El presidente de la Comisión de Seguridad Pública del Senado de la República, el priísta Omar Fayad, deploró el desaseo informativo en que ha incurrido el gobierno federal en torno a la muerte de Heriberto Lazcano Lazcano, alias El Lazca, y recalcó que corre incluso la hipótesis de que no murió y es un testigo protegido y por eso la confusión desatada sobre el cadáver.

Igualmente, el coordinador de los senadores del PRI consideró que el gobierno federal debe explicar si realmente se trata del delincuente conocido como El Lazca y qué pasó con el cuerpo. No hay nada en concreto que nos diga cuál es la verdad.

El senador perredista Armando Ríos Piter aludió a las muchas dudas que genera la forma en que el narcotraficante fue abatido, y resaltó que se asemeja a una de esas historias tenebrosas de telenovela, en las que el narco no estaba realmente muerto y termina como testigo protegido, aquí o en Estados Unidos.

El senador panista Roberto Gil Zuarth pidió que impere la prudencia hasta que las autoridades correspondientes precisen si realmente el que falleció fue el líder de Los Zetas.

Sostuvo que la Secretaría de Marina fue muy cuidadosa en la información generada, ya que habló de indicios, y habrá que esperar hasta que la Procuraduría General de la República (PGR) determine la identidad del delincuente.

En entrevista por separado, Fayad hizo notar que ese hecho, que se presenta como el gran logro del gobierno de Felipe Calderón, al haber atrapado a uno de los criminales más buscados en el país, no se manejó con la pulcritud requerida, ya que hay puntos oscuros en el manejo de la información.

Ello ha provocado, insistió, dos versiones sobre la desaparición del cuerpo del narcotraficante, una que habla de que familiares fueron a reclamarlo y otra que un grupo armado lo recuperó.

El legislador priísta resaltó que si no está muerto y es un testigo protegido, del que pretendían resguardar su identidad, ya sembraron la duda en miles de personas que creen que hay algo raro.

El perredista Ríos Piter recalcó: no puede permitirse otra historia de telenovela, como las que le gusta construir al secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna.