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Kab

A

ntes de la invasión española los mayas cultivaron la miel con éxito. Francisco Hernández de Córdoba vio hacia 1520, numerosas colmenas fabricadas de madera; a él le llevaron calabazos llenos de miel blanca y de sabor excelente.

Diego de Landa describe las abejas, su miel y su cera en la Relación de las cosas de Yucatán. Unas abejas grandes formaban colmenas pequeñas formadas por vejiguitas de cera del tamaño de una nuez. Los antiguos mayas reventaban las vejiguitas con un palito para obtener la miel, y criaban unas abejitas pequeñas en los huecos de los árboles y de algunas piedras. Cuando la miel tenía algún exceso de agua, la hervían; así la espesaban y contribuían a su mejor conservación.

Estas abejas se alimentaban con el néctar de gran variedad de flores, muchas de ellas a maravilla lindas y hermosas y de diversos colores y olores; que daban abundantísimo mantenimiento a las abejitas para su miel y cera.

Las abejas y los cuidados que recibían están descritos en el Códice matritense. El conocimiento de los mayas actuales se comprueba al leer el Diccionario maya Cordemex, de Alfredo Barrera.

U Balamil kab es el nombre con que se designa a la abeja que cuida la colmena; Bo’ol es una abeja inofensiva que produce miel; también se conoce como kao’lel kab. Hay otra abeja llamada bolon. Las Chuah kab son abejas silvestres bravas. Las homkab son abejas que no tienen casa ni tienen asiento. Ix chuah kab son abejas silvestres que los indios traen del monte y las ponen en sus colmenas.

Las larvas se conocen como ilk’il. Hok’ol yal kab significa enjambrar y kab es miel o abeja en general; también se nombra así a la colmena. Con miel se endulza el pozol, diversos atoles y la bebida ceremonial llamada balché; antiguamente también aderezaban el chocolate con miel.

México es el sexto productor y tercer exportador mundial de miel de abeja (Apis mellifera). Cuarenta por ciento se produce en la península de Yucatán; más de 90 por ciento de la producción anual se exporta a la Unión Europea. Cuarenta mil apicultores y sus familias dependen de la producción de miel; 15 mil familias producen más de 10 mil toneladas de miel, por las que obtienen más 300 millones de pesos anuales.

Al aprobar la siembra de soya transgénica en favor de Monsanto y en contra de múltiples argumentos técnicos y científicos, Juan Elvira Quesada, titular de la Semarnat muestra de nuevo su irresponsabilidad dando un fuerte golpe a esta importante actividad económica regional, pues la miel se contaminará con polen de soya transgénica y esto cerrará el mercado europeo a los apicultores mexicanos. (cencos.org/node/29241)