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Dos gobernadores de Chiapas prometieron su libertad y no cumplieron

Patishtán, condenado a morir en prisión por una venganza política

El martes inicia la semana mundial para exigir su excarcelación

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Andrés Núñez, quien fue compañero en la cárcel del profesor Alberto Patishtán Gómez, participó en el Foro contra la prisión política y por la libertad del activista que se celebra este fin de semana en San Cristóbal de las Casas, ChiapasFoto Moysés Zúñiga Santiago
Enviado / II y última
Periódico La Jornada
Domingo 13 de mayo de 2012, p. 17

Alberto Patishtán está condenado a morir en prisión por un crimen con el cual nunca tuvo que ver. Está comprobado que es víctima de una venganza política y ha servido de chivo expiatorio para autoridades mucho menos inocentes que él.

Semanas antes de la masacre de policías ocurrida el 12 de junio de 2000 en la carretera Simojovel-El Bosque, en los Altos de Chiapas, el descontento de la población con el presidente municipal Manuel Gómez Ruiz era generalizada. Barrios, ejidos, comunidades y organizaciones sociales lo responsabilizaban de cuatro asesinatos en las inmediaciones de Chavajebal, y uno más dentro de la cárcel municipal.

El 26 de mayo de aquel año, decenas de representantes de prácticamente todo el municipio, en un amplio documento estampado con sellos y firmas exigían al gobernador Roberto Albores Guillén la destitución del alcalde y el nombramiento de un concejo. Otras acusaciones muy precisas contra Gómez Ruiz eran: acoso sexual y despido contra empleadas del ayuntamiento, corrupción, nepotismo, abandono de la seguridad pública e incumplimiento de obras. El día 30 insistieron ante el gobernador. En aquel movimiento de descontento participaba el profesor bilingüe Alberto Patishtán Gómez, de 29 años, delegado magisterial y presidente de la Sociedad Productora del Bosque (SSS) en el barrio La Canoa, donde residía.

El 12 de junio ocurrió la emboscada contra una patrulla de policías estatales y municipales con siete muertos. Así como los cinco asesinatos anteriores nunca se resolvieron, este tampoco. Después de la masacre, el alcalde impuso la versión de que los culpables eran sus opositores; amagó con acusar a decenas, al final se concentró en Patishtán, sobre él recayó todo y el 19 de julio de 2000 fue detenido por la Policía Federal.

Ernesto Vázquez Reyna, de la unidad especializada para la atención de los delitos cometidos por probables grupos civiles armados, llevó la averiguación previa con peritos de la Agencia Federal de Investigaciones. Tras un mes de arraigo en Tuxtla Gutiérrez, Patishtán fue encarcelado en el penal de Cerro Hueco.

En tanto, en El Bosque se dieron protestas de la población pidiendo su liberación. Hubo marchas con pancartas de sus compañeros del magisterio y una toma de la presidencia municipal. El gobernador Albores Guillén prometió su libertad si desalojaban el cabildo. Así lo hizo el pueblo, y él no cumplió.

La situación de Patishtán quedó en el aire tras el cambio de gobierno. El 25 de marzo de 2001, el presidente del comisariado ejidal de El Bosque y unos 20 representantes sociales escribieron al nuevo presidente de la República, Vicente Fox Quesada, argumentando la inocencia del profesor. La respuesta llegó el 18 de marzo de 2002, cuando el acusado fue sentenciado a 60 años de prisión. Apeló de la sentencia y le fue confirmada el 21 de agosto. Patishtán promovió amparo directo y el 11 junio de 2003 le fue negado.

Las acciones y demandas no han cesado, ni en el ofendido municipio de El Bosque, ni entre las organizaciones de presos políticos que en Chiapas han alcanzado periodos de gran relevancia después de 2006 a través de la otra campaña. En 2008 y 2011 los presos políticos, con Patishtán en sus filas, efectuaron prolongadas huelgas de hambre en penales chiapanecos. Muchos salieron, él no. En 2009 se promovió un reconocimiento de inocencia ante los tribunales, denegado el 3 de febrero de 2010 con ponencia a cargo del magistrado Pablo Quiñones Rodríguez.

En enero de 2010, el obispo emérito Samuel Ruiz García lo visito en la cárcel para entregarle un reconocimiento como defensor de los derechos humanos y pidió su libertad. Como Patishtán ha padecido crecientes problemas de glaucoma diabético –nunca atendidos en prisión–, el respaldo del obispo ayudó para que el gobierno lo trasladara a un hospital en Tuxtla Guitérrez. Allí lo visitó el mandatario Juan Sabines Guerrero, quien se comprometió realizar las gestiones necesarias ante la Federación para ponerlo en libertad.

En vez de eso lo mantuvieron encadenado a la cama hasta regresarlo a su celda seis meses después, y en septiembre de 2011, por conducto del secretario de Gobierno, Noé Castañón, Sabines solicitó su traslado a un penal de alta seguridad lejano, sugiriendo las Islas Marías. Esta solicitud sí fue atendida y en octubre Patishtán fue sacado aparatosamente del penal en San Cristóbal de las Casas a media huelga de hambre. Al otro día ya estaba en el nuevo penal federal Norponiente de Guasave, Sinaloa, donde permanece aislado completamente y en encierro de 23 horas diarias.

Foro en San Cristóbal

Este sábado inició un foro de dos días contra la prisión política y por la libertad de Alberto Patishtán en Cideci-Unitierra de San Cristóbal, con la participación de familiares suyos, centros de derechos humanos, organismos de la otra campaña, representantes comunitarios y magisteriales de El Bosque, y organizaciones civiles de Oaxaca, Veracruz, Guerrero, estado de México y Distrito Federal.

El martes próximo dará inicio una semana mundial para exigir su libertad y la del zapatista Francisco Santiz López, y el viernes 18 habrá una movilización en El Bosque exigiendo el regreso de Patishtán. Colectivos de varios países se han sumado a las acciones de esta semana.

Lo que no queda claro es si alguien escucha allá arriba. Parece que no, mas la defensa y los grupos solidarios han conformado un blog con la información del caso: http://albertopatishtan.blogspot.mx