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Pensión Alimentaria, medio de protección ante olvido y maltrato

En el seno familiar se da cuidado aparente a los ancianos que la poseen: investigadora

Cuando educadoras de la Red Ángel los visitan, entonces sí los sacan y los peinan

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Durante la ceremonia de entrega de 2 mil 592 tarjetas de Pensión Alimentaria a igual número de adultos mayores en el Teatro Metropólitan, el 19 de enero pasadoFoto José Carlo González
 
Periódico La Jornada
Martes 7 de agosto de 2012, p. 35

Para muchos adultos mayores de la ciudad de México, la tarjeta de Pensión Alimentaria –en la que el Gobierno del Distrito Federal les deposita 900 pesos mensuales– se ha convertido en una especie de protección frente al olvido y maltrato que llegan a sufrir en el seno familiar.

De acuerdo con Mayra Niño Zúñiga, investigadora de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cuando en una familia, fundamentalmente de escasos recursos, llega a haber una persona que recibe ese beneficio, significa una fuente importante de ingresos económicos para todos, y por eso le da un cuidado aparente.

Remarcó que en la investigación que realiza sobre el proceso de envejecimiento entre hombres y mujeres de la sociedad capitalina ha encontrado casos en los cuales la gente de la tercera edad que aporta esa tarjeta de Pensión Alimentaria a la economía familiar reciben cuidados superficiales.

Es decir, detalló Niño Zúñiga, aunque estén arrinconados se les atiende de manera distinta que si no recibieran ese apoyo del GDF. Añadió que esto se observa más cuando van los visitadores de la Red Ángel a las casas para corroborar la existencia de los beneficiarios. Entonces sí, los sacan al patio y los peinan.

En entrevista con este diario, la maestra de la ENTS mencionó que si bien se cuenta con reglas de operación del Programa de Pensión Alimentaria para Adultos Mayores, “no hay seguimiento ni monitoreo” respecto de saber hasta qué punto esas tarjetas ayudan a mejorar las condiciones de vida de esa gente de la tercera edad.

Hay quienes la reciben y con ella van a restaurantes o la utilizan para situaciones que no son prioritarias para este núcleo de la población, como la compra de medicinas o algún tratamiento, como se da en otros muchos casos, expresó Mayra Niño.

De hecho, remarcó, son pocas las investigaciones que se desarrollan para saber hasta qué punto mejoran las condiciones de vida de los ancianos el recibir un apoyo económico, como puede ser la referida tarjeta, o bien que tengan su propia pensión o jubilación.

Puntualizó que, como este programa se creó en 2002, durante la gestión de Andrés Manuel López Obrador al frente del gobierno de la ciudad, todavía muchos adultos mayores siguen refiriéndose a este esquema de apoyo como la tarjeta de Obrador, más que como un elemento de la política pública del gobierno capitalino.