Cultura
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Desde 1985, la meta del festival ha sido llamar la atención sobre el Centro Histórico, afirma

Sin traicionar calidad, el fmx ha logrado equilibrio: Estrada

El director del encuentro desde agosto de 2010 considera una tarea compleja hacerlo con la ciudadanía como motor principal

Las actividades terminan el próximo 20 de mayo

 
Periódico La Jornada
Domingo 6 de mayo de 2012, p. 2

Pervive el espíritu de que nuestra ciudad tiene corazón, su Centro Histórico, el mejor escenario para actividades culturales, expresa en entrevista Gerardo Estrada, director del fmx-Festival de México, el cual comenzó el miércoles pasado y mantendrá sus actividades hasta el 20 de mayo

Los iniciadores del festival deben estar muy satisfechos de que finalmente el propósito inicial, que era llamar la atención sobre la importancia de la recuperación de Centro Histórico, se ha logrado; en 27 años, el Centro se ha transformado de forma radical, considera sobre la celebración cultural que nació en 1985. No quiere decir que ya esté restaurado. Es una tarea de largo plazo, permanente, afirma.

A menos de dos años de asumir la dirección del fmx, en agosto de 2010, Estrada expone su visión sobre este encuentro, constituido ya como uno de los más representativos de la ciudad. Desde el principio asumí lo que es el festival con una preocupación de búsqueda, de traer cosas de vanguardia, novedades, con rigor en las áreas artísticas. Al mismo tiempo, con la idea del rescate del Centro Histórico, con música, y más tarde con artes escénicas.

Tradición y vanguardia son los sellos del encuentro, el cual convoca a ocupar calles, plazas y edificios históricos. En un principio surgió como el Festival de Primavera y se ha ido transformando. Hoy día, miles de personas acuden a conciertos, espectáculos y encuentros educativos en recintos como el Zócalo, el Teatro de la Ciudad, el Palacio de Bellas Artes y el Antiguo Colegio de San Ildefonso.

Mucha gente recuerda como momento cumbre del festival la visita de Maurice Bejart en los años 90, por lo que es imperativo traer artistas y compañías de trascendencia equiparable, ya sea del mundo de la danza, del teatro y de la música.

Presencias inéditas, señala, han marcado el perfil del festival: este año ha sido el concierto, anoche, de Patti Smith, o el año pasado la participación del jazzista Herbie Hancock. Asimismo, los estrenos de ópera, como el de La mujer sin sombra, de Richard Strauss, el jueves pasado, en el Palacio de Bellas Artes; y en 2011, de Rusalka, de Antonín Dvofiák.

Gerardo Estrada opina que la parte bonita es programar, hacer las cartas a los Reyes Magos, y que el conflicto llega con la diferencia entre realidad y deseo, conflicto permanente entre los recursos y las ambiciones artístico-estéticas que tenemos, con el reto de conservar la calidad. Lo fantástico es la satisfacción, ver al público complacido o que la crítica descubre cosas que dejan huella.

Este año la gama de artistas es amplia: va desde el pianista coreano Sunwook Kim, quien ofreció dos conciertos al lado de la Orquesta Sinfónica Nacional y el director Carlos Miguel Prieto, hasta la fiesta electrónica y bailable de Panóptica Orchestra, Sonidero Mestizo y la Banda Regional Mixe.

“Sin traicionar la calidad, hemos logrado equilibrio; es un festival diverso, con ópera y programas clásicos; por otro lado, Patti Smith, Antony & The Johnsons o Blanca Nieves, del Ballet Perlkocaj, reinterpretación dancística del cuento de los hermanos Grimm con música de Gustav Mahler y vestuario de Jean Paul Gaultier.”

Estrada destaca otro reto: ser un festival organizado desde la ciudadanía, cuando casi tres décadas atrás surgió la iniciativa de un grupo de ciudadanos preocupados por el rescate del Centro Histórico y se conformó una asociación civil.

Es una tarea compleja hacer un festival cuyo motor principal es la sociedad. El festival recibe apoyos del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, del gobierno de la ciudad y de la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, pero el esfuerzo es de ciudadanos, no es una dependencia o una oficina, y eso, evidentemente, acarrea muchas complejidades. Es parte del reto, apunta.

Aunque el Centro Histórico es el foco principal del fmx, desde hace varios años se ha extendido a sedes externas, como el Centro Cultural Universitario o el Centro Cultural del Bosque. Además, el programa Excéntrico lleva actividades hasta plazas públicas de varias delegaciones.

Hay una transformación: las nuevas generaciones han descubierto el Centro gracias, entre otras cosas, a este festival. Ha renacido la vida nocturna, las calles se transforman, además de que en el día es impresionante ver la cantidad de familias, opina Estrada, en su oficina en la calle República de Cuba, en medio de ese corazón que revive con música.