Metz, 6 de julio. El alemán Jan Ullrich reconoció por primera vez que durante sus años de actividad un ciclista necesitaba doparse para estar entre los mejores.

Ante la pregunta de si hubo un momento del ciclismo en que hacía falta el dopaje para estar entre los primeros, el ganador del Tour de Francia en 1997 respondió: Sí, claro que existió ese momento. Yo mismo formé parte de eso.

Tras un largo proceso de seis años, la Corte Arbitral del Deporte (CAS) suspendió a Ullrich en febrero pasado hasta agosto de 2013, al considerar probada su implicación en la red de dopaje sanguíneo formada en torno al médico español Eufemiano Fuentes.

Durante sus años de actividad, desde 1994 hasta que estalló el escándalo en 2006, Ullrich negó siempre haberse dopado. Tras la suspensión admitió haber cometido errores.

El ex ciclista de 38 años volvió a aceptar la resolución de la CAS: “Cometí errores y merecí ese castigo, pero los procesos duran demasiado. El mío duró seis años.

Sin embargo, eso ya es pasado. Hay que mirar para adelante y tener confianza en que en el ciclismo ahora todo está en orden.