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Recogen en un libro-catálogo el recorrido de la fotógrafa por el país

Yampolsky perteneció al mejor México, al de la inocencia

El asombro de la artista por el arte popular nunca amainó, expresó Elena Poniatowska

Arjen van der Slius, su viudo, reveló a una Mariana bibliófila, aspecto poco divulgado

Foto
La sal se puso morena, 1989, Puebla, fotografía de Mariana Yampolsky incluida en el libro Mirada que cautiva la mirada
 
Periódico La Jornada
Sábado 5 de mayo de 2012, p. 2

La fotógrafa Mariana Yampolsky (1925-2002) perteneció al mejor México, al de la inocencia y el desinterés, expresó la escritora Elena Poniatowska, amiga de la artista fallecida hace una década.

Poniatowska participó en la presentación del libro-catálogo Mariana Yampolsky: mirada que cautiva la mirada (UAM, 2012), en el Museo de Arte Popular (MAP), recinto que se sumó al homenaje nacional con una exposición del mismo nombre que reúne su fotografía, su gráfica y piezas de su colección de arte popular.

Yampolsky llegó a México en 1944, de Chicago, en busca del Taller de Gráfica Popular.

Poniatowska habló de la amistad de la fotógrafa con Alberto Beltrán –gran dibujante totalmente olvidado, sería bueno que se hiciera algo para rescatarlo– y de sus viajes por el país: El asombro que causó en Mariana la gente, el arte popular, la vegetación de México nunca ha amainado.

Esas continuas caminatas por México “construyeron a la gran fotógrafa y finalmente la hicieron estallar como las fuentes de agua.

“No sabía yo –manifestó Poniatowska, quien leyó fragmentos del texto que escribió para el libro–, cuando caminaba a su lado, que llegaría a ser una de las más grandes fotógrafas mexicanas y la más amorosa, la más tenaz.”

También contribuyó a su formación la vida política. A Mariana, Beltrán la hizo solidaria con las grandes causas sociales del México de los años 40. No fue difícil, pues ella traía adentro su propia indignación contra la injusticia. Naturalizada mexicana en 1958, amó a México como sólo los conversos suelen amar a Dios.

En su ensayo Encuentro de la fotografía con las arquitecturas mexicanas, Xavier Guzmán Urbiola, integrante del consejo directivo de la Fundación Cultural Mariana Yampolsky, aborda no sólo los libros que la homenajeada dedicó a la arquitectura, sino que hace hincapié en un aspecto desconocido para muchos: la condición de Yampolsky arquitecta. Pocos saben que Mariana diseñó sus dos casas en Tlalpan, revela.

Arjen van der Slius, viudo de Yampolsky y presidente de esa fundación, se concentra en otro aspecto poco divulgado de la artista: Mariana bibliófila.

La fundación conserva más de 6 mil volúmenes de la artista. Su viudo señaló que antes de su texto incluido en el libro, nadie había escrito sobre su biblioteca, cuyo estudio riguroso aportaría mucho para conocer su obra y motivos”.

José Angel Campos, curador junto con Jorge Contreras de la exposición en el MAP, explica en la introducción del libro cómo decidieron convertirla en un viaje, un recorrido virtual, a la vez real, por medio de sus fotografías, por el país que Yampolsky hizo suyo. La travesía de Mariana siempre estaba llena de sorpresas. Todo el tiempo su frescura descubre cosas, algo más que no vemos y que ella nos muestra para enseñarnos que la vida siempre es algo más de lo que está frente a nuestros ojos.