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Destacan la trayectoria del fundador de Gruma, compañía con presencia en 105 países

Familiares, colaboradores y políticos rinden homenaje a González Barrera

La pobreza enseña. Y en mis tiempos la pobreza era una maestra bárbara, decía el empresario

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Homenaje de familiares y trabajadores de la empresa Gruma al empresario Roberto González Barrera en el planetario de San Pedro Garza García. En el podio, Bertha González, hija del empresarioFoto José Antonio López
Enviado y corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 31 de agosto de 2012, p. 30

San Pedro Garza García, NL, 30 de agosto. Una trayectoria empresarial de seis décadas, que comenzó desde un modesto molino de maíz en una comunidad rural y siguió hasta la construcción de una compañía con presencia en más de un centenar de países, fue destacada este jueves cuando familiares, colaboradores y políticos rindieron homenaje al empresario Roberto González Barrera, fundador de Gruma, fallecido el sábado pasado.

Roberto González Barrera escribió su historia partiendo de sus valores, del trabajo, que lo llevaron desde un molino en Cerralvo, Nuevo León, a tener presencia en más de 100 países, destacó Bertha González Moreno, hija del empresario.

Cerca de un millar de personas se reunieron en uno de los jardines del Centro Cultural Alfa, en este municipio nuevoleonés, en una ceremonia en que se recordó el trabajo emprendido por González Barrera, fallecido una semana antes de cumplir 82 años, en la construcción de Gruma, la compañía más importante del mundo en la elaboración de harina de maíz y derivados, con presencia en 105 países de cuatro continentes.

Gruma ha sido su gran vocación y siempre lo será, pronunció Bertha González Moreno, al referirse a su padre.

La ceremonia de homenaje, acompañada en momentos por las notas de la Orquesta Sinfónica de la Universidad Autónoma de Nuevo León –que ofreció un repertorio de compositores mexicanos–, contó con la presencia del equipo directivo de Gruma, el equipo de colaboradores cercanos del empresario, familiares y también de directivos del Grupo Financiero Banorte-Ixe, la otra empresa que contribuyó a consolidar como el tercer grupo bancario del país.

Joel Suárez Aldana, quien desde febrero pasado es el director general mundial de Gruma, relató que desde un origen humilde González Barrera “supo cómo transformar la realidad, aprovechando las herramientas que le daban su visión, calidad humana y habilidad para los negocios.

“Don Roberto decía que ‘la pobreza enseña. Y en mis tiempos la pobreza era una maestra bárbara. Pero piensa ahora qué camino le queda a un muchacho que no va a la escuela. ¿Le queda ser jornalero?’”, citó así las palabras del empresario.

Por eso es que nunca dejó de apoyar la educación. No olvido cómo en su equipo de trabajo era obligatorio saber más que él, pues su nivel de información y capacidad de retención eran enormes. Fue exigente, pero también justo, abundó.

Suárez Aldana destacó que al frente de Gruma, González Barrera tuvo la capacidad empresarial de llevar los productos mexicanos a otras culturas, de llevar tecnologías y hábitos de consumo a otros países.

Quienes lo conocimos sabemos que la historia empresarial de Gruma y la historia de vida de Roberto González Barrera estuvieron íntimamente relacionadas, a grado tal que no se puede concebir la una sin la otra. Sin duda sus empresas reflejan al hombre visionario que era, dijo.

Los directivos y trabajadores de Gruma, consideró, tienen ahora la responsabilidad de preservar el legado de trabajo, dedicación y compromiso, de seguir unidos como la gran familia Gruma que somos.

Rodrigo Medina, gobernador de Nuevo León, aseguró que las empresas de González Barrera constituyen referentes del valor social del trabajo y de solidaridad con comunidades que por diversas razones –como los desastres naturales– necesitaban apoyo.

González Barrera, recordó el gobernador Medina, fue empresario con notable capacidad para el trabajo, sensible, destacó, a la realidad social del país. Nada es gratuito, decía. Nada recibimos a cambio de apostar a la suerte. Aprendió bajo esas premisas que el poder transformador del trabajo es enorme.