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Recortes al Borbón y no a la educación y Vais a caer, le gritan a los príncipes de Asturias

Crece en España el repudio a la monarquía; protestas en la Feria del Libro de Madrid

Un grupo de estudiantes rechazó la presencia de Felipe y Letizia y gritó consignas contra Juan Carlos

Repulsa juvenil contra el ministro José Ignacio Wert, impulsor de durísimas reducciones a la enseñanza

Corresponsal
Periódico La Jornada
Sábado 26 de mayo de 2012, p. 19

Madrid, 25 de mayo. Recortes al Borbón y no a la educación y vais a caer fueron los gritos que escucharon los príncipes de Asturias y herederos de la corona, Felipe y Letizia, en la inauguración de la Feria del Libro de Madrid. Un grupo de estudiantes, al percatarse de su presencia, gritó consignas en favor de la educación pública –muy afectada por recortes al gasto del Estado–, que intercalaron con vítores a la república que provocaron incomodidad en los príncipes.

Felipe y Letizia inauguraron la Feria del Libro en medio de decenas de indignados adolescentes que coreaban consignas en favor de la educación pública y contra la casa real y el gobierno de Mariano Rajoy. Los príncipes recibieron libros como regalo en casi todas las casetas que vivitaron, entre ellos muchos títulos infantiles para sus hijas Leonor y Sofía, reportó Dpa.

La imagen de la familia real española está en una de sus peores etapas, severamente cuestionada por los escándalos que la rodean.

Primero fue la implicación y procesamiento del duque de Palma y yerno de los monarcas, Iñaki Urdangarin, acusado de una serie de delitos por una supuesta trama que perseguía el enriquecimiento ilícito a través del dinero público. La investigación del caso –todavía en curso– ha revelado el trato de favor que recibieron las empresas de Urdangarin y de su esposa e hija de los reyes, la infanta Cristina, por parte de numerosos gobiernos autonómicos y municipales para conseguir contratos públicos, muchos de ellos asignados previamente al concurso público.

Luego que la opinión pública conociera los tejes y manejes del yerno del rey, en una semana ocurrieron dos hechos relacionados con la cacería que tampoco ayudó a fortalecer la imagen del jefe del Estado. El nieto mayor de los reyes, Felipe Juan Froilán, de 12 años, se disparó por accidente en el pie cuando asistía a una cacería en su rancho particular, lo que viola la ley del menor que prohíbe el manejo de un arma de fuego a los españoles menores de 14 años.

Escándalo elefantiásico

Cuando el menor todavía estaba hospitalizado se conoció la noticia de que el rey Juan Carlos fue trasladado de urgencia a Madrid porque se rompió la cadera durante una cacería en Botsuana, donde participaba en una matanza de elefantes junto con su supuesta amante, una princesa alemana de nombre Corinna zu Sayn-Wittgestein .

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Manifestación contra la casa real, ayer en Madrid.Foto Reuters
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Los príncipes Felipe y LetiziaFoto Reuters

Las fotografías de la cacería y el hecho de que precisamente esa semana España haya estado al borde del rescate financiero provocaron la indignación de la gente y de los medios de comunicación, que hasta entonces se caracterizaban por la autocensura en todo lo relacionado con el monarca. La presión mediática y social fue tan severa que a su salida del hospital el rey ofreció disculpas públicas y prometió que no volverá a ocurrir.

Pero desde que ocurrió esta serie de acontecimientos, prácticamente todos los eventos abiertos y públicos a los que asiste la familia real ocurre algún episodio de repudio contra ellos. En esta ocasión fue contra los príncipes de Asturias en la Feria del Libro de Madrid, en el Parque del Retiro, donde los jóvenes –todos estudiantes– también atacaron al ministro del ramo, el conservador José Ignacio Wert, promotor de los durísimos recortes en la educación pública.

Los adolescentes gritaron ¡Viva la educación pública!, ¡Qué pasa, qué pasa, que nos suben las tasas! o Recortes al Borbón y no a la educación, ¡Viva la república! o ¡Vais a caer!

Hace menos de un mes, durante la entrega del Premio Cervantes en el paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares, los príncipes también fueron increpados a su llegada a ese lugar, con gritos de Borbón, cabrón, trabaja de peón.

Mientras tanto, en Barcelona, un grupo de un centenar de indignados evitó el desahucio de una familia integrada por una pareja de 27 y 30 años –ambos invidentes– y dos hijos, de uno y cuatro años –uno de ellos también invidente–. Se trataba de un nuevo caso de desalojo de su vivienda por orden de un juez que resolvió en favor de la entidad bancaria querellada en contra de la familia.

El funcionario que iba a llevar a cabo el dramático desahucio decidió suspenderlo temporalmente.