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La modelo, actriz y cantautora presentó su banda con un pequeño show en El Imperial

Ella y el Muerto es una forma de sacar mi rebeldía: Camila Sodi

El proyecto nace sin ninguna pretensión; por fin tengo la oportunidad de que se escuche algo de mí, en un género difícil, no comercial, que necesita apoyo, el doble, porque no creo en la payola, afirma

 
Periódico La Jornada
Jueves 13 de septiembre de 2012, p. 9

Ataviada con un entallado traje de piel color negro, que resalta su delineada figura, y con el sustento de unos músicos aplicados que se han alimentado –dijeron– de referentes como Depeche Mode o Nine Inch Nails, la modelo, conductora y actriz Camila Sodi quiere dejar de ser solamente la sobrina de Thalía y Laura Zapata, pariente de algunos políticos o esposa del actor Diego Luna, para mostrar su vena sonora en el proyecto Ella y el Muerto, banda sin pretensiones (asegura) de texturas medio dark, que presenta un pop ruidoso, calificó Saúl Ledezma, guitarrista y cantautor del grupo, con quien emprendió este viaje.

Sodi, cuya currícula señala que estudió música y arte en Pennsylvania, así como actuación en el Centro de Capacitación Artística de Televisa, decide arriesgar de manera honesta con este grupo para no ser más blanco de entrevistas banqueteras con temas personales que se desarrollan en el llamado chacaleo, nombrado así por los medios que la han perseguido en los años recientes.

Ayer, por cierto, esos medios que la persiguen dirigieron sus dardos con cierta ponzoña a la ahora cantautora, durante la presentación de tres de las 11 rolas que contendrá el disco de nombre homónimo al de la agrupación, y a punto de venderse, editado por Noise Lab. Por lo pronto, una de las piezas ya se puede descargar de Internet por iTunes y, en breve, los demás temas.

Sonido potente

Ella y el Muerto, que nació hace años en la cabecita de Camila, ofreció para la prensa un minishow en el bar El Imperial, donde el sonido de la guitarra (de Ledezma), dos baterías (una eléctrica), el bajo y los dos sintetizadores (un Fantom X6, de Roland y un MS2000B, de Korg) se equilibraron para expandir un potente sonido que emula los emanados por el propio Trent Reznor, con las debidas distancias-respeto a ese músico.

Entre una y otra canción –hay que decirlo– algunos de los asistentes, que manipulaban las cámaras de foto y video, ordenaban a la artista: “eh, voltea a la cámara; eh, de frente…” entre otros finos comentarios que no tenían el propósito de obtener la mejor imagen, sino de fastidiar.

No obstante, Sodi aseguró: “He hecho con mi vida lo que he querido. El proyecto proviene de una necesidad entrañable, algo que llevo maquinando en mi cabeza desde hace años. Ahora, una parte de mí se siente realizada. Por fin tengo la oportunidad de que se escuche algo de mí, en un género difícil, no comercial, que además necesita apoyo, el doble, porque no creo en la payola, en pagar porque pongan tu música. Por eso nace sin ninguna pretensión.

Somos Ella y el Muerto y lo que escucharon fue un pedacito del disco que lanzaremos pronto, afirmó Camila Sodi, quien ha participado en las cintas El búfalo de la noche (de Guillermo Arriaga), Déficit (de Gael García Bernal) y Niñas mal (Fernando Sariñana).

Foto
Camila Sodi durante su actuaciónFoto Yazmín Ortega

Agregó que se aventura con Ella y el Muerto para expulsar parte de esa rebeldía que tuvo de adolescente, tiempo desde el que imaginaba cosas musicales.

Se trata de un proyecto aventurado para lo que es México, dijo Saúl Ledezma, quien produjo el disco junto con Ulises Lozano y Carlos Chaires, de Kinky.

Amores desiguales y Señorita corazón venganza son dos de sus piezas que sonaron fuerte y bien ejecutadas en el foro de El Imperial. La voz de Camila se adecuó a los tamborazos, riffs y distorsiones de la banda, que luce segura en el proscenio. Habrá que ver si producen el mismo efecto en otros foros de características subterráneas.

Pretendemos abrir un mercado diferente a lo que es el pop. Este proyecto está basado en la necesidad de Camila Sodi por expresar algo. Lo trabajamos mucho, y antes que nada, de toda esa parafernalia que se habla de que si sale en ropa interior (en las revistas), quiero decir que ella es músico y tiene algo qué decir, defendió Ledezma a su compañera.

Para Camila, es bueno que existan propuestas a lo que siempre se escucha. Empezamos sin ninguna pretensión. Quiero recordar que a los 15 años tenía una banda, pero sólo tocábamos en fiestas. Luego tuve un proyecto como solista (que poco cuajó). Ahora estoy ávida de buscar gente talentosa, cerebros que succionar. Creo que tendemos a ser prejuiciosos y a limitarnos a nosotros y a los demás. Este es un lado íntimo y la gente podrá reaccionar sorprendida, porque no es una cara que doy normalmente, pero esta soy yo.

Debemos seguir lo que nos apasiona

Abundó: No creo en las limitaciones. Debemos seguir lo que nos apasiona y no permitir que otros nos quieran limitar.

No podían dejar de cuestionarla sobre su familia, a lo que respondió: La gente querida está todo el tiempo en contacto con este lado mío, que es el de la introspección, en el que estoy conmigo, en el que escribo. En realidad lo que conocen de mí (por los medios) es una imagen distorsionada de quien soy y no me interesa cambiarla o limpiarla. Ahora hago algo que es honesto y cuando es así es difícil de juzgar porque viene de otro lugar. Soy la primera sorprendida en hacer esta música.

Camila González Sodi nació en 1986 en México y es hija de Ernestina Sodi Miranda y Fernando González Parra. Crecí en una familia que siempre estaba en la mirada de la gente, tanto en el (mundo) del entretenimiento como en el político. Mi rebeldía natural de preadolescente me llevó a pensar lo contrario, porque fui creciendo y me fueron gustando otras cosas. Poco a poco haces las paces con tus fantasmas de infancia.

¿Con su familia ha hecho las paces?, se escuchó en medio de la oscuridad. Voy a hablar sólo de música, reviró Sodi.