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Por eso, considera el sociólogo, Calderón critica a Argentina por nacionalizar energéticos

Para el actual gobierno, desarrollo es beneficiar a extranjeros: Stavenhagen
 
Periódico La Jornada
Jueves 26 de abril de 2012, p. 18

Lo más grave del esquema neoliberal es que ya no genera empleo –salvo el de más baja remuneración– y con ello propicia que se eleven los niveles de violencia, además de ocasionar el desbordamiento de la ocupación informal, sector en el que se gana la vida más de la mitad de la población en edad de trabajar, aseveró el sociólogo Rodolfo Stavenhagen al dictar una conferencia magistral en los foros sobre Los grandes problemas nacionales que promueve el Movimiento Regeneración Nacional (Morena).

Hoy el concepto de desarrollo, en el clásico sentido de mejorar la producción y el flujo de bienes y servicios para elevar las condiciones de vida de las poblaciones, no es el concepto del gobierno federal, que lo entiende y aplica como el incremento de los beneficios de las empresas extranjeras. Por eso el presidente Calderón lamentó públicamente hace algunos días la nacionalización de los recursos petroleros de Argentina, porque su visión de país no abarca el desarrollo, sino solamente las ganancias de sus socios y si no reconoce las necesidades de su propio país, menos las reconocerá en otras naciones, apuntó.

Ante un auditorio lleno, Stavenhagen convino en que en tres décadas de política neoliberal sí ha habido crecimiento, aunque concentrado en algunos sectores y ausente en otros. El desarrollo que hemos tenido no fortalece el mercado interno, sino que lo debilita y aumenta nuestra vulnerabilidad y dependencia externa. El crecimiento, cuando lo hay, beneficia en mayor medida a los inversionistas extranjeros que se llevan el capital y las ganancias con creces y sólo dejan el vacío detrás.

A manera de ejemplo, citó la privatización de la banca nacional, que quedó en manos de grandes consorcios financieros internacionales. Ahora, dijo, estas empresas obtienen en México sus mayores ganancias, que se llevan con nuestra bendición a sus países de origen y nosotros, como lo sufrimos todos los días, pagamos las tasas más altas del mundo por nuestras tarjetas de crédito. ¿Es justo?, obviamente no. Crecimiento sí, desde luego, para las empresas extranjeras, no para el pueblo mexicano.

Agregó que uno de los más jugosos negocios del crecimiento es la minería, totalmente en manos extranjeras, con el alto precio internacional de los minerales las ganancias de este sector han sido estratosféricas desde hace algunos años. ¿Qué han dejado para México?, aparte del pago de sus concesiones y los impuestos a la producción que, como bien sabemos, las empresas y sus socios en el gobierno saben manejar maravillosamente bien, el extractivismo minero, como modelo económico, nos ha dejado una naturaleza destrozada, el medio ambiente contaminado, poblaciones rurales desarraigadas, pueblos indígenas despojados de su cultura y de su bienestar.

Otro caso emblemático, añadió, es el turismo:“No tenemos nada contra el turismo, sólo que de lo que se trata en este caso es del fortalecimiento de algunas pocas economías de enclave en manos del gran capital turístico internacional que se adueñan de bosques, costas, lagunas, playas, con la consecuente destrucción acumulada del patrimonio natural nacional, en muchos casos protegido por convenios internacionales que estas empresas ignoran.

Si bien les va, las poblaciones de las comunidades aledañas, muchas veces indígenas, obtendrán algunos empleos locales en los servicios turísticos de más bajo nivel. Uno diría, qué bueno que los desarrollos turísticos puedan fortalecer las economías regionales, pero qué decepción, prácticamente todos los artículos de consumo, incluso alimentos y servicios que proporcionan los grandes consorcios turísticos, provienen del extranjero, dijo.