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Ver día anteriorSábado 20 de octubre de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
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México SA

Fox-Calderón: logros

Desempleo: 127% más

Rotundo fracaso laboral

A

l ritmo que llevan, pasarán muchos años para que el país retorne –sin que ello implique una maravilla– al nivel oficial de desocupación abierta registrado cuando el Partido Acción Nacional se instaló en Los Pinos. Cuando Vicente Fox se convirtió en su inquilino, el 2.21 por ciento de la población económicamente activa se encontraba en tan lamentable condición; seis años después, cuando Felipe Calderón relevó al de las ideas cortas y la lengua larga, tal indicador se había incrementado a 3.58 por ciento, y ahora que el michoacano está apunto de, felizmente, irse muy lejos de la ex hacienda de La Hormiga, había crecido hasta 5.01 por ciento de la PEA.

Así, con la resultona dupla panista instalada en Los Pinos a lo largo de 12 años, el nivel oficial de desocupación abierta se incrementó la friolera de 127 por ciento (hasta septiembre de 2012, último dato disponible), sin considerar que en ese mismo periodo la ocupación informal, el outsourcing y la emigración (las válvulas de escape del sector laboral) crecieron vertiginosamente y superaron, por mucho, a la generación de empleo en el sector formal de la economía. De ese tamaño es el gran logro laboral que reportan los gobiernos de Fox y Calderón, los cuales aportaron al país otra década perdida en materia social.

Sirva lo anterior para contextualizar la frívola afirmación de los voceros oficiales y oficiosos, de que la desocupación abierta en el país muestra una notable tendencia descendente al cierre del gobierno calderonista, lo que evidencia (según la misma versión) que el actual inquilino de Los Pinos sí cumplió con su promesa de campaña electoral de ser el Presidente del empleo. Y las cifras referidas no provienen de la vociferante cuan golpeada prole a la que nada le gusta y de todo se enoja, sino del mismísimo Inegi.

Ayer, esta última institución divulgó sus Indicadores oportunos de ocupación y empleo, con información al cierre del noveno mes de 2012, entre los que destaca que la tasa oficial de desocupación abierta se redujo de 5.68 a 5.01 por ciento entre septiembre de 2011 y el mismo periodo del presente año, de tal suerte que más de 2.55 millones de mexicanos se mantienen totalmente fuera del mercado laboral, sin considerar al voluminoso ejército de personas que de tanta vuelta y de tanta negativa, de plano ya no sale a buscar empleo y que se cataloga como una suerte de personal de reserva. Por cierto, la citada reducción en la referida tasa oficial se debió, fundamentalmente, al sostenido incremento de la ocupación informal, cuya tasa anual pasó de 28.74 a 29.35 por ciento de la población ocupada en el periodo mencionado.

Los Indicadores del Inegi correspondientes a septiembre de 2012 confirman que la escalofriante tendencia se fortalece: a mayor escolaridad, mayor desocupación. En el mes que se reporta, 5.5 por ciento de los desocupados no completó los estudios de secundaria, en tanto que los de mayor nivel de instrucción representaron 74.5 por ciento. Las cifras para la subocupación son de 41.9 y de 58.1 por ciento, respectivamente. Con este dato se tiene que un millón 900 mil mexicanos con educación media superior y superior se mantienen en la desocupación abierta, sin mayor perspectiva de corregir tal circunstancia; los 650 mil restantes cuentan con estudios de secundaria o menos.

Otros elementos aportados por el Inegi: en las 32 principales áreas urbanas de la República (aquellas con más de 100 mil habitantes) la tasa oficial de desocupación abierta cerró septiembre en 5.7 por ciento de la población económicamente activa, 0.46 puntos porcentuales por abajo del nivel reportado en igual mes de 2011; las mujeres son las más afectadas por esta situación, aunque los hombres no están muy lejos. No hay que dejar a un lado que 75 por ciento de los mexicanos moran en zonas urbanas.

En septiembre de 2012, la población subocupada (aquella que declaró tener necesidad y disponibilidad para trabajar más horas) representó 8.9 por ciento de la población ocupada (alrededor de 4 millones 300 mil mexicanos), proporción prácticamente idéntica a la del mismo mes de un año antes. El porcentaje de subocupación es más alto en los hombres que en las mujeres: 9.5 contra 8 por ciento. En su comparación mensual (agosto-septiembre de 2012) este indicador registró un aumento de 0.48 puntos porcentuales.

El número de mexicanos en edad y condición productiva que sobreviven en la informalidad se mantiene al alza. En septiembre pasado, más de 14 millones 220 mil personas se ocuparon en este sector, con lo que oficialmente 29.35 por ciento de la población ocupada está en la informalidad, aunque en los hechos dicha proporción se aproxima a 60 por ciento, si se considera que muchísimas empresas que oficialmente forman parte del sector formal de la economía contratan informalmente a sus trabajadores (sin contrato, sin prestaciones).

Y sobre la población ocupada, el Inegi detalla que 66.3 por ciento de ella opera como trabajador subordinado y remunerado ocupando una plaza o puesto de trabajo, 4.6 por ciento pertenece a los patrones o empleadores, 22.7 por ciento labora de manera independiente o por su cuenta sin contratar empleados, y finalmente 6.4 por ciento se desempeña en los negocios o en las parcelas familiares, contribuyendo de manera directa a los procesos productivos, pero sin un acuerdo de remuneración monetaria.

La población ocupada por sector de actividad se distribuyó de la siguiente manera: en los servicios se concentró 43.4 por ciento del total; comercio, 19.8; industria manufacturera, 15.4; actividades agropecuarias, 12.8; construcción, 7.1; otras actividades económicas (que incluyen la minería, electricidad, agua y suministro de gas), 0.9; y el restante 0.6 no especificó su actividad.

Las rebanadas del pastel

¡Alabada sea la cara dura!: hay mucho tipo de dolor que sufre el ser humano. Hay un dolor que es inevitable, que viene de Dios o de la naturaleza. Pero hay otro tipo de dolor que es evitable. El dolor evitable es el que viene del hambre, de la enfermedad, de la ignorancia. Ese es un dolor evitable. Y para aliviar el dolor de muchas familias mexicanas, de millones, se los aseguro, a eso me he dedicado muchos años de mi vida y, particularmente, los últimos seis años (presbítero Felipe Calderón, quien, a pesar del espantoso tiradero que deja, con la cara más dura que el cemento se autoelogia un día sí y el siguiente también)… ¡Felicidades!, porque también la Secretaría de Marina participa en la desastrosa tanda de chistes de gallegos y barquitos.