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Los cinco involucrados... hasta ahora
 
Periódico La Jornada
Miércoles 14 de noviembre de 2012, p. 29

Washington, 13 de noviembre. El escándalo sexual que obligó a renunciar al jefe de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) David Petraeus, involucra a otro general estadunidense y provoca airadas reacciones en Washington. A continuación, los protagonistas de la intriga y sus relaciones.

General David Petraeus. La razón de este escándalo es que el hombre que está en el centro de la tormenta es el general estadunidense más celebrado de su generación, y también porque el caso puede implicar violación de los códigos de seguridad de la CIA.

Acreditado por revertir la guerra en Irak en 2007, Petraeus es nombrado comandante de las fuerzas estadunidenses en Afganistán en 2010 y director de la CIA en septiembre de 2011.

Casado desde hace 37 años y padre de dos hijos, su brillante carrera se truncó el viernes pasado, cuando el presidente Barack Obama aceptó su renuncia como consecuencia de un amorío con su biógrafa, Paula Broadwell.

Paula Broadwell. Mayor de reserva del ejército, de 40 años, experta en contraterrorismo. Vive en Charlotte, Carolina del Norte, con su esposo y dos hijos.

Petraeus conoció a Broadwell cuando ofreció una conferencia en la universidad de Harvard en 2006. Le dio su tarjeta y le ofreció ayuda para una investigación que la mujer planeaba realizar.

En 2010 y 2011 Broadwell viajó en numerosas ocasiones a Afganistán, teniendo acceso directo a Petraeus y a su comando, para su biografía: All In: The Education of General David Petraeus. El general dijo a amigos que la relación comenzó en noviembre de 2011, dos meses después de ser nombrado jefe de la CIA, y finalizó hace unos cuatro meses.

Jill Kelley. El amorío podría haberse mantenido en secreto si no hubiera sido por esta mujer y los aparentes celos de Broadwell.

Kelley, casada con un oncólogo en Tampa, Florida, organizaba actos en la vecina base MacDill de la fuerza aérea, sede del Comando Central Estadunidense (Centcom), a los que concurrían militares de alto rango y políticos.

De octubre de 2008 al verano de 2010 Petraeus dirigió el Centocom, y él y su familia se hicieron amigos de los Kelley.

En mayo de este año Jill Kelley dijo a un amigo, agente de la FBI en Tampa, que recibía mensajes electrónicos anónimos en los que le advertían que se alejara de Petraeus.

El agente torso desnudo de la FBI. Se le bautizó así después de que se supo que mandó a Kelley fotos en las que parecía sin camiseta, mucho después de que la investigación por los mensajes amenazantes empezara.

Este agente de la FBI no identificado fue apartado del caso cuando la división de delitos informáticos identificó a Broadwell como la remitente de las amenazas. Kelley habría dicho a los investigadores que no conocía a Broadwell.

El Wall Street Journal reportó que el agente fue apartado del caso porque sus supervisores consideraron que se estaba obsesionando.

General John Allen. El último episodio de la saga involucra al general, quien sucedió a Petraeus en el comando de las fuerzas estadunidenses en Afganistán y fue subcomandante del Centocom de julio de 2008 a junio de 2011.

Allen es investigado por mantener comunicaciones inapropiadas con Kelley, y la FBI estudia de miles de mensajes entre ambos.

El Washington Post reportó que Allen también recibió al menos un mensaje electrónico anónimo cuya autoría se atribuye a Broadwell.