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Ha sido testigo y protagonista de la historia política, social y cultural del país: García Cepeda

Plácido Domingo abrirá formalmente los festejos de 60 años del Auditorio

El estreno mundial de A Muse, de la compañía canadiense 7 Doigts de la Main, exposiciones fotográficas, la emisión de un billete de lotería y un libro conmemorativo, entre las actividades

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Durante la construcción del auditorio actualFoto Rogelio Cuéllar/La Jornada
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Durante la construcción del auditorio actualFoto Rogelio Cuéllar/La Jornada
 
Periódico La Jornada
Lunes 18 de junio de 2012, p. a12

El Auditorio Nacional, que cumple 60 años este 2012, ha sido testigo y protagonista no sólo de la vida artístico-cultural, sino también de la política, la economía y de actividades sociales.

Con un concierto de Plácido Domingo, este miércoles comenzarán formalmente la actividades de aniversario, que se efectuarán con la colaboración del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA) y la Secretaría de Cultura del Distrito Federal.

Entre las actividades, que se realizarán de junio a septiembre, destacan dos exposiciones fotográficas (ya abiertas) dedicadas a momentos estelares del inmueble, la emisión de un billete de la Lotería Nacional, la creación de un micrositio y diversas publicaciones.

María Cristina García Cepeda, coordinadora ejecutiva del inmueble, afirmó: El Auditorio cumple 60 años de ser testigo y protagonista de la historia política, social y cultural del país, porque en este escenario ha sucedido de todo; por ello se ha considerado el predilecto.

Recorrido musical

Plácido Domingo estará acompañado de las sopranos Micaela Oeste y Angel Blue; la Filarmónica de la Ciudad de México, dirigida por el maestro Eugene Kohn, y el Mariachi Vargas de Tecalitlán. Ofrecerá un recorrido por sus arias predilectas y el repertorio de mariachi.

Otro de los espectáculos destacados son el estreno mundial de A Muse, de la prestigiosa compañía circense de Canadá 7 Doigts de la Main. Se presentará del 26 de julio al 5 de agosto.

Una de las exposiciones es la titulada Auditorio Nacional: 60 años del escenario de México. Está integrada por 120 fotografías de gran formato, que dan fe de momentos espectaculares y vistas del recinto en diversos periodos de su historia. Se exhibe en las rejas de Chapultepec, en el Paseo de la Reforma. Estará abierta hasta el 22 de julio.

En relación con el billete de la conmemorativo que emitirá la Lotería Nacional, el sorteo se llevará a cabo el 22 de junio.

Además se producirán 60 cápsulas radiofónicas en colaboración con Radio Educación, en las que se ofrece información y anécdotas. Serán transmitidas por la red de radiodifusoras y televisoras educativas y culturales de México. Aunado a eso se abrirá un micrositio alusivo al 60 aniversario para propiciar la interactividad por medio de las redes sociales.

En colaboración con Prisa Editores/ Editorial Santillana se publicará un libro conmemorativo con el mismo formato que el lanzado por el 50 aniversario del recinto, nada más que ahora con la historia de la década pasada.

Haciendo un recuento, se recordará que con el propósito de promover las actividades ecuestres en un espacio techado, considerando el brillante papel que el equipo nacional hizo en los Juegos Olímpicos de Londres, en 1948 el presidente Miguel Alemán donó los terrenos aledaños al Campo Marte. El proyecto incluyó caballerizas, habitaciones para los caballerangos, un granero y un teatro principal.

Los arquitectos Fernando Parra Hernández, Fernando Beltrán Puga, Fernando Peña Castellanos y Óscar de Buen fueron los encargados de realizar el proyecto. La estructura de hierro remachado que se construyó era lo más moderno de aquella época. La técnica que se empleó fue la misma de la Torre Eiffel.

El Auditorio Nacional fue inaugurado el 25 de junio de 1952, sin que la construcción estuviera concluida, con un acto del Club de Leones, presidido por el mandatario. En diciembre de ese año Miguel Alemán concluyó su gestión, pero el proyecto no estaba terminado.

A su llegada a la presidencia, Adolfo Ruiz Cortínes nombró regente del Distrito Federal a Ernesto P. Uruchurtu. Los dos tenían mentalidad de austeridad o de nula promoción de la cultura, por lo que suspendieron la construcción.

Sin embargo, en 1954 México fue sede de los Juegos Centroamericanos y en 1955 de los Panamericanos, y entonces el Auditorio fue adaptado para ser sede de competencias de basquetbol y voleibol, obras que fueron coordinadas por la Secretaría de Educación Pública, con la participación de los arquitectos Ramiro González del Sordo y Pedro Ramírez Vázquez. En ese tiempo contaba con más de 12 mil butacas.

Cancelada la vocación ecuestre del lugar, en 1953 empezó a trabajar la Unidad Artística y Cultural del Bosque con sus teatros. El granero de las caballerizas fue acondicionado como teatro circular y se convirtió en el teatro El Granero. De manera natural, el aliento cultural se extendió al Auditorio.

Los trabajos de construcción del recinto concluyeron en 1955. Originalmente llamado Auditorio Municipal, entonces cambió se cambió el nombre al de Auditorio Nacional.

Órgano monumental

El recinto fue seleccionado para albergar un órgano monumental, que se pensaba instalar en el Palacio de Bellas Artes. El concierto inaugural fue celebrado en 1958.

Para 1968, cuando México fue sede de los Juegos Olímpicos, el Auditorio Nacional fue adaptado para las competencias de gimnasia.

Al final del sexenio del presidente Luis Echeverría, el recinto fue intervenido nuevamente para realizar la ceremonia de toma de posesión de José López Portillo como presidente de la República. La capacidad se redujo a cuatro mil asistentes.

En los años 60, el recinto dedicado a la actividad cultural, con funciones de teatro, ópera, ballet y festivales cinematográficos, comenzó a recibir ferias y exposiciones industriales.

A finales de los años 80, el Auditorio Nacional ya era una carga para la administración pública. El destino del Auditorio y de la ciudad, así como el de la cultura y el del mundo del espectáculo, cambiaron en 1989, a raíz de que surgió el proyecto de remodelación, realizado con base en un convenio de cooperación entre el Instituto Nacional de Bellas Artes, el CNCA y el Departamento del Distrito Federal. Fue encargado a los arquitectos Teodoro González de León y Abraham Zabludovsky.

Después de 18 meses de trabajo, con una inversión de 121.5 millones de pesos y respetando la estructura antigua del inmueble, surgió un edificio único, con capacidad para satisfacer cualquier requerimiento de la industria del entretenimiento. Posee un estacionamiento cubierto para 540 automóviles y bicicletas, un escenario de 24 metros de largo por nueve de altura. De la orilla del proscenio al muro posterior: 16 metros. Cuenta con 9 mil 683 butacas, 26 puertas de acceso, dos videoproyectores de alta definición, dos pantallas de video digital HD, cien bocinas, foso para 100 músicos y 13 camerinos.