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Violencia en Michoacán
Llegaremos hasta donde sea necesario, advierten habitantes de Cherán

En menos de una década la zona ha perdido unas 12 mil hectáreas de bosque

Protestas en el entierro de dos comuneros asesinados

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Más de 2 mil comuneros acompañaron a los deudos de Urbano Macías Rafael y Guadalupe Gerónimo Velázquez, secuestrados y asesinados el pasado 8 de julio, durante su sepelio. El pueblo purépecha exigió justicia y protestó en contra de la impunidad que ha prevalecido en esta región de la meseta donde la tala clandestina, el secuestro y el homicidio, dijeron, ocurren con periodicidad ante la ausencia de autoridades locales y federales La Jornada Michoacán
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 13 de julio de 2012, p. 2

Morelia, Mich., 12 de julio. Más de 2 mil comuneros se reunieron en la plaza pública de Cherán para despedir a Urbano Macías Rafael y Guadalupe Gerónimo Velázquez, secuestrados y asesinados el pasado 8 de julio presuntamente por vecinos de la comunidad El Cerecito, aunque existe la versión de que fue obra de la delincuencia organizada.

Hoy fue día de duelo para Cherán. Las campanas repicaron, los cohetes se escucharon hasta en los poblados vecinos para despedir a los dos comuneros. En la parroquia de San Francisco se ofició la misa de cuerpo presente. Al concluir la ceremonia religiosa, cruzando la calle, en la plaza principal, cientos de indígenas se despidieron y rindieron homenaje a sus compañeros, para después seguir el cortejo fúnebre hasta el panteón municipal.

Mientras el pueblo purépecha acompañaba al cortejo fúnebre, exigió justicia y protestó en contra de la impunidad prevaleciente en esa región de la Meseta, donde la tala clandestina, el secuestro y el homicidio ocurren con frecuencia ante la ausencia de autoridades locales y federales.

Antes de ser trasladados, en medio de un multitud, al panteón municipal, los restos de los comuneros fueron velados en sus domicilios, después de que sus familiares recuperaron los cuerpos hallados a unos 30 kilómetros de Cherán, en la zona boscosa de Zacapu, la tarde del pasado martes. Habían sido secuestrados dos días antes.

En viviendas sencillas, construidas con una mezcla de concreto con lo que queda de trojes (viviendas purépechas), las viudas Laura Sánchez de Gerónimo y Lourdes Tomás de Macías recibieron a cientos de vecinos, amigos y familiares en día y medio de velorio, bajo una lluvia tenaz.

Lourdes habló con Guadalupe Gerónimo momentos antes de ser secuestrados. Él le dijo que por ahí andaba gente de El Cerecito. Fue la última vez que hablé con él; ahora vamos a ver qué sigue, todo esto parece una pesadilla, relató la viuda.

José Trinidad, integrante del concejo mayor de autoridades indígenas de Cherán, recordó que la situación se agudizó en enero de 2008, cuando desconocieron al alcalde electo, el priísta Alberto Bautista Chapina, porque estaba involucrado en el robo de madera.

“Nunca lo dejamos tomar posesión del cargo, pero costó caro, porque en mayo de ese año, después de que el profesor Leopoldo Juárez Urbina, ex candidato a la alcaldía, tomó la presidencia municipal al inconformarse por el resultado electoral, apareció ejecutado tras haber sido levantado”. Tres años después, el 28 de abril de 2011 fue asesinado su hermano Pedro Urbina junto con Armando Estrada Hernández. La situación se ha complicado, pero llegaremos hasta donde se tenga que llegar.

El pueblo de Cherán perdió en menos de una década casi 20 mil hectáreas de bosque; sólo le quedan unas 8 mil hectáreas. Nos dolió mucho que en abril del año pasado no sólo sacaron madera cerca del manantial que abastece de agua potable al pueblo, sino que también derribaron árboles jóvenes y los quemaron. Fue un crimen que hayan sacado miles de árboles que tanto cuidaron nuestros abuelos y padres, dijo José Trinidad.

Apenas el pasado 18 de abril dos comuneros de Cherán fueron localizados muertos entre la zona boscosa, a unos cuantos kilómetros de la cabecera municipal. Por ese mismo rumbo, horas después se encontraron seis cadáveres, dos de ellos calcinados. Eran de la comunidad El Cerecito. Dos pueblos separados por 15 kilómetros, pero entre los cuales existe un abismo desde hace años.

Madera, el oro de la región

Las versiones de pobladores y algunas autoridades estatales son que las pequeñas poblaciones de El Cerecito, Morelos, Santa Cruz Tanaco y Seco acabaron con sus recursos naturales; fueron infiltradas por delincuentes y requieren de madera para la fabricación de muebles y artesanías, porque de eso viven, así que han tomado madera que no les pertenece.

El 18 de abril de 2011 el pueblo de Cherán se enfrentó a un grupo de talamontes, cuando con toda impunidad bajaban en camionetas la madera que acababan de extraer ilegalmente.

Durante meses bloquearon los accesos a la comunidad y crearon su propia vigilancia; instalaron más de 60 fogatas en todas las calles del pueblo, de unos 14 mil habitantes; desconocieron a las autoridades locales y a partir del 5 de febrero de este año integraron un concejo superior comunal, electo bajo el principio de usos y costumbres, hecho avalado por las autoridades electorales de Michoacán.

Julio Hernández Granados, vocero del gobierno del estado, dijo que se reforzarán los operativos de seguridad para evitar confrontaciones entre los pueblos de Cherán y El Cerecito, además de mantener alejados a los delincuentes.