Sociedad y Justicia
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Prevalecen casos de maltrato, abuso sexual, explotación en pornografía y asesinatos

Reportan alarmantes estadísticas sobre violencia contra menores en Alemania

La ley para protección infantil promulgada este año, correcta pero insuficiente: especialistas

 
Periódico La Jornada
Miércoles 30 de mayo de 2012, p. 47

Berlín, 29 de mayo. Al menos tres niños son asesinados, 11 son blanco de severos maltratos, 39 son objeto de abuso sexual y 17 son utilizados para pornografía cada semana en Alemania, denunció hoy la Oficina Federal de Investigaciones Criminales (BKA).

El presidente de la oficina federal, Jorg Ziercke, dio a conocer este martes en Berlín las dramáticas cifras sobre violencia infantil, en conferencia de prensa, conjuntamente con el Centro Alemán de Ayuda a los Niños, así como expertos en la materia.

Resaltaron que si bien algunas cifras han disminuido relativamente en comparación con el año anterior, el problema sigue siendo atemorizante, por lo que no hay razones para disminuir el estado de alerta en relación con la violencia contra los niños en el país.

En 2011, 146 niños fueron asesinados y 72 objeto de intentos de homicidio, y de acuerdo con la BKA los casos de violencia disminuyeron en 6 por ciento ese año, cuando hubo un total de 4 mil 367 casos.

Los casos de abuso sexual de menores se incrementaron 4.8 por ciento, a 12 mil 444 casos, y en 23 por ciento la utilización de menores para producir material pornográfico, con un total de 3 mil 896 casos.

La BKA señaló que, sin embargo, se debe partir de la base de que la cifra real de violencia contra niños, de casos de abuso sexual y de su utilización para producir pornografía es en realidad más elevada.

Ziercke puntualizó que la creciente digitalización e internacionalización del abuso contra niños dificulta los esfuerzos para protegerlos, así como la detección del delito.

Nuestra meta debe ser reconocer a tiempo la violencia y los abusos contra niños e impedirlos, dijo.

Junto con una persecución consecuente de esos delitos en los ámbitos tanto nacional como internacional se deben promover las instituciones públicas para ayudar a los infantes que confrontan esos problemas, añadió.

La académica experta en abuso infantil Kathinka Beckman declaró que el problema reside en que no hay un sistema de estándares para el diagnóstico, con el cual se pueda trabajar desde las escuelas, pediatras y oficinas públicas.

Agregó que los que existen hasta el momento difieren de un estado a otro de la Federación y apenas si son utilizables para evaluar los casos que se registran en escuelas y hogares.

A ello se suma la utilización errónea de los recursos públicos que se destinan al combate de ese problema, así como la falta de especialistas en las Oficinas de Protección a Menores.

El Centro Alemán de Ayuda a los Niños recomendó la instalación de oficinas independientes donde se puedan denunciar casos, así como defensores civiles (ombudsman) en ese terreno, además de las Oficinas Públicas de Protección a Menores.

En las Oficinas de Protección a Menores falta capacitación y especialización adecuada del personal, así como la posibilidad de llevar a cabo revisiones en el nivel judicial de casos donde haya sospechas.

Tampoco hay controles de calidad para evaluar la aplicación efectiva de las medidas para evitar el problema.

El Centro Alemán de Ayuda a los Niños es una amplia sociedad de beneficio público que se compone de diversas asociaciones y agrupaciones para la defensa de la niñez en Alemania.

Lleva a cabo el cabildeo en los ámbitos político y legislativo para hacer saber y plantear el problema a alto nivel y solicitar la atención gubernamental.

En 2011 se presentó ante el Parlamento alemán un proyecto revisado de ley para la protección infantil que fue promulgado el 1º de enero de 2012. Los ponentes en la conferencia de prensa calificaron esa ley de un paso en la dirección correcta, pero advirtieron que no es suficiente.

Manifestaron que el criterio para destinar recursos públicos al combate del problema es meramente económico y depende de cuanto quede en los presupuestos municipales para aplicar medidas al respecto, que muchas veces son erróneas e ineficaces.