Opinión
Ver día anteriorViernes 16 de noviembre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ruta Sonora

Tame Impala

Azari & III

Post Robert Plant

Post OM&A

L

os creadores de pop alterno de la década reciente han sido determinados por Internet de forma tal, que aun naciendo en los años 80 o 90 se han maravillado de un tirón con música de todas las décadas del siglo XX, para con toda esa información emular y/o mezclar a elección muchos de estos sonidos en un nuevo plano, agrupando elementos que en su momento no habrían podido ser generados, sónica, conceptual y líricamente. El brillante grupo australiano Tame Impala (casi seudónimo de su mente maestra, Kevin Parker) es parte de esa generación. Si bien en este reciclaje muchos devienen superficial intento copista, este combo de la lejana ciudad de Perth impacta por recrear, no sólo los sonidos, sino el espíritu de experimentación de finales de los 60. Tras despuntar con el extraordinario Innerspeaker (2010), producido por el mago de las atmósferas Dave Fridman, con Lonerism (2012) repiten magia, con el mismo tras consolas. Si bien el primero emuló la sicodelia del ala guitarrosa, en el nuevo predominan los sintetizadores, mientras la concreción estructural de las canciones fue diluida para pasar a jams espaciales de melodías menos definidas, donde se superponen texturas sicodélicas del flower power con teclados del progresivo de sintetizador de mediados de los 70: combinación en su momento imposible. A ello se suman procesos digitales de hoy, deslave sónico a lo Neon Indian y letras que exaltan la soledad y el aislamiento actuales: nada de florecitas ni paz ni esperanza jipis. Un disco espléndido que, si bien asegura viaje cósmico, alucine y creatividad, queda debajo del anterior en cuanto a impacto e inmediatez, y en su densidad se extravía un poco. Eso sí: no pierde en asombro y goce. Sicotrópico total.

Robert Plant: voz sin arrugas

Con ejecuciones instrumentales deslumbrantes, y con un sonido contemporáneo, no caduco ni decadente, que no trató de imitar a Led Zeppelin, sino de reinterpretarlo con capas atmosféricas, gran profundidad y ferocidad, el legendario cantante inglés que estuviera al frente de dicha banda histórica, Robert Plant, con voz impecable, potente, cálida, sin una sola arruga, ofreció un finísimo concierto la noche del lunes ante un Auditorio Nacional repleto, acompañado por el ensamble Sensational Space Shifters, integrado por el brillante guitarrista Justin Adams, el guitarrista acústico Liam Skin Tyson, el tecladista John Baggot (los tres trabajaron con Plant en Dreamland, 2002 y Mighty Rearranger, 2005) y el maravilloso músico africano (Gambia) Juldeh Camara, tocando el ritti (violín de una cuerda) y el kologo (guitarrita de dos cuerdas, melódica y percusiva a la vez). En hora y media, Plant interpretó 15 temas, ocho de Led Zeppelin, con arreglos muy distintos a los originales, montados en el bello estilo que Adams y Camara han logrado aparte, al fusionar el viejo blues de Chicago con música africana (Tell no lies, 2009; The Trance Sessions, 2010). Además de temas del citado solista Dreamland (2002) y de Nine Lives (2006), y su versión a Spoonful de Howlin’Wolf, los clásicos zeppelianos Black dog, Friends, Bron-Y-Aur Stomp, Four Sticks, Ramble on, Whole lotta love, Going to California y Rock and roll devinieron hipnosis, trance, misticismo, a través de un Plant tranquilo, introspectivo, encantador. Si bien el público comenzó aguadón (¿México, cansado?, gritaba en español Plant), hacia el final lo ovacionó de pie. Tremenda y mágica noche.

One Music & Arts: fiasco

Gran falta de respeto al público y al elenco resultó el festival de música electrónica One Music & Arts (noviembre 9 y 10, Infield del Hipódromo de las Américas): el audio fue lamentable (no hubo bocinas de la mitad del campo para atrás, donde la gente pagó menos) y no tuvo control en la venta de bebidas alcohólicas a menores el primer día, lo que puso a cientos en estado crítico. Lo profesional es dar brazaletes de mayoría de edad, previa identificación, pero no lo hicieron. Su solución fue no vender alcohol el sábado y miles de adultos murieron de aburrimiento; los que pagaron por bebidas incluidas en su boleto se vieron privados de ellas. Lo único decente fue el dueto francés Justice y su impactante electrónica y megajuego de luces. Lo demás: un fiasco caro y pretencioso.

Botellita-Palomas. Foro 246

Viernes 16. 1. Dos días de aniversario del Multiforo 246; hoy: Sonidero Meztizo, Los Elásticos, Matorralman; mañana: Silverio, Bagginz, Los Licuadoras; (Querétaro e Insurgentes, Roma Sur); 20 horas, entrada libre. 2. Botellita de Jerez, Armando Palomas y Heavy Nopal. José Cuervo Salón (Moliere y Andrómaco), 20 horas, $280 a $350.

Sábado 17. Muy recomendable el electro elegante, tecno-diluido, del dueto canadiense Azari & III. También: Dinamo Azari y Juan Soto. Plaza Condesa (Juan Escutia 4, Condesa), 21 horas, $350 a $500. (Más conciertos: patipenaloza)

Twitter: patipenaloza