28 de abril de 2012     Número 55

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Enfrentar el desabasto alimentario
flexibilizando las importaciones


FOTO: Archivo

Denominada Prosperidad sustentable con innovación. Un México con futuro, la plataforma presentada por Acción Nacional ante el Instituto Federal Electoral (IFE) dedica un rubro específico al sector agropecuario, con 17 puntos, entre los cuales destacan propuestas de acción –específicamente la facilitación de importaciones-encaminadas a amortiguar posibles desabastos y encarecimiento de los alimentos, así como especulación con los alimentos.

Resaltan también sus propuestas de promover estrategias, tecnologías y apoyos especiales y financiamiento, “que incentiven la migración ordenada y gradual de cultivos poco competitivos, hacia productos de mayor rentabilidad económica, incluyendo actividades industriales no agropecuarias”; de depurar (“racionalizar”) la cartera de programas, proyectos y organismos del sector; de transformar subsidios “de bajo impacto” en esquemas de financiamiento; y de apoyar el asociacionismo y las empresas rurales.

Señala el documento que “ante una situación de emergencia, buscaremos eliminar los permisos previos y la necesidad de cupos de importación”, si bien menciona que se promoverá una mayor producción de alimentos básicos.


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Y refuerza la preocupación por el abasto con la oferta de: “creación de mecanismos que doten de capacidad de respuesta al gobierno con relación a la disponibilidad de productos básicos críticos en casos de desastres naturales, sequías prolongadas o especulación nacional o internacional con el abasto o los precios. Simplificaremos radicalmente reglas, reglamentos y trámites de todos los programas y gestiones, relacionados con el sector”.

Señala también que se racionalizará la cartera de programas, proyectos y organismos del sector agropecuario, utilizando las evaluaciones externas del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y de instituciones internacionales, así como las auditorías de desempeño realizadas por la Auditoría Superior de la Federación.

El planteamiento reitera en varios puntos el aspecto financiero. Dice que –de ganar– el gobierno panista incrementará la cobertura crediticia y de aseguramiento con mayores montos, impulsará el crédito refaccionario para la capitalización de las unidades productivas; una mayor participación de la banca de desarrollo, y mecanismos que garanticen el acceso al crédito sobre todo a los sectores rurales con mayores niveles de pobreza y marginación que cuentan con potencial productivo; impulsará reformas de segunda generación para la banca de desarrollo, que permitan un mejor financiamiento y administración de riesgos para el desarrollo rural, ante las fluctuaciones eventuales en los ciclos productivos, en el clima y en los mercados.


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Asimismo, “reorientaremos los subsidios al campo que sean de bajo impacto en productividad, y en su lugar se fortalecerán esquemas de financiamiento, particularmente aquellos dirigidos a pequeños productores, generando una articulación y sinergia de los programas que hasta ahora llegan de manera aislada y dispersa a las zonas rurales”. E “incrementaremos la capitalización de las unidades de producción rural, mediante un aumento sustancial de crédito refaccionario de largo plazo”.

Al hablar de asociacionismo, la plataforma del PAN ofrece un compromiso de capacitación desde el Estado para la identificación, organización, diseño, creación, operación y fortalecimiento de las empresas rurales e Intermediarios Financieros Rurales incluidos en los proyectos para la integración económica de las cadenas productivas. Y prevé el desarrollo de algo que –se sabe– ya inició la Secretaría de Agricultura desde 2011: “Promoveremos un nuevo sistema de extensionismo universitario para que investigadores de universidades estatales e institutos regionales se inserten en los procesos de desarrollo de sus territorios de influencia. Se incorporarán las instituciones educativas en proyectos estratégicos territoriales, abarcando aspectos de seguridad alimentaria, nutrición, ahorro y crédito, servicios ambientales, empresas rurales y mercados locales”.


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Enfatiza que se apoyará la integración de productores a las redes de valor vía el asociacionismo; se promoverá el desarrollo de consorcios agrícolas de exportación y otros mecanismos de articulación productiva que faciliten el acceso a mercados de alto valor.

También ofrece ampliar y hacer más eficiente la infraestructura básica en irrigación, electrificación, comunicaciones y servicios de las poblaciones rurales, así como la infraestructura productiva agrícola, ganadera, forestal y acuícola con una visión de sustentabilidad y de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.


Mercado de tierras, propone el ex
secretario de agricultura Javier Usabiaga


FOTO: Marco Peláez / La Jornada

Lourdes Edith Rudiño

Desvincular el binomio ruralidad-pobreza; generar certidumbre y formalidad legal a las unidades productivas del campo para su permanencia, competitividad, rentabilidad, modernización y generación de empleo; e impulsar la producción agropecuaria con base en las capacidades de la tierra y con innovación tecnológica que reciba apoyo público, son algunas de las propuestas para el campo que plantea el equipo de la candidata del PAN a la Presidencia, Josefina Vázquez Mota.

En entrevista, el ideólogo de la campaña en esta materia, Javier Usabiaga Arroyo, vislumbra eso, y su fórmula está en transformaciones radicales que van desde la estructura institucional del campo y otras, hasta los subsidios, pasando por los programas principales de apoyo, en particular Procampo y Oportunidades, este último está sectorizado en Desarrollo Social.

Pero no sólo eso: pretende la modificación de las regulaciones agrarias para facilitar el paso al dominio pleno de la propiedad social (esto es, a la privatización, que hoy se obstaculiza porque el procedimiento cuesta mucho dinero) y que se desmitifique la biotecnología, quitándonos los miedos sobre la erosión genética del maíz por la presencia de transgénicos pues “ya sabemos cuál es su composición genética (del maíz) y el día de mañana lo podemos volver a hacer igual”.

Y en el fondo de todo esto, Usabiaga resalta la importancia de fortalecer la producción agrícola La preocupación, dice, no está en la dependencia alimentaria, pues el país exporta 22 mil millones de dólares de productos agroindustriales, y eso da para pagar lo que importamos de alimentos; la preocupación está en el riesgo de escasez y carestía de alimentos, y por eso “debemos mejorar la producción, la productividad, los sistemas de comercio y de almacenaje”, aunque eso ha sido frenado hasta hoy por la falta de avance de iniciativas de ley “que están durmiendo en el Senado”.

He aquí planteamientos que destacan del discurso de Javier Usabiaga, empresario hortícola en Guanajuato, actualmente presidente de la Comisión de Desarrollo Rural de la Cámara de Diputados, y quien fuera titular de la Secretaría de Agricultura los primeros cinco años del gobierno de Vicente Fox:

  • Partimos de la visión de que el sector necesita certidumbre (…) Estado de derecho, y lo más importante, formalidad. Hoy es informal por naturaleza. Muchos agricultores carecen de identificación fiscal, de título de propiedad; muchos campesinos viven en un solar que no está titulado y no pueden acceder a los programas de desarrollo social”.

  • La nueva ruralidad que proponemos demanda una nueva relación con las organizaciones campesinas basada en la productividad, la confianza, el orden y la transparencia en la aplicación de los recursos.


  • FOTO: Francisco Olvera / La Jornada
  •  Para una mayor producción, propondremos un cambio de patrón de cultivos y una optimización en la planeación regional, con base en la vocación de la tierra y su capacidad productiva. Proponemos un nuevo desarrollo tecnológico que lleve a la innovación, que mejore las actividades y que éstas ya no se hagan tanto por tradición, por costumbre, que se hagan más con un sustento económico y técnico”. En cuanto a la milpa y formas tradicionales de producción: “¿Tú las quieres dejar así? Hay que evolucionar. Por qué quieres mantener una gente atada a un proceso improductivo. Hay que incorporarla en un nuevo sistema, así lo están haciendo en China (…) ¿Por qué tenemos que tener esa atadura al pasado? Es nuestra intención seguir trabajando para que se rompa este binomio de ruralidad-pobreza Que no se siembre maíz donde no se dé”.

  • Para incluir a las unidades productivas al desarrollo nacional y que éstas puedan alcanzar los niveles de productividad que el mundo moderno necesita, debemos propiciar un comercio justo y normas. Hay actualmente una concentración de la demanda (con poder económico, de crédito, de almacenaje, de conectividad…) contra una pulverización de la oferta; debemos reducir ese desequilibrio y para ello se requiere generar normas que hoy están ausentes (…) Se va a requerir una reforma institucional en la Secretaría de Agricultura. La Secretaría de la Reforma Agraria ya no tiene nada que hacer más que convertirse en una instancia de ordenamiento de la propiedad rural, o de desarrollo urbano o de conservación del desarrollo rural. La Secretaría de Medio ambiente tiene que emitir normas para que se tenga una agricultura respetuosa de la ecología y con una buena administración de los recursos naturales. La Secretaría de Economía necesita quitarse esa visión a favor sólo de la industria y el comercio y muy poco del consumidor. La Procuraduría Federal del Consumidor no beneficia a los mexicanos porque no tiene fuerza, no tiene orden, no tiene instrumentos; está para defender los precios, no la calidad de los productos, no la verdad en el etiquetado, no la justicia en el comercio (…) Necesitamos además un tribunal de comercio como lo hay en todas partes del mundo, vamos entonces por la modernidad”.

  • Requerimos generar un mercado de tierras”. El minifundio persiste porque la regulación es muy restrictiva para la venta de la tierra. “Eso de que la gente no quiere (vender sus parcelas), que se lo cuenten a otro. En todos los lados donde he consultado al respecto, dicen ‘encantado de la vida’. Yo tengo ya 450 comisariados ejidales que están dispuestos a venir el día que una iniciativa que impulsa el PAN para que el certificado parcelario se convierta en título de propiedad se vaya a tratar en la Comisión de Reforma Agraria. El minifundio no se puede acabar por decreto. Un mercado de tierras hoy es inviable pues 75 por ciento de la propiedad no tiene un título, no se puede vender, es ilegal la venta, lo que se puede vender es un calvario, tienes que irte al dominio pleno y éste tiene altos costos”.

Respecto de la existencia de presupuestos públicos crecientes para el campo con magros resultados, la eficiencia o ineficiencia de programas y las evidencias de que los subsidios concentran en el norte en favor de productores capitalizados, hizo varios comentarios en el marco de la propuesta panista de políticas rurales:

  • “El subsidio y el presupuesto tienen que enfocarse a la capitalización de las unidades productivas, no a su gasto. La compensación al ingreso es perversa aunque hoy día esté de moda (…) No podemos seguir compensando los ingresos a capricho de algunos legisladores o funcionarios. Pasa como en los programas sociales: declaró Peña Nieto que Oportunidades va a seguir y se va a reforzar. Eso es una tontería. A lo mejor eso le va a dar votos, pero ya llevamos muchos años con estos esquemas, desde Carlos Salinas, con Solidaridad, y la pobreza se sigue reproduciendo porque esa compensación al ingreso no está dando los resultados del cambio generacional. Yo quisiera ver a los primeros jóvenes de Oportunidades que ya deberían estarse graduando de bachillerato o algunos de profesional. ¿Dónde están? Si ya cambió su forma de vida, y si su mamá sigue recibiendo oportunidades porque tiene un amigo en la Secretaría de Desarrollo Social”.

  • “Los líderes, los redentores, se llevan una gran cantidad de recursos (del presupuesto) que están destinados a los productores. Necesitamos quitar eso”.

  • “No entiendo por qué tenemos que darle Procampo a un señor que siembra cien hectáreas de sorgo o maíz, cuando ya tuvo 15 años para mejorar sus condiciones. Además, cuando se creó el Procampo no había los programas de ingreso-objetivo, ni los de cobertura de precios en los mercados internacionales. Hay muchas cosas que hacemos por costumbre”.

  •  “Hay muchos programas públicos que debemos cambiar. El Procampo –nacido en 1994– ha representado un ingreso para la familia campesina y debe seguir su entrega pero desvinculado de la tierra. No podemos sostener un subsidio transgeneracional. Si el beneficiario muere, la tierra pasa a sus hijos y siguen cobrando el Procampo aunque ya no trabajen la tierra. Lo que hacemos es abaratar la renta de la tierra, haciéndola ineficiente”.

  • “Los señores de Sinaloa producen porque tienen 37 por ciento del agua superficial del país y no producen el 37 por ciento de los alimentos que se requieren en México (…) les toca a ellos modernizar la infraestructura de riego que les dio el Estado hace décadas. Ellos no le meten no digas un peso, no le quitan un quelite, no arrancan un carrizo, no echan un puño de tierra a un bache. La agricultura es catastrófica por naturaleza, si no quieres ser agricultor, salte de la actividad; por eso tienes tasa de impuestos preferencial, tasa de interés preferencial, por eso tienes instituciones”.

Se le preguntó cómo el PAN puede ser propositivo para el campo cuando en 12 años ha mantenido indicadores negativos en este sector. La respuesta fue: “Hemos cambiado muchas cosas, hay certidumbre. El PIB agrícola es bajo porque se guía por los precios medios rurales, pero el PIB agroalimentario es altísimo. Los indicadores del sector son malos porque no se le da el valor específico al bien. Por ejemplo, la leche sigue valiendo para el INEGI cuatro pesos el litro en el sector rural, pero e consumidor la paga a 12 (…) Estamos importando carne, pero estamos exportando un mundo de carne (…) las mayores importaciones de maíz fueron en el gobierno de Zedillo, en 1997. Las restricciones al mercado de tierras se mantienen por rechazo de los legisladores del PRI y del PRD a cambiar la legislación agraria. Lo que sí no hemos podido superar es la productividad, pues Procampo impulsó la siembra de mucha tierra improductiva y sus indicadores impactan en el promedio nacional.