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Son 17 procesados, incluidos dirigentes de la Unión Ferroviaria

Comienza en Argentina el juicio por el asesinato de joven militante del Partido Obrero en 2010
Corresponsal
Periódico La Jornada
Martes 7 de agosto de 2012, p. 24

Buenos Aires, 6 de agosto. Con gran expectativa y la presencia de familiares y manifestantes comenzó hoy aquí el juicio oral contra 17 procesados por el asesinato del joven Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero (trostkista) ocurrido el 20 de octubre de 2010, entre los que figuran altos dirigentes sindicales de la Unión Ferroviaria (UF).

Pablo Ferreyra, hermano de la víctima, adjudicó una gran responsabilidad de la UF en el crimen que sucedió en el contexto de un conflicto gremial, cuando un grupo de trabajadores contratados por las llamadas empresas tercerizadas (que contratan para otras compañías) protestaba contra su situación laboral y fue atacado brutalmente a balazos por una pandilla.

Su hermano cree que 17 acusados son un número suficiente, pero están todos a la espera de ver lo que sucede durante el juicio. Además, sostuvo que tiene la esperanza de que la justicia tome nota de la condena social al sindicalismo-empresario.

La familia señala como uno de los principales responsables a José Pedraza, el máximo dirigente de la UF, detenido bajo la acusación de haber instigado el ataque de su grupo de choque que derivó en el asesinato de Ferreyra.

Pedraza representa lo que ha sucedido con algunos dirigentes sindicales, que de luchadores y detenidos durante las dos últimas dictaduras pasaron a ser sindicalistas patrones.

Él estuvo en la primera fila cuando se hizo el primer paro contra la dictadura, en 1979, y fue elegido para la conducción de la UF durante la presidencia de Raúl Alfonsín (1983-1989). Ya con Carlos Menem en el gobierno (1989-1999) entró en otro mundo, tal como sucedió con varios dirigentes y políticos. Fue administrador y subadministrador de Ferrocarriles y su tesorero, Santos Reale, quedó a cargo de los ferrocarriles metropolitanos, que fueron saqueados como paso previo a la privatización, señala Verbistky, quien describe los pasos dados por Pedraza hasta convertirse en un patrón al que no importó la destruccion del ferrocarril nacional. Este sindicalista vivía en una casa de un millón de dólares y defendía sus oscuros intereses obtenidos bajo el menemismo de los años 90.

Desde su grupo cercano partió la pandilla que atacó a los jóvenes que bloqueaban una vía de ferrocarril en protesta aquel 20 de octubre, cuando un balazo terminó con la vida de Ferreyra.

Hay un clima de alerta porque se considera que Pedraza y el grupo de acusados son pesos pesados y que esto se ha visto en los obstáculos que han puesto al juicio los abogados defensores; además se han denunciado amenazas a testigos.

Desde la familia, sus compañeros de militancia y diversos sectores y personalidades como el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, incluyendo gremios opuestos y sectores oficialistas, se pide una condena ejemplar, ya que será un mensaje muy claro a los sindicatos patronales, como los llama Pablo Ferreyra, y también a las pandillas utilizadas.

Pero debe servir además para advertir a todos que la precarización laboral lleva a situaciones angustiantes y terribles a los trabajadores que se contratan temporalmente por empresas privatizadas y son mal pagados y viven bajo la amenaza constante de perder el trabajo de un día a otro o con contratos basura, señala el hermano de la víctima, que no pertenece a su misma línea política.

Por su parte, la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, aseguró hoy que el gobierno aportó un testigo clave para el inicio de la investigación, y ella misma tomó medidas rápidas. Recordó que el asesinato de Ferreyra, siete días antes de la muerte de su esposo, el ex presidente Néstor Kirchner, conmovió y afectó fuertemente a éste.

Rápidamente se movieron los resortes de la justicia y, cuando se inició la investigación para el juicio, el ex presidente la llamó por teléfono muy conmocionado y le avisó que habían detenido a los que atacaron al joven, gracias a la colaboración de un intendente del Gran Buenos Aires que nos acercó un testigo. Con este testimonio la juez inició la investigación que llevó al juicio oral que hoy se realiza.

Durante una videoconferencia con el ministro de Justicia, Julio Alax, la mandataria recordó esos momentos donde debieron tomar precauciones y coordinar la seguridad para llevar al testigo –del que no dio el nombre– ante la juez de la causa.

El ex presidente Kirchner se puso al frente de los movimientos para que se actuara. Mi hijo Máximo siempre me dice que la bala que mató a Ferreyra también rozó el corazón de su padre.

Kirchner murió de un ataque cardiaco el 27 de octubre de ese año.

Por todas estas razones este juicio es clave.