Opinión
Ver día anteriorMartes 14 de agosto de 2012Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
México SA

Crece el catarrito europeo

México aguarda el coletazo

Cordero: caer para arriba

P

asan los días, crece el número de discursos y la inyección de recursos públicos al selecto mundillo financiero, se ahonda la matasinga social y, lejos de salir del hoyo, o cuando menos acercarse a la orilla, la economía europea se hunde cada vez más –al lado de un motor mundial, el estadunidense, paralizado y echando chispas por todas partes– y arrastra a las demás zonas del planeta a un por demás incierto futuro inmediato. Y ello es consecuencia de insistir en la vieja tesis de que para arreglar las cosas es necesario cometer los mismos errores e idénticos excesos.

De acuerdo con el Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Instituto Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, el incremento en la tasa de desempleo en Estados Unidos y la disminución en el ritmo de su actividad económica configuran parte de un escenario que anuncia un 2013 donde los problemas sociales continuarán exacerbándose. Otra parte de la historia es la creciente volatilidad que se vive en la Unión Europea, donde la calificación del riesgo para España, Italia y Grecia (la economía del último país se desplomó 6.2 por ciento en el segundo trimestre del año, y otro tanto en el primero) es la punta del iceberg de los desequilibrios financieros que se viven en aquella región.

La altísima tasa de desempleo y la crisis del sistema bancario español han afectado la evolución tanto de su mercado interno como de sectores estratégicos, particularmente de la construcción. La aplicación de una política de ajuste estructural (una verdadera masacre social), es decir, disminuir prestaciones sociales y salarios, ha provocado una serie de movilizaciones y huelgas que inciden sobre la de por sí alicaída economía española.

En el caso italiano la situación no es distinta. Este país tiene un peso importante en sectores como las manufacturas, por lo que su debilidad afecta a una de las principales fuentes de empleo en el sector industrial de la Unión Europea. En este caso se tiene un elemento particular adicional, y es el que se refiere a la política: las próximas elecciones podrían llevar a Berlusconi nuevamente al poder, lo cual reflejaría que los errores cometidos durante sus gestiones anteriores no inhiben su deseo de mantener el poder y con ello el seguir incidiendo en la economía italiana. El problema de fondo es que durante los últimos años Italia ha caído en una espiral negativa que la ha puesto en el camino de una recesión, algo que no sería solucionado por un gobierno conservador.

Gran Bretaña también vive una situación delicada. Con la tercera caída consecutiva en su producto interno bruto se confirma la recesión. Solamente los ingresos extraordinarios por los juegos olímpicos podrían darle una bocanada de aire fresco, sin que realmente constituyan la solución de fondo, pero todo apunta que lejos de reportar ganancias por ese evento internacional, deberá afrontar pérdidas de importancia.

En Asia las cosas tampoco marchan bien. Japón tiene un bajo desempeño y China ha disminuido su ritmo de crecimiento económico. Aunque para cualquier país del mundo tener una tasa mayor al 8 por ciento de aumento en su producción sería digna de festejarse (México no la vive desde hace más de tres décadas), en el caso de China ello resulta inquietante porque muestra que si bien su mercado interno es soporte de su economía, también queda claro que es insuficiente para evitar el contagio inherente a la desaceleración mundial.

No obstante las señales que envía la economía, apunta el CIEN, los mercados de valores globales no están reflejando el tamaño de los desequilibrios. Si bien se observa una evolución volátil, y en algunos casos particulares con pérdidas, en general se mantienen con un desempeño positivo. Lo anterior es fruto de la especulación asociada a los flujos financieros bursátiles, la cual busca generar ganancias, aunque no estén vinculadas a una economía que genere empleo y bienestar.

El caso de México refleja una situación similar: máximos históricos en los indicadores bursátiles que conviven con crecimiento económico, pero que no inhiben el avance de la pobreza y la precarización del empleo. El problema adicional es que, como en el caso italiano, México parece no contar con un futuro inmediato que transforme el sistema político y económico, es decir, que se rompan las redes de interés que solamente han beneficiado a pequeños grupos. La desaceleración global podría incrustarse sobre ese modelo mexicano, teniendo efectos ya conocidos y padecidos por los habitantes de esta nación, y 2009 es el mejor ejemplo. El tiempo para solucionar los problemas políticos se va terminando, y con ello el margen para evitar que 2013 nuevamente tome por sorpresa a la sociedad mexicana.

La coyuntura internacional no sólo impacta de manera negativa la evolución de la economía mexicana a través de la empresa privada, sino que el menor dinamismo percibido en el sector externo, la debilidad del mercado interno y los estragos sobre el mercado laboral repercuten en la situación financiera del sector público. Dicho aspecto plantea un reto importante, puesto que limita el margen de acción que el gobierno tendrá frente a una eventual desaceleración económica. Además, la situación se agrava al considerar la ineficiencia del gobierno en el uso de los recursos, y en este sentido vale reiterar la premisa: el problema del país no es la falta de recursos, sino su mal uso (en junio, por ejemplo, se registró un buen resultado en materia fiscal: los ingresos presupuestados tuvieron un incremento real de 16.5 por ciento con respecto al año, pero el gasto corriente –especialmente servicios personales– creció 10.5 por ciento, de tal suerte que se continúa premiando al ineficiente aparato burocrático para castigar al verdadero motor de crecimiento económico del país: la inversión).

Las rebanadas del pastel

Si el nuevo PRI designó a un par de chamacones con naftalina como sus coordinadores parlamentarios en las cámaras de Diputados y Senadores (Emilio Gamboa y Manlio Fabio Beltrones, respectivamente, porque para construir un nuevo país se requieren viejas prácticas), el PAN no se quedó atrás: para las mismas funciones, nombró a Luis Villarreal (el de los casinos chuecos en Guanajuato) y al inefable Ernesto Cordero, carente de experiencia parlamentaria, pero eso sí, íntimo del actual inquilino de Los Pinos, que llegará a cobrar 6 mil pesos mensuales para cubrir su crédito de vivienda, la letra del coche y las colegiaturas de sus hijos, porque México hace mucho tiempo dejó de ser pobre. Falta por conocer la decisión del PRD, pero sin duda la fetidez estará en línea con el renovado tricolor y el refundado blanquiazul. Sin duda, el sistema político mexicano apesta.