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Fueron afectados por sucesivos periodos secos que culminaron con una sequía prolongada

La decadencia de los mayas se debió al cambio climático, según estudio

Científicos analizaron la composición química de las columnas de piedra caliza o estalagmitas del piso de la caverna de Yok Balum, en el sur de Belice

Science publica los resultados del estudio

 
Periódico La Jornada
Viernes 9 de noviembre de 2012, p. 2

Una de las civilizaciones más importantes del mundo fue orillada a la decadencia por sucesivos periodos secos que culminaron con una sequía prolongada, de acuerdo con un estudio que arroja nueva luz sobre la misteriosa desaparición de los mayas, alrededor del año 1100 de nuestra era.

Los eruditos se han preguntado durante mucho tiempo qué circunstancias condujeron al fin relativamente abrupto de la civilización maya, que existió a lo largo de dos mil años y en su época de esplendor llegó a tener una población de 13 millones de habitantes.

Entre las teorías del colapso de la sociedad maya estaban las guerras civiles o la hambruna producida por la degradación ambiental, pero el estudio más reciente sugiere que la razón fue tal vez la falta de lluvia.

Científicos que han analizado la composición química de las columnas de piedra caliza o estalagmitas del piso de la caverna de Yok Balum, en el sur de Belice, señalaron que la región experimentó periodos de lluvia abundante y luego sequía prolongada, que corresponden al ascenso y decadencia de la sociedad maya.

Expediente que abarca 2 mil años

Un equipo internacional de investigadores compiló un expediente detallado que registra 2 mil años de clima húmedo y seco en el que se desarrollaron las ciudades mayas desde el año 300 hasta el mil.

Utilizando los datos encerrados en las estalagmitas y la rica evidencia arqueológica creada por los mayas, el equipo publicó sus hallazgos en la revista Science el jueves.

Las estalagmitas se forman en el piso de las cuevas por la caída continua de agua calcárea, lo cual permite medir las precipitaciones a lo largo del tiempo.

A diferencia de la tendencia actual de calentamiento global, provocado por la actividad humana –incluyendo la emisión de gases de efecto invernadero–, el cambio en el clima de América Central durante el colapso de la civilización maya se debió a un patrón natural, masivo y ondulante.

Esta pauta climática alternativamente trajo humedad extrema, lo que fomentó el crecimiento de los mayas, y periodos de sequía en una escala de siglos, explicó Douglas Kennett, antropólogo de la Universidad de Penn State y autor principal del estudio.

Los periodos húmedos significaban buena agricultura y creciente población, señaló Kennett en una entrevista telefónica.

También reforzó el poder de los reyes de los centros poblados, que reclamaban el crédito por las lluvias que traían prosperidad y realizaban sacrificios de sangre públicos destinados a mantener el clima favorable a la agricultura.

Cuando el periodo de lluvias cambió gradualmente al clima seco, en torno al año 660, el poder de los reyes y su influencia se derrumbaron, lo que tiene estrecha relación con el aumento de las guerras por los recursos escasos, agregó.

La idea es que (los reyes) produjeran la aparición de las lluvias, mantuvieran todo junto, y eso es genial cuando se está en un periodo muy bueno (...), pero cuando las cosas empiezan a ir mal, y si a pesar de hacer ceremonias para que mejoren no pasa nada, entonces la gente empieza a cuestionar si los reyes realmente deberían estar a cargo de la comunidad, dijo.

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Dzidzantún, en YucatánFoto Fabrizio León Diez

El colapso político de los reyes mayas llegó en torno al año 900, cuando una sequía prolongada socavó su autoridad. Pero las poblaciones mayas permanecieron durante otro siglo más o menos, cuando una grave sequía que duró desde los años 1000 a 1100 los obligó a abandonar lo que solían ser sus mayores centros de población.

Incluso durante el apogeo maya, los humanos tenían un impacto en el medio ambiente, sobre todo por cultivar más tierras, lo que a su vez provocó mayor erosión, dijo Kenett.

Durante los periodos de sequía, los mayas intensificaron la agricultura.

Cuando el clima de la zona cambió a seco exacerbó el impacto humano sobre el medio ambiente, afirmó.

Hay algunas analogías a esto en el contexto moderno que deben preocuparnos en África y en Europa, dijo.

Si hay cambios en el clima que socavan los sistemas agrícolas en algunas zonas, se podría crear una hambruna generalizada, la inestabilidad social y la guerra, del mismo modo que pudo haber ocurrido en la civilización maya, afirmó Kenett.

James Baldini, de la Universidad de Durham, en Gran Bretaña, uno de los principales autores del estudio publicado en Science, señaló que “el ascenso y la caída de los mayas es el ejemplo perfecto de una civilización muy avanzada incapaz de adaptarse al cambio climático.

Periodos de lluvias excepcionales (de 450 a 660 dC) aumentaron la productividad de los sistemas agrícolas mayas, causando una explosión demográfica y una sobrexplotación de los recursos, dijo el investigador.

El clima se volvió cada vez más seco y provocó un agotamiento de los recursos, una desestabilización del sistema político y guerras, explicó Baldini.

Y después de años de carencia, la sequía, que duró casi un siglo, desde 1020 hasta 1100, definitivamente selló el destino de la civilización maya, precisó.

Estos investigadores lograron reconstruir los periodos de lluvia y sequía en el transcurso de los últimos 2 mil años en la región donde vivían los mayas, entre México, Belice, Guatemala y Honduras.

Para ello, analizaron la composición química de estalagmitas de la cueva de Yok Balum en Belice, situada a 1.5 kilómetros del sitio maya cerca de Uxbenká y cercana a otros grandes centros mayas impactados por el mismo sistema climático.

Debido a que los mayas recopilaban meticulosamente los sucesos políticos en tallas en monumentos de piedra, los autores del estudio pudieron comparar la reconstrucción de la historia del clima en la región y los cambios en la frecuencia de los conflictos y otros eventos importantes.