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Sólo se exhibe su cuadro Francisco Lazcano en su taller, porque presionamos, manifiesta

Alberto Gironella fue excluido de la muestra Surrealismo del Munal, dice su hijo Emiliano
 
Periódico La Jornada
Sábado 7 de julio de 2012, p. 5

Mientras un cuadro del artista Alberto Gironella (1929-1999) forma parte de la recreación parcial de la casa del fundador del movimiento surrealista André Breton en el parisino Museo Pompidou, en México el pintor no fue considerado para la muestra Surrealismo: vasos comunicantes, abierta el pasado miércoles en el Museo Nacional de Arte (Munal).

La exposición pretende reunir obras de los máximos representantes, tanto europeos como latinoamericanos, de la vanguardia surrealista, según el boletín del recinto.

Gironella fue relacionado siempre con el surrealismo y fue amigo personal de Breton, como del cineasta Luis Buñuel. Está en todos los libros sobre este movimiento que se hacen en Francia, expresa su hijo Emiliano.

Además, se consideraba más surrealista que de la ruptura, a la vez de que era un personaje surrealista.

Si el óleo Francisco Lazcano en su taller (1965-66), que don Alberto dedicó a Breton, fue incluido en la muestra del Munal, fue porque Emiliano les insistió: Hace tiempo me acerqué al Munal cuando supe que se iba a hacer la exposición. Les hablé de la relación de mi padre con Breton, del cuadro suyo exhibido en el Pompidou. Sólo lo incluyeron porque les hablé y los presionamos.

Sin embargo, Gironella no fue incluido en el proyecto editorial, es decir, el catálogo de Vasos comunicantes, por cuestiones curatoriales, que nunca fueron explicadas, afirma el entrevistado. La crítica y la historia en México no le están dando su lugar a mi papá, agrega Emiliano, quien también cuestiona el hecho de que el Munal haya pedido cuadros al Pompidou, sin tomar en cuenta que el artista mexicano allí representado es Alberto Gironella.

Admirado por André Breton

El cuadro Francisco Lazcano en su taller, uno de los tres de Gironella en la casa de Breton, por azares del destino llegó a México y fue subastado por la Casa López Morton en 135 mil dólares.

Emiliano Gironella Parra, también artista, relata la siguiente anécdota acerca de cómo su progenitor se descubrió “surrealista: La primera exposición de mi padre en París fue en el pasillo de un cine. Sin que él lo supiera, la vio Breton. Se dio cuenta el día siguiente al leer el encabezado de un periódico, en manos de otra persona, que decía ‘Viva, Gironella. El surrealismo no ha muerto’.

“Enseguida entabló contacto con Breton hasta generar una amistad, que después fue también con mi madre, Carmen Parra. Cuando Breton falleció, su viuda, Elisa, le preguntó a mi padre qué prefería, su pluma o su pipa. Escogió la pluma con la que Breton escribía poesía, me la regaló y fue el leitmotiv de una exposición mía en Casa Lamm.

“A mi padre lo absorbió el movimiento surrealista tanto que Breton convivía diario con tres de sus cuadros: uno (Francisco Lazcano en su taller) enfrente de su escritorio, otro atrás (como se ve en la recreación del Museo Pompidou) y el tercero en su recámara.”