Opinión
Ver día anteriorSábado 1º de diciembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Apuntes postsoviéticos

Barril sin fondo

N

udo de contradicciones religiosas y anhelos separatistas, el Cáucaso del norte sigue siendo para Rusia un barril de pólvora, pero también es para el Kremlin –a la luz del saqueo de los subsidios federales– un barril sin fondo.

La lealtad tiene un alto precio en términos de financiamiento a fondo perdido y, más allá de que los petrodólares permitan el derroche, cada vez hay mayor número de rusos que hacen coro a los nacionalistas y exigen ¡Ya basta de alimentar al Cáucaso!

Hoy por hoy, al margen de las heridas abiertas que se acumulan tras años de guerra, atentados suicidas y combates con rebeldes, dos son las visiones sobre el Cáucaso del norte que prevalecen en Rusia y dividen esta sociedad.

Para unos, los organizadores de las xenófobas marchas rusas y gente común descontenta con los privilegios oficiales a las repúblicas norcaucásicas, es una herencia no deseada de lo que llaman colonialismo soviético, como lo fue Argelia para Francia en los años 50.

Para otros, entre ellos los adeptos de la posición oficial, el Cáucaso del norte es parte inalienable de Rusia –conquistada a sangre y fuego por el ejército de los zares, como describe, en estremecedor testimonio, Liev Tolstoi en su novela Hadji Murad–, y no se debe perder bajo ningún concepto, a menos que se quiera tener en el flanco sur del país una zona de caos, inspirado en tendencias religiosas radicales.

Con tal de evitar esto último, el Kremlin primero gastó cientos de miles de millones de rublos para derrotar a los independentistas en dos guerras recientes a todo regla –sin hablar de la sangría económica de la guerra de guerrillas que continúa–, y luego sigue financiando otro tanto para reconstruir todo lo que arrasó.

Pero el dinero de Moscú también sirve para que los caciques locales tengan lujosas residencias con mezquitas y zoológicos particulares, coleccionen automóviles deportivos de lujo y cometan otras aberraciones producto del robo de los recursos federales.

Por eso causó alivió que el gobierno rechazara aportar 2 billones 600 mil millones de rublos al Programa de Desarrollo del Cáucaso del norte hasta 2025. Del presupuesto federal, según las últimas filtraciones, planea dar para ese programa especial 316 mil millones de rublos.

Sin embargo, ordenó que las corporaciones públicas y las regiones rusas colindantes faciliten ingentes recursos para reunir, junto con consorcios privados, hasta 3 billones de rublos.

Y eso sin hablar de otros programas como Sur de Rusia o los dedicados al desarrollo de repúblicas por separado que seguirán engrosando las fortunas de los gobernantes norcaucásicos.