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Potencias occidentales envían al Consejo de Seguridad proyecto de resolución sobre el país

Debatirán hoy en la ONU castigos diplomáticos y económicos a Siria

El embajador de Damasco en Bagdad abandona al gobierno de Assad, afirman opositores

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Integrantes del Ejército Libre de Siria, opositor al gobierno de Bashar Assad, durante un entrenamiento en Sarmada, en el norte de ese paísFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Jueves 12 de julio de 2012, p. 28

Nueva York, 11 de julio. Las potencias occidentales enviaron este miércoles un proyecto de resolución sobre Siria al Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el que se emplaza al gobierno de Bashar Assad a que aplique el plan de paz del enviado especial Kofi Annan y cese el uso de armas pesadas en el conflicto interno, ya que de lo contrario será sometido a una serie de sanciones.

El proyecto de resolución estipula que si las autoridades sirias no cesan el uso de esas armas en los 10 días siguientes a la adopción de la resolución, el Consejo de Seguridad impondrá inmediatamente las medidas previstas por el artículo 41 de la Carta de la ONU, es decir, sanciones diplomáticas y económicas, pero no militares.

Las negociaciones sobre el proyecto de los países occidentales y un borrador alternativo presentado el martes por Rusia comenzarán discutirse este jueves, afirmaron diplomáticos.

Una votación sobre Siria deberá tener lugar necesariamente antes del 20 de julio, cuando culmina el mandato de la misión de observadores de la ONU en Siria.

El proyecto de resolución, redactado por Gran Bretaña, Francia, Estados Unidos y Alemania, exige el cese inmediato de la violencia gubernamental y de las fuerzas de oposición y la implementación del plan de paz de seis puntos del enviado de la Liga Árabe y la ONU, Kofi Annan, y las resoluciones de esta organización aprobadas en abril.

El proyecto renueva el mandato de la Misión de Supervisión de la ONU en Siria (Misnus) por 45 días, acorde con las recomendaciones del secretario general del organismo mundial, Ban Ki-moon, quien aboga por reducir el número de observadores militares sobre el terreno y otorgar a la misión un papel más político para abrir negociaciones.

En cuanto al proyecto de resolución previo enviado por Rusia, propone que el mandato de la Misnus se prolongue por tres meses más después del 20 de julio, teniendo en cuenta las recomendaciones hechas por Ban Ki-moon. Además respalda el plan de paz de Annan para que las partes enfrentadas en Siria apliquen la iniciativa.

Annan presentó este día al Consejo de Seguridad, por video desde Ginebra, los resultados de su reciente viaje a Siria, Irán e Irak, cuyas capitales forman parte del eje de poder chíita en la región. Pero, de entrada, las potencias occidentales han descalificado cualquier incorporación de Irán a las negociaciones sobre Siria.

Pekín respaldó el pedido de Annan de incluir a Irán en las conversaciones. China cree que la resolución apropiada del tema de Siria no puede ser separada de los países en la región, especialmente el apoyo y la participación de los países que tienen influencia en las partes relevantes en Siria, expresó el portavoz de la cancillería, Liu Weimin.

El mediador Annan pidió a los miembros del Consejo de Seguridad ejercer presión común y continua sobre el gobierno sirio y los opositores. Afirmó que Damasco nombró un representante para comenzar un diálogo con la oposición, cuyos voceros insistieron en su postura de que no es posible el intercambio de puntos de vista mientras Bashar Assad no renuncie.

En tanto, fuentes de la oposición siria informaron en Beirut que el embajador de Siria en Irak desertó el miércoles en protesta por la represión de las fuerzas de Assad contra el levantamiento, que ya lleva 16 meses. Nawaf Fares, con lazos cercanos a la seguridad siria, sería el primer diplomático de alto rango en alejarse del gobierno.

No hubo comentarios al respecto de Damasco, mientras la Casa Blanca dijo que no podía confirmar la deserción.

La presunta decisión de Fares de abandonar el gobierno se da días después de la deserción del brigadier general Manaf Tlas, también suní, quien fue amigo de Assad, cuya minoría alauita ha dependido de sus aliados suníes para mantener a la población bajo control.

En Moscú, el gobierno ruso resistió los pedidos del opositor Consejo Nacional Sirio de que la renuncia de Assad sea condición para conversaciones sobre transición política.

Las conversaciones terminaron en discordia cuando uno de los líderes del grupo opositor dijo que las políticas de Moscú ayudan a prolongar el derramamiento de sangre en Siria.

Rusia advirtió que seguirá entregando sistemas de defensa antiaérea a Siria, su aliada en la región, de acuerdo con los contratos vigentes y sin que eso signifique la violación de sus obligaciones internacionales.