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El supuesto fin del mundo según el calendario maya pone a circular el dinero en el planeta

Bar de Nueva Delhi invita a no perderse lo que podría ser su última danza
 
Periódico La Jornada
Jueves 20 de diciembre de 2012, p. 4

París, 19 de diciembre. El supuesto fin del mundo profetizado por los mayas precipitará el viernes a algunos crédulos hacia el refugio más cercano, aldea mística en Brasil, montaña sagrada en Francia o búnker privado en Estados Unidos, pero muchos terrícolas cuentan con celebrar ese fin del mundo más bien en un bar de Hong Kong o de Sydney.

Venta de refugios llave en mano, acopio de provisiones, precio de hoteles en alza vertiginosa, menús especiales de fin del mundo, visita a lugares sagrados, etcétera: lo que es seguro es que el calendario maya ha hecho circular el dinero en todo el mundo.

En México y los países de América Central, donde se extendió la civilización maya (Belice, Guatemala, Honduras, El Salvador), el fin del mundo influye desde hace meses en el turismo.

Se organizan conferencias, reconstituciones de ritos, acontecimientos especiales, espectáculos de luz y sonido; los antiguos sitios mayas atraerán multitudes el viernes, haciendo caso omiso de la indignación de los indígenas. En Honduras, el presidente Porfirio Lobo asistirá a una ceremonia.

Noche fatídica por mil 500 euros

Algunos lugares tienen la reputación de ser un refugio en el Apocalipsis, sin que se sepa a qué se debe esa creencia.

En Bolivia, una ceremonia religiosa será organizada en la isla del Sol, del lago Titicaca. Según la leyenda, allí nacieron los fundadores del imperio inca.

En Brasil, a 250 kilómetros de Brasilia, el pueblo de Alto Paraiso, al que se atribuye tener energía mística, se prepara desde hace años para el último día del mundo, lo que atrae cientos de crédulos o curiosos.

En Serbia, la montaña de forma piramidal Rtanj, a 200 kilómetros de Belgrado, tiene una reputación similar que atraerá a no pocos en ocasión del solsticio de invierno.

El monte Bugarach, situado en el suroeste de Francia, es ya víctima de su reputación de refugio antiapocalipsis, a tal punto que ciertos hoteles piden tarifas de hasta mil 500 euros para pasar allí la noche fatídica. Suma que hay que pagar por adelantado, llegue o no el fin del mundo. Las autoridades locales, inquietas por la seguridad, exhortan a las personas a no venir.

En Turquía, se dice que el pueblo de Sirince quedará también al margen del Apocalipsis, porque es desde allí que la Virgen María subió a los cielos. Resultado: reservaciones completas para el día 21 en todos los hoteles.

A falta de lugares sagrados, otros temerosos del Apocalipsis optan por refugios construidos por el hombre. En Estados Unidos, son muchos los que se preparan para un cataclismo, de origen humano o natural, con refugios antinucleares o sótanos transformados en búnkers.

Por 30 mil rublos (unos 9 mil 700 euros), los moscovitas adinerados pueden optar por una de las 300 plazas disponibles en un búnker de la época estaliniana, a 65 metros de profundidad.

En el este de Francia, el fuerte de Schoenenbourg y sus galerías subterráneas permanecerán abiertos excepcionalmente. Y ello pese a que el edificio formaba parte de la Línea Maginot, el sistema de defensa francés que no logró detener la ofensiva alemana durante la Segunda Guerra Mundial.

En Asia, Japón e India, el fin del mundo pareciera sobre todo ser ocasión de organizar fiestas y de accionar las cajas de cobro.

¡Podría ser su última danza, así que no se la pierda!, insta el bar Sky de Nueva Delhi. En Hong Kong, restaurantes proponen menús especiales; uno promete no cobrar la cuenta... si llega el Apocalipsis. En Sydney, se prepara una gran fiesta del fin del mundo.