Sociedad y Justicia
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Endeudamiento de clientes a como dé lugar, objetivo de bancos

La cuesta de enero, colofón de gasto no planeado: académica

Irresponsabilidad crediticia y oficial deriva en ganancias financieras

 
Periódico La Jornada
Lunes 14 de enero de 2013, p. 42

La cuesta de enero y febrero es el resultado de un gasto desmedido de las familias en el último mes del año, pues debido a que muchos reciben aguinaldos, fondos de ahorros, bonos u otros ingresos extras en efectivo, se sienten con mayor capacidad de compra, pero no prevén ni planean gastos futuros.

Patricia Rodríguez López, especialista del Instituto de Investigaciones Económicas (IIE) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), afirmó que la época en la que más gastos realizan los mexicanos es diciembre; sin embargo, acota, después de los dos primeros meses del año llegan las consecuencias.

Lo anterior se refleja en los datos de casas de empeño, pues es marzo cuando más personas acuden a estos lugares, en búsqueda del dinero que ya no tienen, afirmó.

Debido a estos bonos, en diciembre hay mayor capacidad de compra. Existe una idea irracional: creer que uno tiene más dinero y posibilidades de consumo, sin analizar lo que vendrá después. Cuando llega enero nos damos cuenta de que se trataba de una ilusión monetaria que no corresponde a nuestros ingresos normales y vienen las dificultades para solventar los gastos generados durante el fin de año.

En entrevista, la académica señaló que a finales de 2012 los trabajadores mexicanos que recibieron algún ingreso extra destinaron casi 50 por ciento para pagar deudas adquiridas meses atrás.

Para la investigadora se debe generar una cultura del ahorro. El exceso de ingreso se podría canalizar para el pago de deudas, a fin de evitar intereses. Otra opción es la compra de productos básicos que pueden ser almacenados y cuyos precios se incrementan en enero y febrero, pero lo mejor sería ahorrar la mayor parte para enfrentar pagos extras o inesperados que se pueden presentar a lo largo del año. Esto, debido a que en México los salarios son bajos y ahorrar se vuelve complicado.

Sin embargo, agrega, las instituciones bancarias han colaborado para crear entre la población la idea de consumo generalizado, agrega, debido a la proliferación de tarjetas de crédito que muchas personas no saben administrar.

Aunque los precios se incrementan de manera considerable (a fin y a principio de año), no lo notamos porque usamos las tarjetas y la facilidad de hacer pagos a meses sin intereses. Pero si no se es responsable con las compras ni con el pago puntual, se impondrán tasas de interés altas, de entre 35 y 40 por ciento, y lo que en principio parece una oferta a la larga resulta más caro.

Rodríguez López subrayó que las instituciones crediticias buscan el endeudamiento de sus clientes a consta de lo que sea, ya que es en los pagos de intereses donde tienen uno de sus principales negocios, hecho, agrega, con que las autoridades son permisivas.

Esto se conjuga la cultura del consumo con la irresponsabilidad institucional oficial y bancaria. Así, en lugar de invitar a las personas a que hagan un adecuado uso de los plásticos, se les orilla al endeudamiento y con ello entregar mayores ganancias al sector financiero.

Agregó que las promociones de los meses sin intereses representan una opción para los consumidores, sobre todo por los de bajos ingresos en general, pero el uso de las tarjetas, puntualiza, debe ser controlado y analizar cuánto gana cada persona mensualmente y cuánto implicará el pago de la mensualidad.