Puebla, Pue. Con la presentación de la compañía argentino-española de teatro aéreo Voalá, en el Zócalo de la capital poblana, concluyó el domingo 2 el segundo Festival Internacional de Teatro Héctor Azar (FITHA), el cual fue un éxito al ofrecer de manera gratuita 127 funciones que abarcaron distintos géneros desde teatro de calle y de sala, así como arte circense.

Durante 10 días, del 23 de noviembre al 2 de diciembre, el FITHA 2012 contó con la participación de alrededor de 800 creadores escénicos provenientes de 13 países, como Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Corea, España, Estados Unidos, Inglaterra, Italia, Holanda y Hungría, cuyas propuestas se presentaron en 21 foros.

De manera detallada se presentaron 17 compañías internacionales de teatro, más de 10 grupos de artes circenses, casi 20 agrupaciones nacionales y más de 35 locales. De acuerdo con las cifras oficiales se ha estimado una asistencia de 187 mil personas, incluidos los visitantes provenientes de varias entidades, entre ellas Tlaxcala y el Distrito Federal.

De manera paralela a las actividades artísticas, se llevaron a cabo siete talleres impartidos por destacados creadores sobre gestión cultural, dramaturgia, dirección, títeres, performance, actuación y videocreación.

A las 20:30 horas del domingo, se presentó en el Zócalo de la capital poblana la compañía Voalá, integrada por artistas de distintas nacionalidades, con las direcciones escénica y musical de Roberto Strada y Gastón Iugman, respectivamente.

Escena de Voalá Station, espectáculo con el que terminó la segunda edición del Festival Internacional de Teatro Héctor AzarFoto Abraham Paredes

Voalá Station es el título del espectáculo de teatro y danza aérea con música y cantantes en vivo, cuyo hilo conductor es la historia de cuatro ejecutivos que llegan tarde a una estación de trenes, donde se encuentran con un mendigo que los detiene para regalarles una flor, lo que provoca que pierdan el último tren nocturno.

Mediante distintos cuadros coreográficos todos ellos aéreos, los personajes de esa historia lo que intentan –en el vértigo de las alturas– es mostrar a esos ejecutivos otra realidad: un mundo mágico y poético donde el anhelo de volar y la libertad son muy importantes, alejados de ese otro mundo esclavizado por el tiempo.

De acuerdo con el director escénico, Roberto Strada, el espectáculo aéreo es una especie de comedia musical, ya que integra a una cantante, quien en vivo canta lo que va ocurriendo. No hay un texto. De lo que se trata es de situaciones cantadas, señaló el creador escénico argentino.

Más que en la escena al ras de piso, en el aire cuatro mujeres musas, cuatro hombres ejecutivos. Personajes a los que de alguna manera se les orilla o empuja a decidir entre ir a la izquierda o a la derecha, ir a lo de siempre o a lo nuevo, ir al lugar conocido o al desconocido.

Lo que simbólica y poéticamente trata de expresar el espectáculo, es enseñar a volar. Comprender que es bueno en la vida viajar ligero, no tener mucho equipaje para poder volar, concluye Strada.