Mariana Juárez pierde la calma cuando le dicen que su próxima rival, Arely Muciño, la llamó arrogante y soberbia. La Barbie, pionera del boxeo femenil en México, no lo acepta porque tiene una conciencia de gremio muy firme, asegura.

Dice que no puede faltarle al respeto a ninguna de sus compañeras porque sabe que todas han sufrido al elegir este deporte, que muchos consideran todavía exclusivo para los hombres.

Esa convicción la hace sentir respeto por las rivales que ha enfrentado y rechaza que alguna pueda ser considerada un bulto: No permito que a una boxeadora se le llame así. No son eso, sino mujeres con una profesión difícil que salen a hacer su trabajo arriba del cuadrilátero.

Además reconoce que gracias a esas peleadoras que se quedaron en el camino, derrotadas, es por lo que algunas como ella han destacado en este deporte.

“Yo no le he faltado al respeto a mis compañeras de trabajo porque sé lo que es ser boxeadora. Todas hemos sufrido, picamos piedra. Este deporte es de pobres, pero creo que hasta las hijas de papi padecen cuando tienen que ir a un gimnasio de varones, porque eso yo lo viví”, recuerda Juárez sobre su inicios, cuando además de las burlas tuvo que soportar el sexismo en los lugares donde se entrenaba, donde ni siquiera había vestidores para mujeres.

No es fácil; es un deporte duro para cualquiera, pero lo es más para las mujeres, y todo eso nos hace más fuertes, expuso.

Este sábado defenderá por sexta ocasión el titulo mundial mosca del Consejo Mundial de Boxeo y la retadora será la Ametralladora Muciño, una regiomontana segura y enérgica, cuyo apodo responde a una voluntad incansable de avanzar con los puños por delante.