Una fiesta enmarcó la clasificación de Cruz Azul a la liguilla, tras el empate 1-1 frente al Monterrey, donde además se rindió un homenaje al mítico arquero Miguel Marín, la leyenda cementera que ayer motivó a propios y a extraños a vestir el suéter que caracterizó al guardameta fallecido el 30 de diciembre de 1991.

Con la igualada, Rayados se sumó a la debacle norteña y quedó prácticamente sin posibilidades de instalarse en los cuartos de final, al llegar a 23 puntos sin diferencia de goles a favor, en la octava posición por el momento. De paso, los regiomontanos eliminaron al campeón Santos, que tiene las mismas 23 unidades, pero con diferencia de menos cuatro tantos.

La Máquina logró 26 unidades y es el sexto mejor equipo del certamen, detrás de León, Toluca, Xolos, América y Morelia.

La Pandilla resintió las ausencias de su capitán José María Basanta y del artillero Humberto Chupete Suazo, y aunque el volante Jesús Manuel Corona desplegó a tope su habilidad y Jonathan Orozco fue sin duda el mejor elemento rayado, los Cementeros se adueñaron del esférico y al minuto 23 inauguraron el tablero.

Mariano Pavone cedió para Javier Aquino, quien observó bien ubicado a Christian Chaco Giménez y éste martilló el balón con la cabeza para vencer a Orozco. Víctor Manuel Vucetich ayer no respondió al mote de Rey Midas: estuvo apagado y permaneció en su asiento ante el gol en contra.

Cuando se esperaba el pitazo rumbo al descanso, Monterrey sorprendió con el tanto de Aldo de Nigris. César de la Peña cobró un tiro de esquina y De Nigris saltó para rematar con la cabeza ante la distraída marca de Pavone e Israel Castro.

Tras el reconocimiento póstumo que entregó Guillermo Álvarez Cuevas, presidente del Cruz Azul, al hijo y los nietos del Supermán Marín, se reanudaron las acciones. Los equipos propiciaron nuevas ocasiones, la emoción rondó las dos metas y los gritos subían de decibeles ante las descolgadas de Javier Aquino, convertido en auténtico ídolo celeste.

Al minuto 65 Aquino avanzó una vez más, disparó hacia la meta e Hiram Mier despejó con apuros, pero el balón dio en su compañero Walter Ayoví y tomó dirección hacia las redes; Orozco estaba adelantado y retrocedió estirándose al máximo para lograr, angustiosamente, evitar la anotación, ante el lamento de los seguidores locales.

Otras exclamaciones de frustración estallaron al minuto 84, cuando el incansable Aquino robó el esférico a Héctor Morales, encaró a Jonathan, pero adelantó demasiado la pelota y remató hacia afuera.

Vucetich admitió que fue un mal torneo para su equipo: Se dejaron de hacer cosas y en consecuencia estamos en esta situación. Respecto del juego de ayer aseguró que nos faltó el último toque para buscar el gol, en el segundo tiempo dominamos, ellos jugaron al contragolpe; sin embargo, el equipo luchó y estamos en espera (para saber si clasifican), a ver qué sucede, indicó, y dijo que conservan la ilusión hacia el Mundial de Clubes, en diciembre.

Vázquez celebró su pase en el primer torneo en el timón celeste: El primer objetivo se cumplió, como haya sido. El equipo recuperó bastante y se clasificó. Fue un partido complicado, Monterrey vino a hacer buen juego, buscando arriesgar con mucha gente ofensiva. Al final fue parejo y justo el resultado.