado con ese gen, se recupera con mayor prontitud, explicó Ruiz Loyola.

Hormona eritropoyetina

Otro método usa el gen de la hormona eritropoyetina (EPO), que aumenta la producción de hemoglobina en la médula espinal. Si el deportista se cansa, comienza a faltarle oxígeno y su respiración se hace anaeróbica; esta última genera ácido láctico que se acumula en los músculos y causa cansancio, rigidez y dolor muscular, además de la sensación de falta de aire; con esta técnica se capta más oxígeno y se tiene mayor rendimiento, porque el cuerpo tiene más sangre oxigenada y la respiración es completamente aeróbica, señaló.

Aumentar la cantidad de EPO implica incrementar el flujo de sangre y oxígeno. Es un efecto similar al de drogas como el éxtasis, las famosas tachas, aunque éstas son estimulantes, mientras con este método el efecto se produce por aumentar el volumen sanguíneo, aclaró.

La hormona de crecimiento humano también aumenta el rendimiento, porque permite la producción de sangre (por un mecanismo distinto al de la EPO) y favorece el desarrollo de masa muscular.

El investigador de la FQ precisó que no está comprobado que se utilicen esas técnicas, pero existen. Como es algo prohibido, nadie confesará que lo aplica a deportistas.

Recordó que el ciclismo es uno de los deportes en el que se inició la detección de sustancias no aptas para esas actividades y la salud. En ciertas rutas ciclistas y actos olímpicos han muerto deportistas que consumen estimulantes para reducir el cansancio.

La nueva era del dopaje genético ocurre en el momento que el sanguíneo ya tiene métodos de detección eficaces.

Antes se usaban los esteroides anabólicos, que aumentan la masa muscular y la fuerza. El problema es delicado, hoy día muchas de las sustancias son detectables, como la testosterona, el clembuterol y un nuevo anabólico esteroidal llamado THG, reveló Ruiz Loyola.

Sin embargo, el dopaje genético es un paso adelante y no hay métodos que lo detecten. No existen muchos especialistas en terapia génica y el asunto es complicado, porque en la medida en que se especializan los métodos para hacer trampa, también deben hacerlo los de detección, pero en este sentido vamos dos pasos atrás.

Entre los riesgos, el investigador universitario destacó que el aumento del volumen sanguíneo (por empleo de eritropoyetina, por dopaje sanguíneo o genético con el gen de la EPO) implica el incremento de los factores de coagulación y, por tanto, más posibilidades de una trombosis. También puede haber arritmia cardiaca por la presencia de trombos, que ocasiona infarto cardiaco. A todo esto se exponen los deportistas que hacen trampa.