Sociedad y Justicia
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Incertidumbre de la vida actual extiende su uso entre la población

En auge, prácticas adivinatorias

Por los problemas económicos, más gente acude a consejeros espirituales

II y última
Periódico La Jornada
Domingo 19 de agosto de 2012, p. 34

Ante las incertidumbres, los problemas y la necesidad de conocer el futuro, cada vez más personas recurren a prácticas adivinatorias, a brujos, esoteristas, tarotistas, a horóscopo y astrología. Hay para todos los gustos y requerimientos.

En Internet abundan páginas en las que se promueven diversas prácticas y en las que se ofrecen servicios de dudosa eficacia y con variados costos. Se ofrecen asesorías diversas: amarres de amor, conjuros, pociones y múltiples hechizos de magia blanca o negra. También las redes sociales y la televisión se han convertido en terreno fértil para promocionar dichos servicios y los mensajes de texto vía celular se han convertido en un medio para atender problemas de amor, dinero y trabajo.

La Jornada acudió con tarotistas y comprobó que quienes se dedican a la lectura de cartas no sólo fungen como una especie de adivinos, sino también como sicólogos urbanos, pues además de predecir el futuro del cliente dan consejos de vida.

En media hora, por 50, 100, 200 o más pesos –ya que hay para todos los bolsillos–, una persona llena de interrogantes, puede quedar reconfortada y terapiada. Sin notar que ella misma da las pistas para que quien interpreta las cartas pueda emitir juicios sobre su vida. Buenos observadores e interpretadores de actitudes de sus clientes, los tarotistas sacan conclusiones, reafirman o reacomodan contenidos.

En muchas ocasiones con estas prácticas conviven otras creencias, como la devoción a la Santa Muerte. Un lector de manos consultado también promueve el culto a la muerte y hace negocio con éste, pues además de la lectura de cartas en su local se pueden adquirir imágenes y libros sobre la Santa Muerte.

La astróloga Paola Michel Godínez Chávez asegura en entrevista que su disciplina está basada en ciencia, que no se relaciona con la adivinación sino con el autoconocimiento de las personas y lamenta que seudoastrólogos(as) la denigren y generen una idea errónea de lo que es la verdadera práctica.

Añade que confesiones como la católica critican la astrología porque “la adivinación no está dentro su plan divino, pero la astrología no es una adivinación, habla de ciertas probabilidades y está basada en movimientos planetarios. Trabajamos con el libro Efemérides hecho por la NASA. En él están las posiciones de los planetas y estrellas; con esa información y otras longitudes y latitudes iniciamos los trazos para la carta astral. Por eso la astrología y la astronomía están unidas, según afirma.

Cuando hago la carta astral el objetivo es que la persona se conozca mejor. La astrología sólo marca tendencias. Eso de adivinar el futuro no es real; vemos posiciones (planetarias) y decimos así está el panorama, y ahí entra el libre albedrío.

Sobre los falsos astrólogos indica que hay gente que sin conocer hace cartas y manipula a las personas. Se valen de la ignorancia. En televisión, charlatanes afirman que te revelarán tu futuro. No son astrólogos o bien tienen mínimos conocimientos; lo que buscan es dinero. Hacen un espectáculo de algo que no lo es.

Detalla que trazar una carta astral lleva como mínimo dos horas. La carta astral es un círculo y en el centro hay un punto: el ser humano. Cuando naces es como si se tomara una foto instantánea; eres tú y los planetas, por eso se requiere, el día, mes, lugar nacimiento y lo más importante es contar con tu hora de nacimiento lo más exacta posible. Sin esos datos no se puede hacer una interpretación”.

Foto
Lectura del tarot, en un local del DFFoto María Meléndrez Parada

Remarca que desde siempre el hombre ha buscado respuestas en el cosmos, porque somos parte de él.

Godínez Chávez también realiza tiradas de runas, símbolos (alfabeto de tribus nómadas de Escandinavia y norte de Europa) nórdicos que utilizaban por ejemplo los vikingos como oráculos, particularmente para saber cómo les iría en la guerra; son trazos que se hacían sobre las rocas o madera.

Antonio Vázquez Alba, conocido como el Brujo mayor, señala que por la terrible crisis que está sufriendo la Iglesia católica, muchos de sus creyentes buscan en otras opciones lo que se está perdiendo.

Luego de aclarar que no formo parte de ningún movimiento filosófico ni practico una religión, indica que esta situación de la Iglesia católica explica el surgimiento en el país de otras creencias alternativas; porque los seres humanos necesitamos creer en Dios.

Admite que aspectos como la crisis económica han impulsado a más mexicanos a recurrir a sus servicios como brujo de magia blanca, pero ya no sólo solicitan sus servicios para pedir amor, sino dinero.

Hace unos seis años cerca de 90 por ciento de quienes se acercaban venían en busca del amor, ahora más de la mitad acuden a mí por el aspecto económico.

Vázquez Alba considera que los brujos buscan darle confianza en sí mismas a las personas, ayudarles con su autoestima, porque cuando ésta está bien atraes el amor, es más fácil encontrar trabajo, mejorar tus negocios y se tienen menos enfermedades. Ese es el lado humano del brujo y del mágico. Es como un sicólogo, un consejero espiritual; tomamos el lado mágico para forzar la energía del paciente.

La antropóloga Luz María Martínez Montiel señala que la fe es la introyección de una creencia y por ello el ser humano cree en “milagros, en magia y en lo que sea; estamos predispuestos para eso desde el punto de vista sicológico, pero hay quienes se aprovechan de esa condición; vemos en televisión anuncios de magos que adivinan y proporcionan bienestar; son formas de explotar esa predisposisión, de la necesidad de creer en algo. Miguel de Unamuno (escritor y filósofo español) decía ‘yo creo en Dios porque lo necesito’”.

Josué Tinoco Amador, docente y experto en asuntos religiosos de la UAM Iztapalapa, coincide con el hecho de que el ser humano necesita creer, entonces recurre a diferentes figuras, espacios o fuentes que lo vinculen y le den estabilidad.

Añade que, muchas veces la forma de creencia de individuos y colectividades no tiene relación con lo que las estructuras religiosas plantean, lo único que se busca son respuestas. En este tipo de pensamiento no impera la lógica estructurada, sólo la forma de comprender el entorno. Por eso no es extraño mezclar diferentes culturas y ritos, que incluso pueden ser totalmente opuestos.