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La escuadra azzurra pudo haber goleado a los favoritos germanos, pero sólo ganó 2-1

Italia confirmó supremacía sobre Alemania; Balotelli, implacable

Los teutones dominaron los primeros 20 minutos

Fue mi mejor noche, dijo el autor del doblete

Vamos a prepararnos bien para vencer a España, señaló Prandelli

La decepción es grande: Löw

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Mario Balotelli libró fácilmente la defensa germana y se convirtió en el héroe del equipo italianoFoto Reuters
 
Periódico La Jornada
Viernes 29 de junio de 2012, p. a16

Varsovia, 28 de junio. Italia combinó hoy el peso de la historia y un oportunismo letal para frenar 2-1 a la favorita Alemania y avanzar a una final de la Eurocopa, en la que este domingo disputará el título a la actual campeona, España.

El excéntrico y frecuentemente criticado Mario Balotelli fue el hombre de la noche en el estadio Nacional al anotar, a los minutos 20 y 36, los goles que cambiaron el rumbo del encuentro. Mesut Ozil, por la vía penal al 92, puso las cifras definitivas.

En plena reformulación de su expresión futbolística, la azzurra tiene una oportunidad de oro en Kiev.

A los dolorosos recuerdos de México 70, España 82 y Alemania 2006, los germanos, incapaces de vencer a los italianos en mundiales o eurocopas, suman ahora la edición de Polonia-Ucrania 2012.

El técnico Cesare Prandelli tendrá las mejores intenciones, abominará del catenaccio y buscará en sus hombres un buen trato al balón. Todo cierto, pero no podrá negar que la Nazionale ganó hoy con mucho del espíritu de la vieja Italia.

No porque haya vuelto a tener alergia a la pelota, sino porque sacó a relucir esa cualidad a la que Joachim Löw, entrenador alemán, temía: ante una oportunidad, los italianos no la dejan pasar. Todo lo contrario de lo que les sucedió en los cuartos de final, en la agónica victoria en penales sobre Inglaterra.

Al minuto 20 todo era diferente

Al minuto 20 los dioses del balompié debían dar claramente la victoria a un equipo: Alemania, porque los pupilos de Löw asfixiaban a la azzurra contra su arco. Andrea Pirlo salvó casi sobre la línea un tiro defectuoso de Mats Hummels y Gianluigi Buffon despejó con esfuerzo uno más potente y de media distancia de Toni Kroos –una de las novedades entre los germanos– que recuperaron a Mario Gómez en la delantera.

El cuadro teutón quería ganar la batalla del mediocampo, y lo estaba logrando hasta ese minuto 20, en el que el futbol demostró una vez más que la justicia es relativa, que hay más que eso en un partido.

Giorgio Chiellini recibió de Pirlo, le puso la pelota a Antonio Cassano sobre la izquierda, cerca del área, y el delantero del Milán se ocupó del resto: de media vuelta mando un centro perfecto al área chica dejando a Hummels girando como un trompo. Balotelli, a quien Holger Badstuber sólo pudo ver saltar, puso el cabezazo franco en las redes de un petrificado Neuer.

Era el 1-0 que no reflejaba lo realizado en la cancha y Alemania comenzó a sentir el peso de la historia. Le volvía el recuerdo de no haber sido capaz de derrotar nunca a los italianos en un partido de Copa del Mundo o Eurocopa. Italia ganaba en confianza y Alemania en nervios.

Cassano se sentía cada vez más cómodo en el callejón que le dejaban Jerome Boateng y Hummels, y enseguida la Mannschaft volvió a comprobar que el trabajo duro y la insistencia no son garantía de éxito. La Nazionale otra vez sacó petróleo del césped polaco.

Corrían 35 minutos y un potente tiro de media distancia de Sami Khedira que Buffon despejó a tiro de esquina se convirtió en el inicio del segundo gol azzurro. El rechazo cayó en los pies de Riccardo Montolivo, el italiano de corazón alemán.

Quizá por eso fue cerebral como un germano y sutil como un italiano: vislumbró el panorama y le puso un soñado pase de 40 metros a Balotelli, quien le ganó la espalda a toda una selección teutona adelantada por el córner.

El esfuerzo del pequeño Lahm por alcanzar al gigante del Manchester City de nada sirvió. Balotelli lanzó un derechazo seco y potente arriba, a la izquierda de Neuer, y festejó como sólo él puede hacerlo: quitándose la camiseta y trabando toda su musculatura con gesto fiero. Enseguida recibió la amarilla.

Löw ingresó a Marco Reus en lugar de Lukas Podolski, y a Miroslav Klose, nacido en Polonia –como el anterior–, por el inexistente Gómez, quien volvió a tener una de esas noches que ponen en duda su categoría.

Y al minuto 62 Reus dio la razón a Löw con un gran tiro libre sobre la barrera que iba al gol antes de que surgiera el gran arquero que es Buffon.

La hinchada alemana era generosa en el aliento, pero no había mucho que hacer porque Italia ya había matado el partido con aquellos dos mazazos de Balotelli, remplazado al 69 por Antonio di Natale.

Italia pudo haber goleado con un par de disparos desviados de Claudio Marchisio (68 y 76) y un mano a mano del recién ingresado Di Natale (82), cuando la Mannschaft se regalaba en el fondo en busca del milagro.

El penal que convirtió Ozil en la agonía del encuentro, por una mano de Federico Balzaretti, selló el 2-1, resultado avaro con las oportunidades italianas, sobre todo en la recta final del encuentro.

Detalle no menor, lo que importó a la azzurra fue que volvió a confirmarse como un equipo que sabe competir como pocos: de las 11 semifinales de mundiales o eurocopas que jugó, ha ganado nueve. Sólo la Unión Soviética, en 1988, y Argentina, en 1990, la dejaron fuera de una final.

Con sus dos tantos más, Balotelli trepó a la cima de los goleadores con Cristiano Ronaldo, Gómez, Alan Dzagoev y Mario Mandzukic.

Rumbo a la disputa del título con España, Buffon no tiene dudas: Dime un equipo que sea favorito ante España... ¡No existe! Es claramente el equipo más fuerte de todos, pero nosotros queremos hacer lo mejor. Partimos del cero a cero y eso nos da la posibilidad de aspirar a algo. Se esperaba que España estuviera en la final, lo nuestro fue más difícil.

Prandelli observó: Tenemos un desafío enorme, pero vamos a prepararnos bien para vencer a España, tal como ganamos esta noche. La victoria fue merecida y nuestro partido fue excepcional.

Por su parte, Súper Mario señaló: Fue hasta ahora mi mejor noche, pero espero que la del domingo sea mejor. No me importa jugar bien en la final, sólo espero ganarla. Italia no debe tener miedo a España. Sabemos cómo juega y podemos derrotarla. Hay que tener paciencia y esperarlos, porque ellos se pasan mucho el balón.

El atacante italiano dedicó sus anotaciones a mi madre; ella tiene ya sus años y hoy estaba en el estadio.

Löw admitió: La decepción es muy grande para todos. En el vestidor hubo lágrimas. El equipo hizo un buen torneo. Es difícil estar dos goles abajo en el entretiempo, pero el plantel mostró un gran corazón. Las anotaciones llegaron por errores nuestros abajo.

El capitán germano Philipp Lahm aseguró: Cometimos errores tontos y así recibimos los goles. Lo más duro es que este equipo tiene un auténtico potencial para conseguir más que esto, pero no fuimos lo bastante listos.