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Ningún astillero mexicano puede fabricar floteles, pero sí naves de menor calado: almirante Sierra

Construir barcos para Pemex puede reactivar la industria naval mexicana

La Secretaría de Marina implementaría un programa a cinco o diez años, dice el entrevistado

 
Periódico La Jornada
Martes 20 de noviembre de 2012, p. 7

La necesidad que tiene Petróleos Mexicanos (Pemex) de 130 nuevas embarcaciones menores, representa una oportunidad para impulsar una política de Estado que reactive la construcción naval en un programa a cinco o 10 años, sostiene el almirante José Antonio Sierra Rodríguez, director general de Construcciones Navales de la Secretaría de Marina, quien afirma que la dependencia ha sembrado la semilla de la reactivación de la industria naval, después de más de 25 años en que ha permanecido abandonada.

Entrevistado por La Jornada, en el contexto de la controversia generada por la decisión de Pemex de mandar a construir dos flóteles en astilleros de Galicia, España, con un costo superior a los 380 millones de dólares, y la inminente compra en el exterior de buques tanque, el almirante Sierra reconoce que ni la Marina ni los astilleros privados nacionales tienen la capacidad para construir esas embarcaciones, pero deja en claro que sí existen condiciones para que la Armada apoye a los navieros nacionales a implementar un programa a corto y mediano plazos para que embarcaciones de menor calado se construyan aquí.

Falta de financiamiento, el principal problema

El problema es la falta de financiamiento, comenta. Añade que en los casi seis años de la presente administración, la Armada de México invirtió 2 mil 465 millones de pesos para construir en sus astilleros dos patrullas de vigilancia oceánica, dos buques de apoyo logístico, dos buques patrulla de altamar, 14 patrullas interceptoras, tres interceptoras embarcadas y cuatro lanchones de desembarco.

Pieza clave en la reciente firma de un convenio entre la Secretaría de Marina y Pemex para la renovación de la flota menor de la paraestatal, Sierra Rodríguez precisa que la intención de la dependencia nunca ha sido la de acaparar la construcción naval, sino convertirse en punta de lanza y demostrar que se puede ayudar a la iniciativa privada para que ésta sea la que construya las embarcaciones.

Nosotros podemos ayudar con transferencia de tecnología, supervisión, asesoría y capacitación para reactivar la industria naval, precisa.

Después de que la industria naval ha estado abandonada por más de 25 años, y que la Secretaría de Marina es la única que construye buques en México, el almirante destaca en cambio, que para otros países la industria naviera es una prioridad, como es el caso de España, Holanda e Inglaterra.

Una característica importante de esta industria, subraya, es que es integradora, porque un barco es una pequeña ciudad que requiere de electricistas, plomeros, carpinteros, etcétera, esto sin contar la derrama económica que genera el que por cada empleo directo se crean al menos cinco indirectos.

–¿En qué consiste el convenio que firmó recientemente la Secretaría de Marina con Pemex?

–Firmamos dos convenios de colaboración para la renovación de la flota auxiliar de Pemex. No incluye los buques tanques, puesto que en los astilleros de la Secretaría de Marina no tenemos capacidad para construirlos ahorita, pero de ahí en fuera toda la flota auxiliar podemos construirla.

Vamos, junto con Petróleos Mexicanos, a analizar los proyectos que requieran; ellos (la paraestatal) van a decir qué necesidades tienen y en conjunto vamos a analizar cuál sería el mejor modelo, cómo se podría construir, qué astilleros privados nacionales se podrían usar y en algún momento construirlo nosotros o hacerlo en un astillero privado, con la supervisión o con la asesoría nuestra.

–¿Hay una idea del alcance que pudiera tener un convenio?

–Pemex requiere alrededor de 130 embarcaciones. Yo lo que he comentado con ellos es que si mandan a hacer 130 barcos de un solo golpe o de una sola vez, se van a saturar. Muchas embarcaciones no se van a poder construir en México.

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En esta administración, la Armada de México invirtió 2 mil 465 millones de pesos para construir en sus astilleros dos patrullas de vigilancia, dos buques de apoyo logístico, dos naves de patrulla en altamar, 14 patrulleras interceptoras, tres interceptoras embarcadas y cuatro lanchones de desembarco, dijo a La Jornada el almirante José Antonio Sierra Rodríguez, director general de Construcciones Navales de la Secretaría de Marina

“¿Por qué no hacen un programa a cinco, 10 años, de renovación de su flota? Así un astillero particular puede decir lo que necesita invertir para producir en serie. Invertir en un astillero implica compra de maquinaria, capacitación, tecnología; no es algo que nada más funciona para un barco, tiene que ser planeado; no le conviene a un astillero trabajar para un barco.

Hay que tomar en cuenta que por cada empleo que genera la industria naval se generan cinco indirectos. Cada vez que construimos un barco en Salina Cruz, contratamos a 300 o 400 obreros, e inmediatamente vemos que abre la tortería de la esquina, la tortillería, el que vende periódicos, la señora que lava ropa; todo eso también es derrama económica para la misma zona. Se ven más taxis, una serie de servicios que se demandan porque ya la gente tiene para comprar.

–¿En cuánto tiempo se espera que el proyecto con Pemex eche a andar?

–Lo podremos poner a funcionar a principios del año entrante, cuando contemos con el análisis de los astilleros particulares y saber con qué puede cooperar cada uno, qué puede construir y ver la capacidad con que contamos.

“Si ahorita Pemex saca una licitación para construir todas las embarcaciones –advierte–, no hay astillero mexicano, ni la Secretaría de Marina, que pueda competir. Los astilleros nacionales no están lo suficientemente fuertes como para competir con los extranjeros.”

–Se buscaría implementar por primera vez una política de Estado en el sector?

–Ojalá que se hiciera. Brasil hizo un programa y dijo: ‘bueno: a partir de cinco años todos los barcos que presten servicio a Petrobras tienen que ser con bandera brasileña y dentro de 10 años tienen que ser construidos en Brasil’.

Nunca es tarde para empezar

“Entonces, todos los prestadores de servicios de Petrobras empezaron a buscar la forma de construir en Brasil. Nunca es tarde para empezar, lo primordial es empezar. Hacer un programa. Eso para mí es lo más importante si queremos realmente contar con un programa sexenal; no dan los tiempos para la reactivación de una industria naval en seis años. Debe ser un programa a unos 10 o 15 años.

En México todavía no hemos vinculado la construcción naval con algún ente de financiamiento. En cambio, tenemos el ejemplo de España, cuyo gobierno se ha vuelto agresivo en lo que se refiere a la construcción de barcos, con tasas de financiamiento bajas, incentivos para construir navíos y para la generación de empleos, señala con la esperanza de que en México se implemente una política de construcción naval y se reactiven los astilleros nacionales con el apoyo de la Armada.

El almirante recuerda que en 1997 la Secretaría de Marina firmó un convenio con la Secretaría de Hacienda para la sustitución permanente de buques. Agrega que desde entonces se inició la construcción en el país de buques y embarcaciones de guerra y que actualmente se cuenta con tecnología propia y tres prototipos de embarcaciones diseñadas por ingenieros navales mexicanos (buque de patrulla oceánica, buque de vigilancia en altamar y patrullas interceptoras) que se construyen en los astilleros de la dependencia y que han llamado la atención de armadas de otros países, las cuales han solicitado informes para adquirir embarcaciones construidas por la dependencia.

Señala que la falta de financiamiento ha impedido que la dependencia fabrique buques de guerra para otras naciones. Para el próximo sexenio, la dependencia deberá construir 10 patrullas oceánicas, 15 patrullas de altamar, cuatro remolcadores, dos buques tanques para mantener operativa su flota naval; sin embargo, la renovación de buques de guerra dependerá de los recursos que destine para tal fin el próximo gobierno.