Economía
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Número de desocupados llegará a 207 millones si países ricos no adoptan medidas decisivas

Prevé OIT la pérdida de 7 millones de empleos más en 2013 por crisis de deuda
 
Periódico La Jornada
Sábado 13 de octubre de 2012, p. 24

Tokio, 12 de octubre. La crisis de deuda provocará la pérdida de 7 millones de empleos el próximo año, según se desprende de los últimos datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), presentados hoy en Tokio por su director general, Guy Ryder, durante la reunión anual del FMI y el Banco Mundial.

Si las naciones industrializadas no adoptan medidas decisivas, el número de desempleados se elevará a 207 millones en todo el mundo. Hasta ahora la OIT contaba con la pérdida de 4 millones de empleos en 2013.

Desde el inicio de la crisis, hace cuatro años, se perdieron 30 millones de empleos, según las cifras del organismo de Naciones Unidas. Ryder señaló que también es alarmante el hecho de que 900 millones de personas vivan en la miseria a pesar de tener un trabajo, al quedarse por debajo del umbral de pobreza de dos dólares por persona y día.

En un discurso adelantado a la prensa, Ryder advirtió de que el constante crecimiento por debajo de la media y la proliferación del desempleo tienen consecuencias catastróficas para miles de millones de personas y naciones enteras.

El director de la OIT consideró también preocupante que un tercio de las personas sin empleo sean menores de 25 años, algo que ocurre no sólo en muchos países del tercer mundo, sino también en España y Grecia.

Una acción coordinada de los gobiernos de las principales economías debe evitar una caída en una crisis política, económica y social, reclamó Ryder, director de la institución desde el pasado 1o de octubre.

Ryder advirtió además en contra de medidas de ahorro demasiado estrictas en los países del euro y otras naciones afectadas por la crisis, pues advirtió que profundizarán la recesión y provocarán más daños que beneficios. La consolidación financiera sólo puede ser sostenible si va de la mano de una responsabilidad social y un reparto justo de las cargas, apuntó.