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Las acciones de la cruzada, sin sentido asistencialista, asegura

El hambre es una verdad ignorada, dice Peña Nieto
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El presidente Enrique Peña Nieto, a su llegada al municipio Las Margaritas, en ChiapasFoto Presidencia
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Periódico La Jornada
Martes 22 de enero de 2013, p. 7

Las Margaritas, Chis., 21 de enero. En el lanzamiento de la Cruzada Nacional contra el Hambre y frente a gobernadores de todo el país –con excepción de los mandatarios de Jalisco y Guerrero–, el presidente Enrique Peña Nieto afirmó: Hay que decirlo con todas sus letras: el hambre es una verdad ignorada. Unos no la conocen, otros no la aceptan y algunos ni siquiera se atreven a mencionarla.

Es un hecho lastimoso, lamentable y doloroso, dijo, pero hay hambre en todas las entidades y ante ello el gobierno tiene la obligación ética de sumar esfuerzos con todos los sectores para hacer un frente común y mover también los programas y el presupuesto de los gobiernos de todos los niveles para atender a los mexicanos con mayor necesidad.

Estas acciones, aclaró enseguida, no tienen un sentido asistencialista. No se trata sólo de repartir alimentos. Es una estrategia integral de bienestar e inclusión social y está por encima de consideraciones ideológicas.

Como lo hizo desde su campaña electoral, Peña Nieto insistió: los programas sociales deben evolucionar para lograr mayores resultados en su aplicación, pues hasta ahora ha sido insuficiente. Se ha elevado la inversión al doble y sin embargo no hemos tenido avances mayores en el combate a la condición de pobreza que viven millones de mexicanos.

Primeras medidas

Como medidas inmediatas de este programa para atender a los 7.4 millones de mexicanos con carencias alimentarias, se contempla: una amplia convocatoria social, organizar los bancos de alimentos y de donaciones, crear un fondo de trabajo solidario para quienes deseen trabajar para la cruzada y, en conjunto con especialistas en los temas de alimentación, nutrición y pobreza, alinear las medidas específicas al Programa Hambre Cero, convocado por las Naciones Unidas.

En territorio tojolobal y en un municipio definido aquí como emblemático para el país, Peña Nieto presentó ante unas 15 mil personas el programa insignia de la política social de su administración. También vino todo el gabinete legal y ampliado y el mandatario ocupó, luego de arribar, cerca de media hora en saludar a la gente instalada a un lado del pasillo de ingreso.

La concurrencia estuvo conformada por habitantes de los pueblos indígenas próximos y por campesinos provenientes de los 122 municipios chiapanecos destinatarios de la mayoría de las acciones transversales y evaluables de la cruzada.

Ellos, y como un millón y medio más de sus paisanos, serán objetivo de la cruzada. Pero hoy fueron traídos aquí con tanta antelación, que ya desde pasadas las siete de la mañana formaban filas para ingresar al gigantesco manteado colocado para la ocasión, si bien la ceremonia inició casi a las dos de la tarde. Mientras, mataron el tiempo de espera (que hacia al final se convirtió en coro de niños llorando de cansancio y hambre) escuchando al cantante grupero Danny Guillén, quien pedía aplausos y manos alzadas, pero al no obtener respuesta se mofaba: Claro, seguro no lo hacen porque no se pusieron desodorante.

Tampoco, por supuesto, ocuparon los lugares de privilegio en el espacio de las vallas metálicas. Hasta adelante se instaló a la clase política local. A la de ayer y a la de hoy, pues por ahí andaba, por ejemplo, el secretario de Agricultura y otrora líder nacional del PRI por los años 80 Jorge de la Vega Domínguez.

Inaceptable y realidad lacerante y lastimosa, fueron algunos de los adjetivos utilizados por Peña Nieto para respaldar su decisión de hacer frente a este reto histórico de atender el hambre de millones de mexicanos, pues no hay nada más angustiante para un padre o una madre de familia que carecer de lo indispensable para dar de comer a sus hijos. No hay nada peor para el desarrollo de una nación que no alimentar adecuadamente a sus menores durante los primeros años de su vida, de manera especial.

Y eso ocurre hoy, pues aunque se trata de un derecho consagrado en el artículo cuarto constitucional, no se ha materializado plenamente entre los mexicanos.

La cruzada tendrá –explicó Peña Nieto– una orientación focalizada; corresponsabilidad de todas las dependencias y los gobiernos locales; buscará fortalecer las capacidades productivas de las zonas de mayor marginación y pobreza, e involucrará la participación comunitaria y social de los mexicanos.

Se iniciará en 400 municipios definidos a partir de la información del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y pretende atender, además del problema alimentario, las carencias de salud, educación, vivienda, economía local y servicios básicos. La cruzada es una estrategia social de nueva generación, porque va a incrementar la inclusión productiva de sus beneficiarios. Es decir, que quienes hoy reciben un apoyo, en el futuro tengan la capacidad para salir de la pobreza a partir del fortalecimiento de sus ingresos como individuos productivos, dijo.

En el acto intervinieron también los mandatarios de Chiapas y de Chihuahua, Manuel Velasco, como anfitrión, y César Duarte, como presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago). La secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, participó también.

Suma de voluntades

Se anunció asimismo que en el transcurso de los próximos dos meses habrá reuniones con integrantes de los distintos niveles de gobierno y organismos de la sociedad civil con el objetivo de sumar voluntades.

La base aérea militar número 17 de Copalar, en Comitán, se convirtió en receptora de todas las naves oficiales llegadas de todo el país. El propio presidente Peña Nieto y su gabinete utilizaron aviones de menores dimensiones, dado el tamaño de la pista militar.

Desde ahí, todos fueron trasladados en camionetas y pequeños autobuses a Las Margaritas y en el camino se instalaron numerosos puestos militares y de la Policía Federal. Sólo el jefe del Ejecutivo, su esposa, Angélica Rivera, y el gobernador Manuel Velasco arribaron en helicóptero.

Mientras el acto daba inicio, el templete se convirtió en una reunión informal de grilla y acuerdos. Ahí, abstraídos del resto, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, y el subsecretario de Seguridad, Manuel Mondragón, tuvieron una charla muy larga.

Y después, los más solicitados a su llegada fueron los secretarios de Gobernación y de Hacienda y Crédito Público, Miguel Ángel Osorio Chong y Luis Videgaray Caso, respectivamente.