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A la mitad del foro

De cómo vino la derecha y cómo se fue

Q

uedan cinco días. Y Felipe Calderón canta el corrido El perro negro. Y vuelve a Campeche a cortar el listón del bulevar que llevará el nombre de Juan Camilo Mouriño: Estoy seguro de que no hay mejor manera de honrar la memoria de un mexicano que con una obra que sea precisamente sinónimo de progreso para el estado y para el país que tanto quiso. Y se monta en su bicicleta para recorrer 75 kilómetros. Rinde homenaje a soldados y marinos en el puerto de Veracruz, tres veces capital de la República.

Le quedan cinco días y propone que nuestra República se llame México, sin añadidos, como la democracia sin adjetivos.

Ya no le va a alcanzar el tiempo. Manlio Fabio Beltrones de plano dijo que hay cosas más importantes que atender. Rechazar el sistema federal es vieja pasión de la derecha nuestra, confesional, centralista y ciega a la participación de representantes mexicanos en las tareas constituyentes de Cádiz. Allá, donde el rey Juan Carlos despidió cariñosamente a Felipe Calderón. Nadie recordó a Ramos Arizpe, ni que la Constitución Liberal de Cádiz fue el antecedente del federalismo de nuestra Constitución de 1824. El que se va dentro de cinco días insistió en la visión monotemática de su quehacer sexenal: la guerra contra el crimen organizado. El rey tuvo un golpe de nostalgia y lamentó la crisis europea, hoy que Iberoamérica está en alza.

No toda. Ni todos sus pobladores. Ahí estuvo Dilma Rousseff, presidenta de Brasil, de la primera potencia de América Latina, de la sexta economía del mundo. Y la sucesora de Lula expuso el contraste entre la política económica de Brasil y el fracaso evidente de las dos décadas de estancamiento económico, crecimiento mediocre, de la recesión de la Unión Europea en crisis bancaria y financiera: La experiencia demuestra que cuando la austeridad es exagerada se derrota a sí misma, dijo; la retirada de derechos no puede ser la única respuesta. Dilma Rousseff afirmó que son sólidas las bases sentadas por el gobierno de Lula y reafirmadas por el suyo: 17 millones de empleos formales creados en 10 años, 40 millones de brasileños incorporados a la clase media. Dejamos de ser el eterno deudor y ahora le prestamos al FMI.

Duele la pobreza multiplicada en México, la concentración brutal de la riqueza, el hambre de millones de familias cuyos ingresos no alcanzan para tres comidas al día. Y el desempleo. Y los 50 o 60 millones de muertos y los 15 o más millones de desaparecidos. Víctimas sin rostro, sin nombre, en los años de estado de excepción ficticio; de suspensión de garantías sin solicitar autorización del Congreso. La ONU declara que la tortura y la violación de los derechos humanos son recurso habitual de las fuerzas del orden. De esas cifras habló Cuauhtémoc Cárdenas en estos días finales de los 12 años de gobiernos panistas. De 30 años, dijo, de la derecha en el poder. Millones de muertos, más de 500 municipios sometidos al control de la delincuencia. Ausencia del Estado.

Quedan cinco días. Y los partidos de izquierda discuten si deben tomar la tribuna de San Lázaro o escenificar otros géneros de protestas; los jóvenes del 132 van a rodear la sede del Congreso. No han dicho si aspiran a hacerlo levitar, como intentaron que levitara el Pentágono quienes pregonaron amor y paz. Aquellos lograron poner fin a la guerra de Vietnam. Los fieles de Morena asistirán a la columna de la Independencia para manifestar su condena a la compra de la Presidencia de la República. Ahí se reunieron durante la brega de eternidad los panistas que se van esta semana; quizá vuelva Felipe Calderón el próximo 15 de septiembre a gritar. ¡Viva Agustín de Iturbide! Por lo pronto, transición de terciopelo. Y en la Cámara de Diputados se aprobó la iniciativa de reformas a la Ley Orgánica de la Administración Pública. Volverá la policía política, la Gestapo criolla, dijeron los mismos con cuyos votos se aprobó la desaparición de la Secretaría de Seguridad Pública.

Ven fantasmas, respondió Manlio Fabio Beltrones. La reforma que aprobarán en el Senado permitirá al titular del Poder Ejecutivo unificar el mando de las fuerzas encargadas de la seguridad pública. Bastaría el penoso espectáculo de los enfrentamientos de policías federales y agentes de la Procuraduría General de la República en torno al atentado de Tres Marías, la emboscada, dijo la embajada de Estados Unidos; pero hay además el descrédito por las denuncias de violaciones de los derechos humanos, acusaciones que señalan a personal del Ejército y la Marina. Corresponde a la autoridad civil atender los asuntos de seguridad pública. Es indispensable la función de enlace de la Secretaría de Gobernación con las entidades federales, mandos municipales y el Poder Legislativo para dar respuesta al caos anarquizante de la violencia que impera.

Enrique Peña Nieto dispondrá de los instrumentos administrativos con facultades expresas para hacer efectivo el cambio. Negociar con discreción y paciencia en el trato con diputados y senadores ha hecho posible la aprobación de sus iniciativas antes de tomar posesión de la Presidencia de la República. Falta fijar el rumbo. Falta saber quiénes serán designados secretarios, no ministros sino secretarios a los que puede designar y remover libremente. Pero los desaciertos tienen alto costo en el gobierno eficaz que postula por encima o en ausencia de ideología alguna. La experiencia le ha servido para sobrellevar el largo interregno. Para ser buen político hay que ser buen juez de hombres. Vamos a ver.

Nombres hay muchos. Algunos ya han sido puestos a prueba. Luis Videgaray ha sido el valido de palacio, más al estilo de Pérez el de Felipe II que el del conde-duque de Olivares. En todo caso, no hay todavía quien propague la leyenda del poder tras del trono, como lo hicieron con el sombrío José María Córdoba. Y ahora, paradoja de paradojas, López Obrador y sus feligreses dicen que Carlos Salinas es el poder detrás del trono. Miguel Ángel Osorio Chong, de Hidalgo, recibió la encomienda de ser enlace político. Y al volver a ser la Secretaría de Gobernación conducto político del titular del Poder Ejecutivo, los enterados aseguran que despachará en la casona de Cobián. Hay más: Emilio Lozoya Austin, Luis Miranda y David López. Cada uno en el cargo debido. Sabremos cuál en pocos días.

Enrique Peña Nieto vuela a Washington y puede usted estar seguro que su encuentro con Barack Obama no tendrá como prioridad absoluta el asunto de barandilla del combate al crimen organizado, narcotráfico y trasiego de armas. Lograr que paguen más impuestos y dejen de estar exentos los más ricos, es asunto vital para el de la Casa Blanca. Sin reforma hacendaria, sin crecimiento económico, no habrá creación de empleos formales ni desarrollo en México. Esa es la prioridad.

El 1º de diciembre, en la sede del Congreso de la Unión, Enrique Peña Nieto rendirá protesta al cargo de titular del Supremo Poder Ejecutivo. Y dirigirá un mensaje a la nación desde Palacio Nacional. Cambió la realidad. Ya en el poder, habrá que enfrentar el reto del cambio. Y el del persistente rechazo al fantasma del PRI, partido hegemónico en el imaginario colectivo. Tendrá que convocar a una asamblea nacional, con la voluntad y capacidad de adaptarse a las demandas de hoy, sin traicionar el origen, sin abandonar la raíz y razón de nuestro proceso histórico.

O de plano, lanzarse al vacío de eso que llaman centro.