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Impasible, escucha los cargos de la fiscalía y dice no reconocer la autoridad del tribunal

El multihomicida Breivik invoca defensa propia al comenzar el juicio en Noruega

El asesino de 77 personas asegura que ser declarado insano sería un destino peor que la muerte

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Anders Behring Breivik hizo un saludo ultraderechista en cuanto le quitaron las esposas, al llegar al tribunal en Oslo donde será juzgado por la matanza de 77 personas en julio de 2011Foto Reuters
 
Periódico La Jornada
Martes 17 de abril de 2012, p. 30

Oslo, 16 de abril. Reconozco los hechos, pero no la culpa penal, porque invoco defensa propia, declaró Anders Behring Breivik al comenzar el juicio en su contra por la matanza de 77 personas en Noruega, en julio pasado. El acusado, de 33 años, extremista de derecha, también desconoció la autoridad de la juez que preside el tribunal, Wenche Elizabeth Arntzen, al argumentar que fue nombrada por una hermana de la ex primera ministra laborista Gro Harlem Brundtland.

No reconozco los tribunales noruegos. Han recibido su mandato de partidos políticos que apoyan el multiculturalismo... No reconozco la autoridad del tribunal, dijo Breivik, quien levantó la mano apenas le quitaron las esposas para golpearse el pecho a la altura del corazón con el puño cerrado, a modo de saludo ultraderechista.

Breivik admitió haber colocado el coche bomba que dio muerte a ocho personas en el distrito gubernamental de Oslo el 22 de julio pasado, y haber matado a otras 69 al disparar después de manera indiscriminada contra un campamento juvenil organizado por el Partido Laborista en la isla de Utoeya. El acusado permaneció impasible mientras la fiscalía leía la lista de sus víctimas, así como la acusación con detalles de cómo asesinó a los adolescentes atrapados en la isla.

No se inmutó cuando la fiscalía reprodujo una grabación de una llamada de emergencia realizada por una joven que se escondía en el baño de una cafetería. Hay disparos todo el tiempo. He visto a muchos heridos. ¡Está adentro!, gritó Renate Taarnes, quien suplicaba a la policía que acudiera rápido en medio del sonido de disparos.

Breivik sólo derramó unas lágrimas al ver un video de imágenes fijas, acompañadas de texto, que recoge su visión sobre las maldades del multiculturalismo y la guerra demográfica islámica. Se trata de un manifiesto de mil 500 páginas para futuros atacantes que fue publicado en Internet antes de los ataques.

Aunque se arriesga a pasar entre rejas el resto de su vida, Breivik afirmó que ser declarado insano sería un destino peor que la muerte. Un examen siquiátrico inicial concluyó que Breivik no está en su sano juicio, mientras un segundo no halló pruebas de sicosis.

Si se dictamina que está sano, afrontará una pena máxima de 21 años de cárcel, pero podría permanecer confinado si se considera que sigue siendo un peligro. Si se determina que no está cuerdo, permanecería en una institución siquiátrica por tiempo indefinido.